La fabricación de componentes para aeronáutica vive su particular edad de oro
22 de diciembre de 2011
Para los pasajeros de los aviones, puede que la edad dorada de la aviación fuera los años cincuenta o sesenta, pero, para los fabricantes y los proveedores la nueva era de esplendor es el presente. Los viajes en avión se multiplican, los aviones y los motores se vuelven más eficaces y fiables, y las líneas aéreas los compran en grandes cantidades. Los fabricantes de componentes dispuestos a invertir en la tecnología, los profesionales y los procesos adecuados pueden verse trabajando para algunas de las compañías más importantes del sector. Es el caso de la empresa de Connecticut AeroCision.
Los propietarios originales de AeroCision, fundada hace cincuenta años, vivían básicamente de vender a empresas locales. Es harto improbable que, en esos años en los que la tecnología de fabricación era relativamente primigenia, se imaginaran que un día fabricarían componentes para los motores de los aviones de pasajeros más modernos, por no hablar del hecho de servir a un cliente situado a 5.000 kilómetros de distancia.
“Ya no hay fronteras”, dice Andrew Gibson, consejero delegado de AeroCision. “Cuando mi socio y yo nos hicimos con la empresa hace unos años, los grandes fabricantes del sector aeronáutico estaban racionalizando su lista de proveedores”. Para tener posibilidades de quedarse en esas listas reducidas, había que invertir mucho en control de calidad, en procesos de introducción de productos nuevos y en la mejor tecnología de mecanizado que hubiera en el mercado. “A los clientes no les importaba que estuviéramos en Connecticut”, añade Gibson. “Lo único que contaba era que pudiéramos darles la precisión, la calidad y la eficacia que pedían”.
AeroCision está especializada en anillos torneados para motores turbofán, piezas que suelen tener entre 150 y 750 milímetros. Según el director de operaciones Glen Fournier, ahora reciben pedidos de componentes más grandes sencillamente porque las dimensiones de los motores también han aumentado. “Ahora estamos haciendo piezas torneadas y fresadas para las zonas que alcanzan mayor temperatura de unos motores con un índice alto de derivación que fabrica una empresa muy conocida. Son los motores que usan los nuevos aviones más grandes, como el Boeing 787”.
La fábrica de AeroCision está impecable, como cabría esperar de una empresa que debe cumplir los estándares del sector aeronáutico. En la parte posterior de la planta hay mil cuatrocientos metros cuadrados disponibles para ampliar la capacidad de fabricación, mientras que en la parte delantera pueden verse dos unidades de producción que están llenas de máquinas Haas y bullen de actividad: una con centros de mecanizado vertical CNC y la otra con tornos CNC.
“Dos de las cosas esenciales para nosotros y para nuestros clientes —dice Fournier— son la entrega en el plazo acordado y un producto sin defectos. Hay penalizaciones por no terminar un pedido a tiempo, incluso por enviarlo demasiado pronto, y se aplican a rajatabla. Así que mis tareas más importantes son planificar, controlar y reducir los tiempos de puesta a punto y de ciclo. Las velocidades y los avances son cruciales, ya que los procesos requieren quitar mucho material. Hacemos tiradas de entre veinte y veinticinco unidades, así que tenemos que ser rápidos al cambiar los amarres. Las piezas de mayor tamaño necesitan unas placas de amarre y transporte bien diseñadas, y nuestras máquinas Haas tienen medidores de herramientas. También estamos adoptando el control estadístico de procesos (SPC) y certificando a los operarios como inspectores, algo que nos ayudará muchísimo. Con el SPC, obtendremos datos que podremos analizar y representar en forma de gráficos de tendencias en las pantallas de la fábrica. Además, con el sistema de palpado de las máquinas, podremos medir las piezas y enviar la información a la base de datos, de manera que los operarios puedan enviar las piezas a una parte u otra del taller de forma mucho más eficaz”.
AeroCision está conectado permanentemente a uno de sus clientes principales, situado en la localidad británica de Chester. El sistema del cliente descarga el plan de producción cada lunes por la mañana y lo importa a su sistema de planificación de recursos empresariales. Así, se planifican los trabajadores, las máquinas y otros recursos para toda la semana. “Los clientes nos exigen un porcentaje de entrega a tiempo del 98% y es un orgullo poder afirmar que nunca hemos entregado un pedido tarde y que nunca hemos enviado una pieza que no cumpliera nuestros estándares de calidad”, dice Fournier.
En la fase de desarrollo de un anillo especialmente complejo, AeroCision fue capaz de superar las dificultades y tener listo el primer componente mucho antes de lo previsto. “Empezamos el proyecto en octubre y debíamos entregarlo en abril”, cuenta. “Pero acabamos la primera pieza justo antes de Navidad. Teníamos las cuatro fresadoras Haas trabajando, pero necesitábamos más capacidad de torneado, así que compramos los ST-30. Hicimos una foto de los operarios con la pieza terminada y se la mandamos al cliente con una felicitación navideña. Quedaron encantados”.
Andrew Gibson, consejero delegado de la empresa, cree que elegir las máquinas-herramienta CNC adecuadas ha sido crucial para superar las expectativas de los clientes, y lo seguirá siendo en el futuro para la buena marcha de la empresa. “Muchas de las grandes empresas del sector aeronáutico están externalizando muchas piezas a proveedores más baratos de otros países. Así que nosotros debemos ofrecer piezas y unidades más complejas, que tengan valor añadido, y dedicar nuestros recursos a lograr procesos más eficaces”. Hubo una época en que una empresa relativamente pequeña como AeroCision lo habría tenido muy difícil para comprar máquinas-herramienta CNC que tuvieran la precisión suficiente, pero eso ha cambiado. Ahora casi cualquier compañía puede acceder a las máquinas. La clave reside en saber usarlas. “Las piezas que fabricamos son complicadas, y las tolerancias son mínimas, así que es fundamental disponer de un proceso sólido y fiable para poder seguir siendo competitivos aunque produzcamos en Connecticut”.
Guy Nigro es el encargado de la unidad de tornos: “Los tornos ST de Haas son máquinas excelentes”, dice. “Durante los cinco años que tuvimos los tornos anteriores, los SL, no tuvimos ningún problema. Eran máquinas buenas, resistentes y fiables, pero los nuevos ST son aún mejores. Son más rígidos, lo que significa que podemos alcanzar sin problemas las tolerancias en materiales como el Inconel, por ejemplo. También son fáciles de programar, tanto manualmente como desde la sala de programación, y manejarlas es muy sencillo”.
Cuando los fabricantes reducen su número de proveedores, normalmente sólo hay una oportunidad de estar en la lista. Pero una vez dentro... “Los clientes están trasladando algunos centros de producción y montaje a países como India —añade Gibson—, desde donde fabricarán para el mercado local. Nosotros esperamos estar allí también con nuestros clientes, con nuevas instalaciones cercanas para poder entregar las piezas rápidamente y de acuerdo con los estándares de calidad a los que nuestra fábrica de EE UU les tiene acostumbrados. Usaremos las máquinas CNC de Haas en cualquier lugar del mundo en el que estemos”.
En la actualidad, el sector aeronáutico exige a los proveedores que adopten nuevas tecnologías y procesos, y apliquen un control de calidad muy riguroso, como en los primeros años del control numérico. Pero, a diferencia de entonces, la tecnología de fabricación puede estar marcando la pauta en algunos frentes, a medida que las máquinas-herramienta CNC son más asequibles y precisas. Así, es muy probable que el desarrollo de aeronaves y motores se acelere y sea más rentable, y que proveedores de piezas de precisión como AeroCision se lleven una porción mayor del pastel.