Más aire para María
Paz García. Directora de Segmento de Mercado Alimentario Ziehl-Abegg
12/07/2022La ventilación es crucial para cualquier cultivo intensivo en sala de cultivo o invernadero. Para el Cannabis lo es aún más, a menudo marca la diferencia entre obtener una rentabilidad adecuada, normalmente muy por encima de cualquier hortícola, y vivir una pesadilla de infecciones constantes, infraproducción y problemas de certificación, en el caso del cannabis medicinal. ¿Cuáles son los condicionantes de este modelo de negocio? ¿Por qué la aireación es aún más relevante aquí que en otros casos?
Fotografía de Diyahna Lewis en Unsplash.
El pasado marzo escribí un primer artículo1 sobre la increíble versatilidad del Cannabis como cultivo y de las enormes posibilidades de su producción comercial en un entorno optimizado, ya hablemos de invernaderos o de cultivo vertical en salas blancas.
En aquella primera introducción ya quedaba claro por qué este cultivo está creando tendencia tanto social como económica, con qué potencia se está normalizando su aceptación a nivel global, si bien su regulación va un poco más despacio.
¿Cuál es la situación actual?
En los últimos dos años se ha producido un cambio significativo en términos de liberalización, normalización y comercialización del Cannabis.
Hoy en día hay 70 países en el mundo que cuentan con alguna forma de legalización del Cannabis con alto contenido en THC2, ya sea para uso medicinal o recreativo; de hecho, al primero suele seguir al menos la apertura de discusiones sobre el segundo. Hablamos de más de mil millones de personas, dos tercios de las cuales viven en Norte América o Europa.
26 de estos países tienen regulado el acceso al Cannabis de alto contenido en THC y 10 de ellos han autorizado, entiéndase descriminalizado, su uso adulto o recreativo.
Sin embargo, sólo 6 países en el mundo cuentan con una legislación que regule el cultivo y la distribución comercial de esta planta y estos productos.
Países con algún tipo de legalización del uso del Cannabis
Este empuje se basa en la creciente aceptación del valor terapéutico de la planta y en el innegable potencial de este sector de la industria como catalizador del crecimiento económico.
Las innovaciones en este sector también tienen un papel importante en este cambio de paradigma en marcha. En los países con cierto grado de legalización, la industria alimentaria propone alternativas de consumo que pasan por infusionados o aditivos en comidas y bebidas, mucho más convenientes que las alternativas inhaladas tradicionales.
Algunas señales comienzan a ser visibles del lado de las instituciones internacionales: En diciembre de 2020 las Naciones Unidas votaron por la recalificación del Cannabis en la categoría de drogas peligrosas; el trasfondo de dicha votación fue la serie de proposiciones de liberalización propuestas por la OMS.
El centro de esta industria es Norteamérica, aunque Europa se encuentra en una lenta transición hacia la regulación del Cannabis medicinal; el motor de este mercado es Alemania, que cuenta con el mayor programa de cannabis medicinal del continente. No obstante, la discusión en torno al consumo recreativo no es tan evidente, más allá de la descriminalización en países como Portugal, Suiza, Países Bajos o España.
Aun así, seamos conscientes de que el Cannabis es aún ilegal en la mayoría de los países del mundo.
Cannabis medicinal
El uso médico de los principios activos de la planta ha sido el verdadero catalizador de la legalización del Cannabis de alto contenido en THC, a pesar de la gran diversidad de programas médicos en los diferentes países.
Desde el punto de vista médico-farmacéutico, la planta de cannabis es interesante por sus hojas y sus inflorescencias, donde se concentran los principios activos para la elaboración de medicamentos. Los más representativos son el Tetrahidrocannabinol y sus derivados (lo que conocemos por THC, psicoactivos y adictivos) y los Cannabidioles (CBD, no adictivos y con marcadas propiedades anticonvulsionantes).
En un escenario suplementario aparte, debemos considerar toda una constelación de productos parafarmacéuticos, que no son medicamentos. Aquí se enmarcarían los productos ilegales sin autorización de comercialización y otros derivados como los aceites extraídos de la planta, extractos de cannabis y otros preparados como geles blandos, tinturas o comestibles (productos cosméticos, alimenticios, …).
Para profundizar en esta perspectiva recomiendo consultar la 'Posición del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ante el uso del cannabis con fines terapéuticos', de marzo de este año3.
Foto por Kimzy Nanney en Unsplash.
¿Y cómo se traduce todo este escenario en los flujos económicos?
La ventana de oportunidad está siendo bien reconocida por inversores de todo el mundo; el capital ha empezado a fluir hacia los diferentes sectores de la cadena de valor de forma sorprendente, apareciendo inexorablemente todo tipo de especialistas, desde consultorías e ingenierías a expertos en desarrollo y comercialización, pasando por productores, trasformadores y procesadores de nuevos productos derivados del Cannabis.
