Bichón frisé: morfología, selección y cría
Josenilde Cruz, criadora y propietaria del afijo Gauzon
27/01/2025Sus orígenes se sitúan en la región mediterránea, descendiendo probablemente del barbet y formando parte de la familia de los bichones, junto con el maltés, el habanero y el boloñés. Algunos estudiosos sugieren que llegaron a Europa desde el archipiélago canario.
El nombre “bichón” proviene del francés “barbichon” (“perro de aguas pequeño”). Durante el Renacimiento, estos perros disfrutaron de gran popularidad entre la aristocracia europea, siendo compañeros habituales de damas nobles, recibiendo mimos y cuidados, e incluso apareciendo en retratos junto a sus dueños. Su mayor esplendor se alcanzó en los siglos XVI y XVII; era el compañero inseparable de la aristocracia europea, desfilando por las cortes del continente europeo con su elegante pelaje. Sin embargo, la Revolución Francesa marcó un declive en su fortuna. Muchos ejemplares fueron abandonados, pero su inteligencia y adaptabilidad les permitieron sobrevivir en un nuevo entorno, trabajando en circos, ferias y espectáculos callejeros. En la década de 1930, criadores franceses trabajaron arduamente para rescatar la raza, logrando el reconocimiento oficial en Francia en 1933/34 y, más tarde, por otras organizaciones caninas internacionales. En 1956, el bichón frisé llegó a los Estados Unidos, donde el AKC (American Kennel Club) le otorgó reconocimiento oficial en 1973. Hoy en día, se les considera perros de compañía muy populares, valorados por su temperamento jovial y su hermoso pelaje. Esta trayectoria, llena de contrastes, le confiere un encanto particular.
Morfología del bichón frisé: la elegancia en cada curva
La morfología del bichón frisé no solo realza su indiscutible belleza, sino que también refleja su gracia y equilibrio. Desde su distintivo pelaje rizado hasta su porte orgulloso, cada aspecto de su estructura está cuidadosamente armonizado para proyectar una apariencia suave y refinada. Con proporciones compactas y bien balanceadas, el bichón de pelo rizado se destaca tanto por su elegancia como por su expresividad, convirtiéndolo en una verdadera joya canina.
El bichón frisé es un perro pequeño y alegre, con un abundante pelaje blanco y rizado, similar a pequeños tirabuzones o borlas. Este manto le confiere una apariencia suave y esponjosa, como una nube. Camina con la cabeza alta, mostrando un porte orgulloso. Su expresión despierta e inteligente transmite alegría y simpatía. Sus ojos oscuros y expresivos reflejan una gran vitalidad. La cola, que se curva con elegancia sobre su espalda, añade un toque de gracia y energía a su figura.
La armonía y el equilibrio son fundamentales en la estructura de la raza. Es un perro de proporciones compactas y bien balanceadas. Su cuerpo es ligeramente más largo que alto, inscribiéndose en un rectángulo. Esto le confiere un aspecto sólido y elegante, pero sin ser pesado. La proporción ideal del cráneo es 3 a 2 en relación con el hocico, contribuyendo a su expresión dulce y equilibrada. Un hocico demasiado corto o largo rompería la armonía facial. La profundidad del pecho debe llegar hasta la altura de los codos, importante para un buen desarrollo del tórax y correcta angulación de las patas delanteras.
La cabeza del bichón frisé es proporcional al cuerpo, destacando por su cara blanca. Los ojos oscuros y expresivos, junto con la trufa negra, forman un triángulo equilátero, otorgándole una expresión facial equilibrada y armoniosa. El cráneo es plano o ligeramente redondeado al tacto. La trufa es redonda, negra y brillante, con orificios nasales bien abiertos. El hocico es ancho en la base y se afina gradualmente sin llegar a ser puntiagudo. Los labios son finos, apretados y de color negro intenso, sin mostrar mucosas ni colgar. Las mandíbulas son fuertes y anchas, con una mordida en tijera ideal. Las orejas, cubiertas de pelo rizado, cuelgan a los lados de la cara y se insertan ligeramente por encima de la línea de los ojos.
