Control antiparasitario – Calier – Cuarta entrega
El momento óptimo para desparasitar
Francisco Rojo1; Sebastián Martín2; Roger Guix3
1 DVM PhD DipEVPC. EBVS European Veterinary Specialist in Parasitology y Catedrático Emérito de la Universidad de León
2 Doctor en Veterinaria y Asesor Consultor
3 Veterinario. Global Marketing Manager Livestock. Calier
Los estudios epidemiológicos facilitaron los programas de control antiparasitario, aunque no fueron bien aceptados por los ganaderos porque interferían con el manejo del rebaño.
Posteriormente, se comercializaron antiparasitarios cada vez más eficaces y, poco a poco, cambió la mentalidad de veterinarios y ganaderos. No hace mucho tiempo, casi nadie desparasitaba, pero actualmente se desparasitan los rebaños de forma rutinaria, aunque a veces indiscriminadamente.
Desparasitar siempre ha tenido muchas más ventajas que inconvenientes: contribuye al bienestar animal y permite un mayor rendimiento productivo. Por el contrario, los animales que no se desparasitan suponen un problema añadido, pues contaminan las praderas siendo un riesgo, sobre todo, para la reposición.
La historia avanza y con ello el control de las patologías más frecuentes de los rebaños ovinos como son las parasitarias, teniendo el veterinario y el ganadero un papel relevante en hacerlo cada vez mejor.
Históricamente, dos eran los periodos rutinarios de desparasitación: primavera y otoño, desparasitando todo el rebaño. Estos períodos se aplicaban según estudios epidemiológicos realizados en otros países que no eran necesariamente los mejor indicados en las condiciones españolas. Así, ya en los años 90 del siglo XX, algunos estudios ya indicaban que no era necesaria tanta presión antiparasitaria en la ganadería rumiante de las zonas centro y sur peninsular.
A principios del siglo XXI se empezaron a estudiar los tratamientos estratégicos dirigidos a las necesidades de los diferentes lotes productivos (ovejas en preparto, paridas, en lactación en el caso del ovino de leche, en cubrición y corderas de reposición). Según estos modelos, lo ideal es acondicionar los tratamientos antiparasitarios a los lotes que más lo necesitan y en el momento oportuno, y siempre tras la realización de la coprología y/o examen externo previos.
Las ovejas en lotes de preparto y las que están previa a la cubrición son animales claves pues los parásitos les están restando una energía muy importante que requieren para el parto y la cubrición, respectivamente. En preparto, además estamos mejorando de forma indirecta la inmunidad de los animales con una mayor respuesta a las vacunaciones preparto y a una mejora de la calidad de su calostro.
Respecto a la desparasitación antes de la cubrición, nos sirve de ‘flushing’ indirecto pues va a mejorar la eficiencia de su alimentación. Las corderas de reposición merecen también una mención muy especial pues son el futuro de nuestro rebaño por lo que, según el régimen de pastoreo que se realice, sería conveniente realizar un chequeo coprológico y tratamiento relativamente frecuente.