En resumen, si consideramos la expansión continuada del acceso legal a los productos derivados de esta planta, los ascendentes niveles de consumo y aceptación social de estos productos y la creciente capitalización de las operaciones productivas y comerciales, se hace evidente el ímpetu que cabe esperar en el desarrollo de esta industria a lo largo de las próximas décadas.
La base de todo ese boom es la racionalización y normalización del cultivo de Cannabis, especialmente de los sistemas intensivos en invernadero o salas de cultivo vertical. Para eso es imprescindible desarrollar la correspondiente experiencia específica en términos de diseño, dimensionamiento y manejo del cultivo. Y aquí es donde la gestión profesional de la ventilación cobra su relevancia.
Ventilación en cultivos intensivos de Cannabis
Este cultivo tiene dos tipos de condicionantes. Los de crecimiento: fertirrigación, iluminación y equilibrio ambiental (temperatura-humedad relativa-CO2); y los de selección de variedad, conforme a los perfiles correspondientes a principios activos, entre otros.
Es muy interesante el papel de la ventilación aquí, se trata de una relación dicotómica con cada uno de los condicionantes anteriores:
- La fertirrigación es el sistema que mejor funciona en este cultivo, ya sea con sustrato o en hidroponía. El agua no debe faltar nunca; en caso de sustrato debe estar siempre húmedo, pero cualquiera que sea el sistema, el riego debe ir acompañado de ventilación. La ventilación por debajo del nivel radical es una de las mejores maneras de conseguir este efecto. Al mismo tiempo, estas raíces crecen mejor en medio cálido.
- El Cannabis es uno de los cultivos comerciales que mejor aprovechamiento hacen de la luz, con la intensidad y el espectro adecuado a cada fase de desarrollo. Sin embargo, estas luminarias implican focos de calor que es importante aliviar y distribuir a través de una recirculación de aire adecuada.
- Por último, el factor ambiental es esencial en todos los casos. Un equilibrio inapropiado temperatura-humedad marca la rentabilidad de cualquier cultivo, porque restringe el desarrollo vegetativo y la producción floral, merma la calidad de los elementos de producción y fomenta los problemas sanitarios. El Cannabis es bastante resistente, alcanza sus mayores niveles de eficiencia fotosintética a temperaturas y humedades relativamente altas. Estas condiciones óptimas de día traen consigo un peligro inmediato en cuanto llega la noche, baja la temperatura y el aire podría no retener toda la humedad que contiene y producirse condensación. La mayoría de las infecciones por hongos y bacterias ocurren en una lámina de agua sobre la superficie de la planta. Éste es un escenario especialmente frecuente que puede evitarse con un dimensionado adecuado del sistema de recirculación de aire, regulador de este equilibrio hidrotérmico. Esta recirculación también limpia y homogeneiza el horizonte gaseoso en torno a las plantas, sobre todo en los puntos de máxima demanda de CO2 (alta actividad fotosintética) y de cambio de ciclo respiratorio (CO2 - O2).
Hablando de control de plagas, la medida más versátil, económica y accesible de prevenir problemas fitosanitarios es asegurar una correcta ventilación. Un movimiento de aire adecuado y suficiente dificulta las posibilidades de ataque de los agentes patógenos. Reduce o incluso elimina las potenciales condensaciones de agua en la superficie del cultivo, al tiempo que complica el movimiento de parásitos. Por último, aunque no menos importante, incrementa la resistencia de las plantas, lo que reduce en todo caso la incidencia de episodios extremos.
De nuevo el caso del Cannabis es particular porque la GACP (Guideline on good Agricultural and Collection Practice) de la Agencia Europea del Medicamento, de 2006 indica, expresamente, que la aplicación de pesticidas y herbicidas debe evitarse en la medida de lo posible, por lo que debemos redundar en la prevención. Por otra parte, ya hemos dicho que se trata de una planta resistente, que agradece el paso de ligeras corrientes de aire por entre su material vegetal, estimulando su robustez y su sistema inmunológico natural. Por supuesto, es esencial observar un control preciso de las velocidades de incidencia del aire en hojas y plantas; una velocidad excesiva implicaría el cierre de estomas y el cese de la actividad fotosintética.
1. Renovación de aire, cuyas ratios deben calcularse por encima de los valores habituales de hortícolas debido a la alta densidad de plantación utilizadas y a los altos volúmenes de desarrollo vegetativo de estas variedades. Es interesante considerar sistemas sub-radiculares.
2. Recirculación de aire, para una adecuada desestratificación y equilibrado de las condiciones ambientales, teniendo muy en cuenta para ello el alcance de los equipos y los ciclos de operativa.
3. Ventilación ligera directa sobre el material vegetal, para estimular el desarrollo y la resistencia de la planta y prevenir problemas sanitarios.
Agricultores, emprendedores, investigadores, aventureros... ¿pioneros?