El cuello es largo y elegante, midiendo aproximadamente un tercio del largo total del cuerpo. La línea superior del cuerpo, desde la cruz hasta el nacimiento de la cola, es recta y horizontal. La espalda es corta, fuerte y musculosa. El pecho está bien desarrollado, con costillas arqueadas que le dan profundidad y una forma compacta. La línea inferior del cuerpo sube suavemente desde el pecho hasta el vientre, creando una forma recogida y elegante.
La cola se inserta a una altura media, curvándose con gracia sobre la espalda sin tocarla. La curvatura ideal es suave y suelta, añadiendo elegancia al movimiento y reflejando su temperamento alegre y vivaz.
Las patas del bichón frisé son fuertes, rectas y de tamaño adecuado para su cuerpo. Los hombros están bien inclinados hacia atrás, facilitando un movimiento fluido. Los muslos son anchos y musculosos, con las rodillas y tobillos bien angulados. El bichón de pelo rizado se mueve con agilidad, soltura y elegancia. Parece flotar suavemente sobre el suelo, manteniendo la cabeza alta y la cola curvada sobre el lomo, mostrando un porte orgulloso y lleno de energía.
La piel es fina, tensa y de color rosa pálido con manchas oscuras. Su manto, doble y abundante, es su característica más distintiva. La capa externa, con bucles sueltos, proporciona una textura suave y esponjosa al tacto. La capa interna es densa, suave y lanosa. El color ideal es el blanco puro, aunque se tolera un ligero sombreado beige en los cachorros antes del primer año.
El bichón frisé mide entre 25 y 29 centímetros de altura a la cruz, con una variación de hasta un centímetro más en los machos y un centímetro menos en las hembras. El peso ideal ronda los 5 kilogramos, aunque puede variar ligeramente dependiendo de la constitución individual de cada perro.
Cría del bichón frisé: responsabilidad y compromiso
La cría del bichón frisé es una tarea que requiere dedicación y conocimiento. En nuestro criadero, priorizamos la salud, el bienestar y la pureza de la raza. La genética desempeña un papel fundamental en este proceso, influyendo en una amplia gama de características, desde la apariencia física hasta el temperamento y la salud de cada cachorro.
Cada cachorro crece en un entorno familiar y controlado, donde recibe los cuidados necesarios para su óptimo desarrollo. Desde su nacimiento, nuestros pequeños reciben atención veterinaria integral, que incluye vacunaciones, desparasitaciones y revisiones periódicas. Además, se alimentan con dietas de alta calidad, especialmente formuladas para cubrir sus necesidades nutricionales en cada etapa de crecimiento. Para fomentar su bienestar físico y psicológico, les proporcionamos un ambiente limpio y enriquecedor.
La selección de los reproductores es una tarea crucial. Estudiamos a fondo los pedigríes de nuestros perros, buscando líneas de sangre estables y libres de enfermedades hereditarias. Al elegir a los futuros padres de nuestros cachorros, evaluamos no solo su apariencia física, sino también su temperamento, su salud y su conformidad con el estándar de la raza.
La genética no solo influye en el aspecto físico de nuestros perros, sino también en su personalidad. Al seleccionar reproductores con temperamentos equilibrados y sociables, aumentamos las posibilidades de obtener cachorros amigables y adaptables. Además, la socialización temprana, que complementa la influencia genética, garantiza que nuestros cachorros sean perros seguros y confiados.
La socialización es un pilar fundamental en nuestro programa de cría. Creemos firmemente en la importancia de exponer a los cachorros a diversas experiencias y estímulos desde una edad temprana. De esta manera, adquieren habilidades sociales esenciales, como la confianza, la adaptación a nuevos ambientes y la interacción positiva con otros perros y personas. Los beneficios de esta práctica son evidentes: los cachorros socializados son más seguros de sí mismos y se adaptan con mayor facilidad a nuevos hogares.
