La conexión entre perros y humanos: un soporte terapéutico clave que debe seguir fomentándose y protegiéndose
En España, los animales de compañía tienen un importante papel en nuestras vidas, ya que, según diversos estudios, los hogares del país suman, en la actualidad, 15 millones de animales de familia. En lo que respecta a los perros, es importante recalcar que el número de canes registrados ha aumentado hasta un 38% en los últimos tres años, lo que representa un total de 9,3 millones de perros en el país. Unas cifras al alza que constatan que cada vez más hogares apuestan por un modelo familiar interespecie, convirtiendo a los perros en un integrante más de las familias españolas, debido a las emociones positivas y el bienestar que genera la presencia de este animal en nuestras vidas.
Así, los múltiples beneficios que trae consigo la vinculación entre el ser humano y los perros ha fomentado el desarrollo de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), una de las principales líneas de actuación de La Cátedra Animales y Sociedad de la URJC, llevando a que hospitales, colegios, centros penitenciarios, residencias de la tercera edad e incluso colectivos vulnerables como menores en riesgo de exclusión social y mujeres víctimas de violencia de género, cuenten con estas terapias con objetivos terapéuticos y educativos y se beneficien de las mismas a través del soporte emocional que pueden llegar a aportar.
“El vínculo con el perro genera en los humanos emociones positivas, confianza, seguridad o amor debido al cariño incondicional que estos animales nos brindan. Es por ello que, personas o colectivos que se encuentran, incluso, en situación de vulnerabilidad, ya sea social, física o emocional, pueden superar sus dificultades participando en este tipo de intervenciones o sentirse con la motivación suficiente para hacerlo. Por este motivo, es una tarea primordial continuar realzando los beneficios terapéuticos que conlleva esta interacción y seguir desarrollando conocimientos y protocolos en relación a la protección y el bienestar animal”, explica Nuria Máximo, directora de la Cátedra Animales y Sociedad de la URJC.
Estas intervenciones, por su parte, han logrado tener un gran peso en la sociedad actual debido al vínculo de apego que los perros generan en las personas, propiciando su bienestar integral a nivel individual y social y logrando una mejoría consistente en su calidad de vida, tanto física como emocionalmente. De esta forma, diversas investigaciones y estudios científicos han confirmado que, a través de la interacción con el perro, se mitigan los niveles de estrés, ansiedad y depresión, a la vez que se alivia el sentimiento de soledad y de aislamiento social y se desarrollan los niveles de empatía; mejorando, en consecuencia, la estabilidad emocional y la autoestima de cada persona, convirtiéndoles en una pieza clave dentro de un proceso de recuperación global de la persona.
Esta conexión irreemplazable hace que, incluso, cuando se produce la pérdida de este animal, nos enfrentemos a un proceso de duelo repleto de retos emocionales que, hasta en el 90% de los casos, puede afectar de forma similar al de la muerte de un ser humano querido, dada la relevancia que los canes adquieren en el proceso vital de cada persona, aunque, en ocasiones, este dolor es poco comprensible para la sociedad. Por ello, a la hora de enfrentar este proceso, “son muchas las personas a las que aún les cuesta expresar este dolor, escondiendo su necesidad de hablar, de llorar y de compartir sus sentimientos con los demás. Por suerte, este estigma está cambiando cada vez más y se está llegando a normalizar, incluso, el buscar apoyo y ayuda psicológica ante esta situación de pérdida, debido a la importancia tan fundamental que llega a tener el perro dentro de cada núcleo familiar y el enorme vacío que dejan en nuestras vidas tras su marcha”, detalla Nuria Máximo.
Es por este motivo que cada vez más personas reclaman que exista el derecho a solicitar una baja laboral en situaciones como la enfermedad o muerte de un animal, una posibilidad aún no contemplada en el Estatuto de Trabajadores de este país, demandando también otros derechos como el que exista una mayor accesibilidad a la hora de desplazarse en transporte público, ya que, en la actualidad, existen diferentes restricciones que varían en función de cada tipo de transporte, como las limitaciones de peso exigidas o de horarios, el tipo de material de manejo y contención (uso de transportín, bozal, etc), o la necesidad de viajar en bodega o maletero.
No obstante, a pesar de todas las ventajas que trae consigo el vínculo afectivo con un animal, según datos recientes, el abandono sigue afectando al 2,6% de los perros en España, aunque un 52% de los mismos terminan siendo adoptados. Por ello, este país ha sido uno de los pioneros en crear una ley animal que pretende protegerlos y ampararlos de este tipo de situaciones de abandono o incluso de maltrato, reconociéndoles como miembros de pleno derecho dentro de una familia debido a su condición de seres sintientes.
“La comunicación institucional es clave para la prevención del abandono y la violencia generada contra los animales, aunque falta aún mucha pedagogía en la importancia de la prevención y persecución del maltrato animal. Un registro general en todo el país para todos los animales de familia es un buen punto de partida para poder mejorar la trazabilidad de cada individuo y dificultar el abandono y, además, mejorará el proceso de búsqueda de animales extraviados cuando esto se produzca y haya un cambio de comunidad. Sin duda, la sociedad tiene un papel muy relevante convirtiendo la protección de los animales y la promoción del bienestar animal en una prioridad”, subraya la directora de la Cátedra Animales y Sociedad de la URJC.
Por su parte, alguno de los proyectos actuales en los que la Cátedra se encuentra inmersa y en los que incorpora las Intervenciones Asistidas con perros son “Huellas de Colores”, que lleva a cabo en una UCI pediátrica junto al Hospital 12 de Octubre, “Emociones con Patas”, en el que introduce la empatía hacia los animales como parte del currículum académico de alumnos de enseñanza obligatoria, “Echando una pata”, un programa en colaboración la Concejalía de Bienestar Animal del Ayuntamiento de Parla que actúa de forma bidireccional entre jóvenes en situación de vulnerabilidad y animales que han sufrido situaciones de abandono o maltrato, o “Huellas en el Corazón”, implementado en la Unidad de Pediatría del Hospital de la Axarquía de Málaga y en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, entre otros.