La industria del Cannabis comercial ofrece todo un mundo de oportunidades, las perspectivas son muy prometedoras, las señales claras. Pero, ¿quién se embarcará en esta aventura?
No estamos hablando de poner cuatro plantas en un armario con una bombilla roja y un ventilador del supermercado. Se trata de proyectar un sistema de cultivo solvente y profesional, usar semillas certificadas y aprobadas en Europa. El proyecto debe, por lo general, estar registrado a nivel gubernamental y soportar frecuentes muestreos, controles sanitarios y de contenidos en THC y CB#. La trazabilidad es esencial, la burocracia importante.
A nivel ventilación, muy a menudo vemos típicos sistemas oscilantes domésticos “recién sacados del armario”, tratando de cubrir al mismo tiempo la desestratificación y la ventilación directa sobre las plantas y no consiguiendo, me temo, ninguna de las dos cosas.
La realidad es que toda la industria está aún en una fase muy temprana de desarrollo, no existen suficientes protocolos institucionales aún y tampoco hay suficiente experiencia técnica en el sector.
Gráfico por J. Huete Internacional.
Este es el panorama para los emprendedores que se lanzan a la producción de este cultivo. Más allá del factor económico, es necesario lidiar con los factores administrativo y agronómico; y no hay muchos ni grandes expertos a los que recurrir.
Las ingenierías que se embarcan en esta aventura invierten mucho tiempo y recursos en investigar y experimentar antes de estar capacitados para desarrollar los primeros proyectos comerciales de cultivo intensivo de Cannabis.
Foto por J. Huete Internacional.
Uno de estos pioneros es J. Huete Internacional, si bien, lejos de partir de cero, ellos basaron esta iniciativa en más de 30 años de experiencia en invernaderos con la tecnología más innovadora por todo el mundo, adaptando cada proyecto a las particularidades propias de cada zona, cultivo o cliente.
Parte de los compromisos de esta empresa con sus clientes pasa por cumplir con los más altos requisitos en ahorro energético y sostenibilidad medioambiental. Lo consigue a través de la más moderna tecnología que permite al invernadero ser 100% autónomo en términos de irrigación, ventilación, iluminación y gestión del CO2. Estos avances aplicados al desarrollo agrícola permiten optimizar el crecimiento, la productividad y la resistencia de los cultivos ante condiciones puntuales adversas o ataques patógenos, al tiempo que se reducen los costes económicos ligados al consumo energético de la instalación y al uso de fertilizantes.
Foto por J. Huete Internacional.
J. Huete Internacional aplica este concepto de invernadero de alta tecnología al cultivo de Cannabis para uso medicinal, realizando proyectos a medida, de conformidad con la normativa europea GACP y GMP (Good Manufacturing Practice for Advanced Therapy Medicinal Products, de la Comisión Europea, 2017). Se utilizan equipos de filtrado, refrigeración, humidificación, calefacción y ventilación coordinados e integrados en las diferentes fases del cultivo que permiten un control ambiental preciso en cada uno de los compartimentos, evitando cualquier riesgo de contaminación cruzada. Los sistemas de cultivo que manejan implican tanto sustratos como sistemas hidropónicos patentados.
Es inmediato identificar que las necesidades de ventilación en este tipo de invernaderos para Cannabis medicinal son aún más exigentes en términos de control y prestaciones. Dependiendo del proyecto, las pérdidas de carga a afrontar pueden duplicar los valores normales en las instalaciones hortícolas habituales. Los materiales de los equipos deben garantizar la más escrupulosa higiene a lo largo de toda su vida útil. Se justifica el uso de tecnologías más sofisticadas en aras de la conectividad y la autorregulación.
Por eso J. Huete Internacional incorpora la tecnología Ziehl-Abegg a sus proyectos; más allá de contar con todas las posibilidades en términos de tipos de hélices, tecnologías de accionamiento y control en su portfolio, ponen a su disposición su experiencia global en este tipo de aplicaciones y todo el soporte de su equipo técnico comercial, tanto en España y Portugal, como en el resto del mundo.
Foto por J. Huete Internacional.
Referencias
1https://www.interempresas.net/Horticola/Articulos/383111-Aire-para-Maria.html
2El límite de contenido en THC depende de la legislación vigente en cada país; en España este límite está regulado por el Real Decreto 1729/1999 y limitado a un 0,2%. No obstante, en el Reglamento (UE) 2021/2115 del Parlamento Europeo y del Consejo se hace alusión directa a un 0,3% como porcentaje máximo que pueden tener las plantas de cáñamo industrial y para la obtención de CBD. que se cultivan dentro del territorio europeo. Esta medida sigue la tendencia aperturista existente en países americanos como USA, Canadá, México o Argentina.
3 https://www.farmaceuticos.com/wp-content/uploads/2022/03/Posicionamiento-CGCOF-Uso-Terapeutico-Cannabis-marzo-2022.pdf