“Nos gusta nuestro trabajo y eso los clientes lo notan”
NCI mantiene su motivación, ilusión y profesionalidad tras 10 años de batallas en el sector
Para celebrar con nosotros esta efeméride nos reunieron en un nuevo restaurante ubicado en la Avenida Diagonal 460 de la Ciudad Condal, donde un atento argentino nos galanteó con su servicio. Así, acompañados y servidos, Carles Torres, uno de los socios fundadores y alma mater de la firma, nos hizo un recorrido, junto a José Luis Regás, Maika Pastor e Isabel Priu, y con su inconfundible estilo de ‘enfant terrible’ desde los orígenes de NCI hasta la actualidad.
“Todo el equipo de NCI lleva muchos años de batallas, habiendo pasado por muchas empresas, desde multinacionales hasta empresas locales, administraciones de fincas, etc., pero concretamente 3 personas que estábamos juntos en Fincas Forcadell decidimos emprender esta nueva aventura”. El motivo de la marcha de Forcadell no fue de insatisfacción, porque lo cierto es que estaban muy bien considerados, sino que NCI surgió como parte de un proyecto mayor en el cual creyeron y por el que apostaron: Servicios de Geomarketing Inmobiliario, SGMI, una innovadora plataforma de Internet, un proyecto inexistente en el mercado inmobiliario de empresa consistente en una base de datos y la realización de estudios de mercado. NCI era una de las ramas del holding recién creado, dedicándose al sector inmobiliario, a la comercialización de inmuebles.
El momento en que se constituyó la empresa, muy dulce económicamente hablando, supuso un golpe de efecto en el mercado y movilizó a una importante plantilla. Porque aunque la empresa era nueva, los profesionales que la conformaban eran de sobra conocidos: tanto José Luis Regás como Maika Pastor y el propio Carles Torres han pasado por empresas conocidas y reconocidas que avalan su trayectoria. Tres personas que arriesgaron una buena posición, remuneración y seguridad de aquel momento para optar por un proyecto innovador, diferente y que marcaría claramente un antes y un después en el mercado.
En estos 10 años, NCI se ha dedicado principalmente al asesoramiento y comercialización en el mundo de la inmobiliaria empresarial, abarcando naves y oficinas. “Básicamente eran los segmentos que dirigíamos quienes marchamos de Forcadell. Industrial y oficinas, si bien es cierto que el proyecto inicial comprendía más áreas aunque finalmente no fue así”.
Posteriormente se incorporó Isabel Priu, dedicándose a la administración de fincas, aumentando la cartera de servicios ofrecidos y de clientes de NCI en este campo.
Carpe diem en el sector industrial
Si preguntamos por los próximos años, Carles Torres no quiere mirar al futuro. “Sin ser negativo ni pesimista”, apuesta por aprovechar el momento y afrontar el presente, que no está para tirar cohetes: “Además de la baja ocupación de muchos polígonos se están desvalijando muchas naves y robando incluso las tapas del alcantarillado para el hierro colado. Y añadiría que en mi sector aún no hemos tocado fondo. Ojalá me equivoque pero creo que el paro aumentará aún más y que a este país le costará recuperarse. El futuro pasa por cambiar el chip y los polígonos deben transformarse y especializarse. Estamos en un momento de reordenación urbanística de las ciudades, así que sería el momento de convertirlos en polígonos especializados: plástico, hierro, logística… Algo que ya estaba empezando a suceder pero que la crisis frenó”. Por otra parte, en opinión de Torres, además, la mayor parte de los polígonos dejaran su actividad de producción y fabricación para dar paso al sector terciario, de servicios, como la logística. “La nave industrial de techos bajos, con muchos empleados, está obsoleta”.
Pero la actividad logística requiere de polígonos y áreas industriales con determinadas infraestructuras en muchos casos deficientes. Y muchas naves no cumplen tampoco con los requisitos necesarios para esta actividad. “Algo que generalmente encontramos en polígonos cercanos al casco urbano, espacios que habrá que integrar, dando más servicios y equipamientos. La falta de infraestructuras además es una cuestión macroeconómica que depende de los presupuestos, y existen demasiadas administraciones, instituciones y competencias que compiten a la hora de tomar decisiones, falta encontrar un diálogo conjunto”.
La duplicidad de servicios entre poblaciones limítrofes ha sido también un problema endémico en los polígonos de Cataluña, si bien han existido algunos intentos de mancomunarlos, como es el caso de Can Calderón, en Viladecans-Sant Boi, lo que dio una uniformidad al polígono pese a pertenecer a dos poblaciones y con servicio y espacio suficiente para las empresas que quieran instalarse. “Prueba de ello es que allí está instalado un parque logístico ProLogis y un centro comercial muy importante”.
El trabajo hecho por entidades públicas como Cimalsa o Incasòl, ¿ayudan?
