Alta velocidad, la obsesión de nuestros tiempos
Son muchas las empresas que tienen ya claro que deben acercarse al mecanizado de alta velocidad. Ahora bien, de comprender que el futuro pasa por este tipo de tecnologías a invertir en ellas hay una serie de pasos intermedios y de ‘inconvenientes’ que todavía deben resolverse. El problema son las prisas. Vivimos en los tiempos de la alta velocidad en todo. ¿Cómo tardaré menos en hacer ese viaje pendiente? ¿Cómo puedo hacer para lanzar un producto con más rapidez al mercado? ¿Cómo lo haré para lograr citarme en un solo día con varias personas? ¿Con qué método haré ese agujero en la pieza con más rapidez? No hay más que observar nuestro entorno para comprender que el tiempo lo marca todo. El “para ayer” es la tónica general y no son pocos los que se quejan de la presión que supone plegarse a la esclavitud de unos plazos cada vez más ajustados impuestos por el cliente.
Si el mecanizado de alta velocidad permite eso que su propio nombre indica, la empresa que realiza la inversión, piensa de forma prioritaria en cuánto tiempo le va a llevar recuperar la inversión. Prisas de nuevo. Cuanto antes, mejor, claro está.
Y con prisas, seguramente, exigirá su máquina una empresa que finalmente se ha decidido por llevar a cabo una inversión nueva. Pero, bien, aceptada esta forma de vivir, de trabajar, asimilando ya la obsesión por correr, lo cierto es que el mecanizado de alta velocidad permite a los que lo utilizan importantes ventajas competitivas. No es una solución mágica y en ocasiones debe completarse con el uso de otras tecnologías, como la electroerosión, pero su aplicación sobre aceros duros, por ejemplo, está haciendo posible su entrada en ámbitos hasta hace poco inalcanzables. El mecanizado de alta velocidad, no lo olvidemos, permite mecanizar materiales con una dureza superior a 50 Hrc o paredes delgadas de 0,2 mm.
Hace ya varios meses, en esta misma revista se definía el mecanizado de alta velocidad como “la optimización del mecanizado con las posibilidades existentes, limitado por la pieza/material a mecanizar y las herramientas-máquinas disponibles. Esto puede suponer mecanizar a velocidades de corte entre 5 y 10 veces superiores a las que se utilizan de manera convencional para cada material”. En definitiva, que aumenta mucho la velocidad, limitado claro está por otros factores como el material.
Viene todo esto a cuento, porque este nuevo número de MetalUnivers dedica varios artículos a esta tecnología tan en consonancia con nuestros tiempos, nuestras vidas, nuestras obsesiones por la velocidad... Por una vez, querido lector, le recomendamos un poco de pausa. Agradecerá el placer de leer despacio sobre algo tan rápido.