El placer de volar

Volar, soñar, sentirse libre... ¿Qué parte les corresponden a los aviones en estas circunstancias? Cada vez se vuela más, se fantasea menos sin embargo. No queda tiempo para uno mismo, en esta vida de aceleraciones prolongadas, pero hay mucho que agradecer a esas máquinas imposibles que son los aviones, más aún hoy, que las tarifas se han popularizado y que el acto de volar ya no es exclusivo de bolsillos cargados o de ejecutivos “top end”. Agradecer, por ejemplo, ese tiempo de no hacer nada que nos proporcionan, esa ralentización del ritmo que nos permiten cuando montamos en uno de ellos. Podemos trabajar, sin duda, pero es un buen momento para leer, descansar, pensar, soñar, inspirarse incluso. A kilómetros de altura, sin huida posible, el tiempo vuelve en los aviones a una velocidad moderada y deja espacio para el disfrute o incluso el viaje interior hacia uno mismo.

Perdone, lector, el salto a tierra firme, pero el sector de la máquina-herramienta también está en este proceso. Máquinas de máxima precisión, equipos especiales para aplicaciones muy específicas. En este número de MetalUnivers nos adentramos en algunas de las principales cifras del sector aeronáutico europeo y español, con una presencia importante en País Vasco y Cataluña, e informamos de la voluntad de Andalucía por aproximarse a esta industria mediante la apertura del Instituto Aeronáutico Andaluz. Otro elemento que apoya las buenas perspectivas del sector ha sido la reciente creación de Eurocopter España, con sede en la comunidad de Madrid, al constituir la tercera pata de esta importante empresa del consorcio EADS, junto a las existentes en Alemania y Francia

El Estado español ocupa actualmente un lugar importante entre los grandes de la industria aeronáutica europea. Se encuentra entre los cinco principales países europeos.

Pero el progreso significa también enfrentarse a retos y así, tal y como explican especialistas en este medio tan aéreo, entre las próximas pruebas que deberá superar la industria aeronáutica y espacial europea, se encuentran obtener aviones más silenciosos, más baratos, más puntuales, más rápidos y respetuosos con el medio ambiente. En definitiva, criterios aplicables también a las máquinas. Así lo entienden los que están detrás del proyecto Next, que con 24 millones de euros de presupuesto, se plantean desarrollar las máquinas del futuro, equipos mejorados desde muchos puntos de vista en los próximos cuatro años. Volar hacia el futuro, soñar con la máquina perfecta, objetivos sabios para un mundo acelerado.