“Si bien Cimalsa se ha dedicado a desarrollar centros de mercancías y parques logísticos, Incasòl nos ha hecho la competencia. Ha sido propietario del suelo con ánimo especulativo y muchos están desarrollados en buenas ubicaciones, con servicios y bien equipados, pero otros son inoperativos e innecesarios”. El papel de los ayuntamientos es otro factor que debería favorecer el desarrollo y las implantaciones de empresas pero que, sin embargo, no siempre es así. “La burocracia es muy farragosa, lenta, no sólo no ayuda sino que entorpece”, añade.
Consultoría – administración pública, una relación difícil
Lo que debería ser una relación fluida, ágil e incluso facilitadora de servicios a la hora de implementar nuevas empresas y actividad empresarial en un municipio, se torna en muchos casos un camino de espinas para las consultorías inmobiliarias. Así nos lo explica Isabel Priu: “Existe una gran falta de motivación para trabajar bien por parte de las administación local para con sus clientes, que somos nosotros. Además, hay ayuntamientos que en su momento dieron terrenos para la instalación de empresas que, con los años, han deslocalizado, vendiendo estos terrenos, cuando deberían devolverse al municipio”. Para Isabel Priu, la clase política en general, practica la estrategia de ‘divide y vencerás’, “cuando los profesionales inmobiliarios no podemos caer en esta desunión. Nosotros queremos trabajar y de manera conjunta con quien sea necesario. Pero ello requiere un cambio de mentalidad”.
Un cambio de mentalidad al que, en opinión de Carles Torres, le falta a una mayor parte del sector: “Yo trabajo para ganar dinero, como todos, pero también porque me gusta.Y quizá por ello la crisis me ha motivado a trabajar más, porque después de una crisis hay una recuperación y una racionalización, y hace falta. En NCI trabajamos con ilusión, con vocación, por eso llevamos tanto tiempo juntos y superamos las dificultades. Porque sería muy fácil romper con todo pero no sólo hay que estar en el sector cuando se gana dinero, también cuando no se gana dinero. Y los que estamos aguantando, sobrevivimos y aún mantenemos un poco de ilusión, nos merecemos continuar. Creo que ahora es lo que más me motiva: trabajar con seriedad, profesionalidad, ilusión, intentando luchar contra el intrusismo”.
Una tenacidad que se reparte por igual en todos los integrantes de la empresa, como demuestra Maika Pastor: “Hace 10 años decidimos entrar en el proyecto y tenemos que seguir. Ahora es cuestión de orgullo, de seguir al pie del cañón a las duras y a las maduras”.
En su visión del mundo y el trabajo, allí donde otros verían un problema en NCI ven una oportunidad y ahora, cuando lo fácil sería decidir cambiar de rumbo y de sector, porque el inmobiliario está “quemado”, su opción es la contraria: “Cada vez somos menos así que los que sobrevivamos estaremos mejor situados”. Pero también hay un factor humano que impediría tirar la toalla, por responsabilidad y relación para con el cliente, a los integrantes de este equipo. Una gran parte de su cartera de clientes les ha sido fiel allá donde estuvieran, “algo nada despreciable”, en palabras de Carles Torres, “porque no vienen por la empresa, sino por la persona”. La fidelización y trato próximo con el cliente han sido algunas de sus mejores bazas para lograr esta relación, tal como nos señala José Luis Regás: “No nos podemos comparar a las multinacionales, es otro trato. Nos dedicamos al cliente, que se acaba convirtiendo más en amigo que cliente”. Algo que no se gana en dos días. “En Cataluña cuesta mucho ganarse la confianza —añade Carles— y todo este trabajo no se puede tirar por la borda por una crisis”.
“Luchadores y profesionales”
Si alguien les conoce bien, especialmente a Carles Torres, es Maika Pastor. Apoyo incondicional en la oficina, sabe bien lo que les ha costado llegar donde están “porque son muy luchadores y muy profesionales”.
Entra en escena la administración de fincas
Tras años de consultoría logística, de asesoramiento e intermediación, tanto Carles como José Luis se plantearon la posibilidad de incorporar un nuevo servicio a NCI: la Administración de Inmuebles y Gestión de Patrimonios. “Pero estábamos esperando a que quisiera venir —en referencia a Isabel Priu— y cuando ella decidió liberalizarse de compromiso exclusivo, José Luis, le ‘tiró los tejos’ y ella aceptó”. Un nombre en el mundo de la administración de fincas, conocida y reconocida en este mundo, más allá de la empresa en la que trabaje, “porque las empresas son las personas, y tienen un valor. Porque NCI es José Luis Regás, Maika Pastor, Isabel Priu y yo mismo, Carles Torres, y nos acompaña moralmente José Luis Wilmanski, desde el primer día”. Quizá parecen pocos pero tal y como explica Carles, “fuimos muchos y ahora quedamos el núcleo”, dejando claro que cuando cambie el escenario, “volveremos a ser más”.
Reinventarse o morir
Conscientes asimismo que el estacamiento no es bueno, están buscando fórmulas para reinvertarse, “siempre dentro de nuestro sector” y siempre siguiendo las reglas memorizadas por Carles Torres, grabadas a fuego en su modo de trabajar: profesionalidad, experiencia, ilusión, motivación, compañerismo, coordinación y constancia.
