ANFAAC da las claves sobre la última legislación acerca de la huella ambiental en el sector del pet food
La Comisión Europea ha dado luz verde al uso de métodos de huella ambiental de producto (PEF) con el objetivo de ayudar a las empresas a calcular el impacto medioambiental de sus actividades a partir de información fiable, verificable y comparable, accesible, además, a otros actores, como administraciones públicas, ONG, socios comerciales, etc.
Se trata de proporcionarle a esas compañías o sectores la oportunidad de comercializar su producto o servicio como respetuoso con el medioambiente en el marco comunitario.
El método PEF consiste en un análisis de 16 categorías de impacto de un producto, como ecosistemas, clima, recursos naturales, agua y salud humana, entre otras, con la finalidad de identificar las áreas de mejora.
Los consumidores podrán, de esta manera, comparar productos con la máxima garantía y de manera sencilla, y ser protagonistas de un cambio hacia patrones de compra más sostenibles. “Una metodología oficial y reconocida adoptada por toda la industria y en toda Europa también mejorará la confianza entre los consumidores”, señalan desde la FEDIAF EuropeanPetFood, la federación europea de la que forma parte la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (ANFAAC).
El sector pet food europeo apoya este proceso desde sus inicios. Concretamente, desde que en 2018 la Comisión Europea dio inicio al proyecto piloto para el desarrollo de reglas de categoría para la huella ambiental de producto (PEFCR). Desde entonces, “nos hemos comprometido a respaldar, desarrollar y actualizar esta metodología para apoyar la estrategia de sostenibilidad de la Comisión Europea y el desarrollo de un marco legislativo armonizado de la UE”, señala la federación.
La importancia de las PEFCR en la industria de la alimentación para animales de compañía
Las PEFCR tienen en cuenta muchos aspectos característicos de la industria de alimentos para animales de compañía, como el uso de subproductos animales, ingredientes que, aunque no se utilizan para el consumo humano, suponen una materia prima de gran importancia para el sector. A la hora de calcular el impacto medioambiental de estos ingredientes, el criterio principal es la asignación económica, tal y como defienden la CE y expertos independientes.
“Nuestra industria aboga por que la directiva sobre alegaciones medioambientales reconozca las PEFCR de los alimentos para mascotas como la metodología de cálculo estándar para fundamentar las declaraciones de impacto ambiental relacionadas con los productos que elaboramos”, destacan desde ANFAAC.