Al momento de entregar a nuestros cachorros, a las 12 semanas de edad, estos ya cuentan con todas las vacunas y desparasitaciones correspondientes, un microchip y un pasaporte europeo. Además, están inscritos en el Libro de Orígenes Español (LOE) de la Real Sociedad Canina de España (RSCE), documentando su linaje y garantizando su pureza racial.
Nuestro compromiso como criadores va más allá de la salud física y mental del cachorro. Buscar familias responsables que valoren las cualidades únicas de esta raza y estén dispuestas a ofrecerles un hogar amoroso y lleno de cuidados también es tarea del criador.
Aunque el bichón frisé es una raza generalmente saludable y robusta, es susceptible a ciertas enfermedades como las luxaciones de rótula, problemas dentales, infecciones de oídos y enfermedades oculares. Un cuidado veterinario regular y una dieta equilibrada son fundamentales para prevenir estos problemas.
Bichón frisé: nubes de algodón con secretos de belleza
El “bichón à poil frisé”, con su apariencia de suave nube de algodón, esconde un pelaje que requiere cuidados específicos. Su manto, de doble capa y crecimiento continuo, está formado por rizos externos y un subpelo suave. Esta combinación, si no se atiende correctamente, puede dar lugar a nudos y apelmazamientos. Para mantener su belleza, es esencial un cuidado regular que evite que su pelaje pierda su esponjosidad y brillo.
A pesar de su fama de 'hipoalergénicos', ningún perro lo es completamente. El bichón frisé, sin embargo, destaca por su pelaje en espiral que atrapa la caspa, reduciendo así los alérgenos en el aire. Aunque no garantiza la ausencia total de reacciones, es una opción a considerar para personas sensibles.
El cepillado diario es un ritual esencial para mantener el pelaje del bichón frisé en óptimas condiciones. Convierte este momento en una oportunidad especial para fortalecer tu vínculo con tu mascota mientras previenes nudos, eliminas el pelo muerto y estimulas la circulación. Utiliza un cepillo de carda y un peine de metal, comenzando por las puntas y avanzando hacia la raíz, para asegurar un pelaje sano y brillante.
Los baños regulares con champús y acondicionadores específicos para perros de pelo blanco y rizado son fundamentales para mantener el pelaje de tu mascota limpio y saludable. Después del baño, seca suavemente su pelaje con una toalla absorbente y luego utiliza un secador a baja temperatura y un cepillo para estirar los rizos y evitar enredos. Este proceso no solo seca el pelaje, sino que también ayuda a distribuir los aceites naturales y a prevenir problemas de piel como la dermatitis.
Un peluquero canino especializado en la raza es crucial para mantener su pelaje en óptimas condiciones. Con cada corte, el profesional esculpirá su manto, creando la característica forma redondeada y esponjosa. Además de realzar su belleza, este corte facilita el cuidado en casa, previene enredos y reduce el riesgo de problemas de piel.
Pero el cuidado del bichón frisé no se limita a su pelaje. Sus ojos, que a veces lagrimean, necesitan una limpieza regular con una solución específica. Sus orejas también requieren atención para prevenir infecciones, y su higiene bucal debe cuidarse para evitar la acumulación de sarro. La nariz y las almohadillas, desprovistas de pelo, necesitan cuidados especiales para evitar erosiones y heridas, como la hidratación con bálsamos.
Además del cuidado externo, la alimentación juega un papel crucial en la salud y apariencia del pelaje del bichón frisé. Una dieta equilibrada, rica en proteínas de alta calidad, ácidos grasos omega-3 y omega-6, vitaminas y minerales, es esencial para mantener la esponjosidad y brillo característicos de su manto. Incorporar alimentos como el salmón, el aceite de pescado, y verduras de hoja verde pueden ayudar a nutrir su pelaje desde el interior. Consulta con tu veterinario para determinar la mejor dieta para tu mascota, adaptada a sus necesidades específicas y estado de salud.