Acuariofilia marina
Cuidados y mantenimiento de un acuario artificial de arrecife
Alberto San José y Fernando Blanco, propietarios de Coral Supplies y administradores de The Coral Club
07/10/2022Hoy en día, y más aún durante la pandemia, nos hemos encontrado con multitud de hobbies a los cuales dedicar nuestra atención y nuestro tiempo, pero pocos son tan reconfortantes y relajantes como tener un pequeño arrecife de coral en casa. A muchas personas esto les sonará a tener un acuario como siempre hemos visto en multitud de tiendas y con figuras pintadas dentro... pero lo que vamos a explicar en este artículo poco tiene que ver con esa fotografía que ronda nuestras cabezas.

Cuando hablamos de un arrecife de coral en casa, lo hacemos desde el conocimiento que debemos adquirir para poder disfrutar de uno de estos pequeños ecosistemas marinos en nuestro hogar. Por ello, siempre recomendamos leer e instruirse lo máximo posible antes de instalarlo, y confiar en la gran cantidad de tiendas y profesionales del sector, con amplia experiencia en ellos.
Dejando a un lado lo anterior, podemos definir varios apartados que debemos tener en cuenta para montar un acuario marino, a los cuales los aficionados del hobbie llamamos “reef” (“arrecife”, en inglés).

El equipamiento habitual necesario sería, a grandes rasgos, el siguiente:
- Urna. Lo habitual es que tenga un rebosadero, por el cual el agua bajará para su filtración a una urna más pequeña, en la parte inferior de la mesa usada, denominada SUMP o sumidero. En ella podremos encontrar los siguientes elementos:
- Divisiones para los diferentes apartados de filtración
- Bomba de subida de agua para devolver el agua filtrada a la urna principal
- Skimmer (o separador de urea). Se usa para eliminar compuestos orgánicos que, de otra forma, se descompondrían dentro del sistema, causando un exceso de residuos.
- Refugio de algas. Se utiliza para albergar microfauna marina (isópodos, copépodos, larvas de peces o invertebrados, etc.), y para el consumo del exceso de nutrientes en el acuario, además de para estabilizar el pH por la noche, ya que se suele iluminar mediante luz artificial en ese período para evitar bajadas en el acuario principal.
- Material para albergar bacterias: multitud de materiales porosos se usan para albergar la filtración biológica imprescindible en un acuario, tanto dulce como marino.

- Bombas de movimiento o generadores de olas. Sirven para poder mover tanto el conjunto de agua de la urna principal como la superficie, y generar un intercambio gaseoso adecuado, ya que en acuarios marinos no se usan oxigenadores como en agua dulce, debido a que las micro burbujas de éstos pueden causar estrés en los pólipos de los corales, que son animales (y no vegetales aunque carezcan de sistema circulatorio).
- Pantallas de iluminación. En los acuarios marinos en los cuales queremos mantener corales necesitamos una buena iluminación para que éstos realicen la fotosíntesis. Esta fotosíntesis la realizan unos simbiontes en el tejido del coral, las zooxantelas. Mediante ella, se aportan ciertos nutrientes que éstos no pueden obtener del agua que los circunda. Los corales pueden, mediante sus pólipos, capturar zooplancton y bacterio plancton, los cuales les proporcionarán alimento, pero requieren de este simbionte para poder vivir y crecer. Para que sea adecuada, necesitamos que las pantallas que iluminan el acuario ofrezcan una buen P.A.R. (radiación fotosintéticamente activa). Además, hemos de poder ofrecer un espectro adecuado a estos animales para sacar todos sus colores y fluorescencias.
- Calentador. En los acuarios marinos de arrecife la temperatura oscila entre los 24 y 26º, de media de forma constante. Este calentador también puede ubicarse en el SUMP, lejos de nuestra vista. Si vivimos en una zona cálida, seguramente, en verano, necesitaremos de un enfriador para evitar que la temperatura del sistema supere los 28 o 29º, ya que esto provocaría un blanqueamiento del coral y su muerte, como ocurre en arrecifes naturales.

Un acuario marino de arrecife se basa en tres pilares fundamentales: una iluminación adecuada, la alimentación y la química del agua. En lo que a la última se refiere, podríamos decir que necesitamos que el agua del acuario se parezca lo máximo posible a la del océano, con un balance iónico lo más semejante posible al agua de mar. En ello influye desde la cantidad de calcio, magnesio, yodo azufre... hasta prácticamente la de todos los elementos de la tabla periódica que están presentes en ella.

Los refugios de algas suelen iluminarse por la noche mediante luz artificial para evitar caídas bruscas de pH.
Todos estos elementos se van consumiendo por corales, invertebrados, algas, etc., y hemos de reponerlos con continuidad, según ese consumo. Para ello, se pueden hacer cambios de agua de entre un 10% y 25%, semanalmente, u olvidarnos de ello y automatizar mecánicamente la adicción de esos elementos mediante productos químicos a la venta para ello.
Además, hemos de vigilar algo muy importante, que es la densidad del agua contenida. El agua del acuario se va evaporando, por lo que hay que ir rellenándola de nuevo, teniendo en cuenta, por eso, que las sales contenidas no lo hacen. Por lo tanto, debemos instalar un sistema de reposición de agua destilada u osmotizada libre de estos elementos minerales.