Elegir bien el transporte, conocer la normativa y buscar alojamientos pet friendly, las recomendaciones del COVB a la hora de viajar con mascotas
El Col·legi Oficial de Veterinaris de Barcelona (COVB) anima a los tutores de mascotas a planificar bien las vacaciones, lo que incluye comprobar en el veterinario que su compañero goza de buena salud, elegir el transporte más adecuado para este (coche, tren, barco o avión), contactar con la embajada o consulado del país de destino para conocer su normativa y escoger un alojamiento pet friendly para que la experiencia sea lo más agradable y cómoda posible, tanto para el animal como para su familia.
Antes del viaje
Antes del viaje, se debe llevar al animal al veterinario para que lo examine, evalúe si su estado de salud es bueno y si está preparado para viajar, ya que muchos animales, entre ellos los perros, son muy sensibles a los cambios de rutinas. Por eso, es muy recomendable habituarlos gradualmente al transporte. En esta fase previa, se pueden realizar pequeños entrenamientos, en trayectos cortos, lo que ayudará en ese sentido.
Es muy importante elegir el medio de transporte idóneo en cada caso y asegurarse de que el transportín o sistema de retención cumple con las normativas, garantizando además seguridad y comodidad durante el viaje. Durante unas 2-3 horas antes de la salida, se recomienda no darles comida para evitar que se mareen y sacarlos a pasear para que se encuentren más relajados durante el desplazamiento.
Requisitos y documentación necesaria
Es imprescindible comprobar que se dispone de toda la documentación requerida para viajar con un animal de compañía. Así, dentro de la Unión Europea (UE) y en los países asociados se requiere que el perro esté identificado con microchip, desparasitado (en algunos países), con la vacuna de rabia en vigor (21 días antes si es primovacunación) y llevar el pasaporte europeo cumplimentado.
Fuera de la UE, se debe contactar con la embajada o consulado del país de destino para conocer los requisitos de entrada de animales de compañía. Esto es, la normativa legal y sanitaria, ya que varían. En estos casos, el viajero deberá llevar consigo el certificado de buena salud de la mascota y, en algunos casos, un certificado oficial de exportación.
Los certificados de salud se expiden en el veterinario habitual, pero los certificados de exportación requieren que el centro tenga acceso a la plataforma CEXGAN.
Es importante tener actualizado el pasaporte para poder regresar de nuevo a la UE. También ser previsores con las vacunaciones antirábicas y los testajes de anticuerpos, si el país al que se acude no está libre de rabia.
Durante el viaje
Habitualmente, el animal tendrá que viajar en transportín o con otros sistemas de retención homologados y, a veces, con bozal, por lo que se debe verificar la normativa de cada medio de transporte.
El transportín tiene que estar ventilado y tener holgura para que su 'huésped' pueda darse la vuelta. Lavarlo con agua y lejía para eliminar restos de feromonas de estrés y tenerlo abierto los días previos, junto con objetos familiares (manta, juguetes, mordedores), puede ayudar a transformarlo en un lugar de confort. Las feromonas felinas y caninas sintéticas, rociadas sobre el espacio, también pueden resultar de gran ayuda.
En el coche, las mascotas deben ir separadas del conductor y con un sistema de retención adecuado. Lo más seguro, tanto para los animales como para los demás ocupantes, es llevarlos en el maletero y en los asientos traseros, separados por una rejilla o dentro de un transportín. En cualquier caso, hay que consultar las normas de la DGT.
La legislación española exige llevar con bozal a todos los perros en transporte público, excepto cuando viajen en transportín. Algunos barcos dejan pasear a perros atados y con bozal por lo que, si no están acostumbrados, se les debe habituar antes.
Si el viaje se realiza en avión, el transportín tiene que ser homologado y cumplir con la normativa de la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo). Algunas aerolíneas permiten llevar animales hasta cierto peso en la cabina, con un sistema adecuado de retención, pero lo habitual en autobuses y aviones es que viajen en bodega. Es preciso evitar que viajen en la bodega los perros con ansiedad por separación, miedosos o que sufran con el ruido. Siempre es conveniente llamar a cada aerolínea para informarse y reservar el vuelo con antelación.
En el destino
Para intentar minimizar el estrés de los animales una vez en el destino, se aconseja:
- Darles tiempo para conocer el entorno y adaptarse a este: explorar junto a la mascota el nuevo alojamiento y lugar para ganar confianza.
- Proporcionarles objetos familiares, como su cama, juguetes o platos de comida, para que se sientan más cómodos y relajados en su nuevo hábitat.
- Establecer una rutina similar a la de casa, lo que incluye los horarios de alimentación, paseos y descanso.
- Garantizar su seguridad: revisar el entorno descartando que haya objetos peligrosos y sustancias tóxicas a su alcance.
- Dedicarles tiempo de calidad para ayudarles a tranquilizarse y fortalecer el vínculo.