Desde 2021, el crecimiento del sector se ha sostenido en la Química de Consumo y Especialidades, junto con la Farmaquímica mientras que la Química Básica, ha experimentado un descenso productivo continuado
La Industria Química crece, pero la situación es crítica en la Química Básica por los altos precios energéticos
El sector químico español (CNAEs 20 y 21) cerró 2024 con un crecimiento de la cifra de negocios de un 3,6% hasta los 85.483 millones € apoyada esencialmente en el crecimiento de la producción (+6,6%) pero todavía lastrada por precios (-0,7%) y mantiene para 2025 una expectativa de crecimiento del 4,2% hasta casi los 89.000 millones. Sin embargo, a pesar de este sólido y estable crecimiento, sigue arrastrando un grave problema de competitividad en el subsector de la Química Básica -caracterizado por su alta demanda energética- propiciado por los desproporcionados precios del gas y la electricidad que se afrontan en Europa en los últimos años. Estos datos los ha ofrecido Feique, en la presentación de resultados 2024 y perspectivas 2025 del Sector Químico Español.

El positivo crecimiento de la Producción apuntala la Cifra de Negocios


El Comercio Exterior se mantiene estable a expensas de las consecuencias de la política arancelaria de EE.UU.
El estancamiento económico de nuestros principales mercados de exportación (Francia, Alemania e Italia) no ha permitido incrementar con mayor fortaleza las exportaciones, que en 2024 han registrado un ligero repunte de apenas el 0,3%, que se traduce en una cifra de negocios exterior de 59.166 millones €. Esta cifra se elevará hasta casi los 61.000 millones en 2025 con una estimación de crecimiento del 3% por las expectativas de crecimiento de la demanda global.

Considerando los datos de 2024, el sector químico consolida su posición como segundo mayor exportador de la industria española tras la automoción, generando el 17,1% de la cifra de negocios de nuestro país en mercados exteriores. Por su parte, las importaciones se elevaron un 1,5% hasta los 62.085 millones €, por lo que el índice de cobertura EXP/IMP se situó en el 95,3%, es decir, 11 puntos superior a la registrada en 2015 (84,5%).
Respecto a los aranceles impuestos por el Gobierno estadounidense a la UE, el sector apoya una negociación general para reducir su impacto. Pero si estas negociaciones no fructificasen, sería necesario habilitar una negociación sectorial para los productos químicos. Si las negociaciones no fueran satisfactorias antes del verano, las previsiones de crecimiento del sector serían cero.
Independientemente del alcance de los resultados de las negociaciones, preocupan los efectos indirectos de las producciones de países exportadores que traten de trasladarse a Europa si la demanda exterior norteamericana se retrae. En cualquier caso, el sector insta a la Comisión y al Gobierno a que, más allá de las ayudas o programas de apoyo anunciados -sin duda positivos-, aceleren medidas para impulsar la competitividad, esencialmente en relación a los costes energéticos, verdadero talón de Aquiles de las industrias básicas de todo el continente, y valoren la adopción de contramedidas si las negociaciones globales no se sitúan en términos razonables.

La generación de Empleo continúa evolucionando positivamente
Destaca especialmente el incremento en la contratación de mujeres, que en 2024 alcanzaron el 46,8% de la fuerza laboral del sector, frente al 38% de 2015.
Considerando los efectos indirectos e inducidos, el sector proporciona actualmente 816.200 empleos, lo que supone el 5,5% de la población activa asalariada del sector privado. En cuanto a la calidad del empleo, aún con datos de 2023, destaca el 94% de contratación indefinida y un salario medio anual de casi 42.000 €. No obstante, se espera que la cifra final de 2024, una vez se publique, se eleve hasta los 45.000 € anuales por persona empleada, una retribución que supera en un 37,6% al salario medio industrial, y un 57,8% a la media nacional.

Situación Crítica de la Química Básica
El subsector de la Química Básica es fundamental para la autonomía estratégica puesto que se encuentra a lo largo de numerosas cadenas de valor de sectores claves como el sanitario, la alimentación, la construcción, la automoción o la defensa, entre muchos otros, además de ser fundamental para el propio funcionamiento de la economía.
Desde el año 2021, todo el crecimiento del sector químico se ha sustentado esencialmente en la fortaleza de la Química de Consumo y Especialidades, y de la Farmaquímica, mientras que la Química Básica, que representa un tercio de la producción, ha registrado un descenso productivo continuado debido al incremento de los precios del gas y la electricidad.
Los altos costes de la energía han afectado simultánea y drásticamente a todos los sectores electro y gasintensivos europeos, tal y como señala el informe Draghi y los análisis realizados por la Comisión Europea en sus recientes y sucesivas comunicaciones Clean Industrial Deal, y Affordable Energy Action Plan.
Así, en 2024, la Química Básica, acumula desde 2015 una caída de 8 puntos porcentuales, descenso que se ajustará a finales de 2025 al 5,2% por la moderación esperada de los precios energéticos.

En 2022, y ya con la demanda normalizada, la invasión de Ucrania y la espectacular escalada de los precios energéticos (+251,2% en el caso de la electricidad y +833,3% en el del gas respecto a 2019), generaron una pérdida productiva de 11 puntos en este subsector, tendencia que se agudizó en 2023 con una nueva caída de 9 puntos que llevaron el acumulado desde 2015 a un crítico -13,6%.

La recuperación productiva en 2024 y la previsible, aunque más moderada en 2025, vienen condicionadas por el incremento de la demanda y unas expectativas de mejora de precios a corto y medio plazo, pero continúa latente la debilidad competitiva de Europa frente a los mejores precios energéticos que proporcionan EE.UU. y China a sus empresas industriales, lo que les está permitiendo capitalizar las inversiones productivas.
Ante esta situación, resulta imperante que el Gobierno español asuma las recomendaciones del ejecutivo comunitario, las cuales deben centrarse en reducir el impacto de los Peajes, Cargos e Impuestos en las empresas electrointensivas, así como en aprovechar los límites de los modelos de compensación y de gestión de demanda existentes.
Objetivo: Alcanzar un precio final eléctrico de 40€/MWh

Esencialmente, las medidas deberían orientarse a (1) derogar (o tipo 0) el Impuesto del Valor de Producción de Energía Eléctrica del 7%; (2) trasladar parte del coste de los Servicios de Ajuste a los cargos del sistema; (3) establecer de forma permanente la reducción del 80/90% de los peajes de acceso; (4) reducir el impacto del Impuesto Eléctrico y del Fondo Nacional de Eficiencia Energética; y (5) maximizar el volumen de compensaciones por emisiones indirectas de CO2 hasta 900 millones €, incorporando en este caso a los subsectores de la Química Básica y otros electrointensivos al Anexo 1 de las Directrices de ayuda estatal en el contexto del régimen de comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero, actualmente en revisión, para que pudieran acceder a las mismas.
Este precio, independientemente de otros factores, situaría en una posición competitiva muy positiva a los sectores electrointensivos de nuestro país respecto a nuestros principales competidores europeos (Alemania, Francia, Italia) e internacionales (EE. UU. y China), además de generar una aceleración de inversiones en electrificación donde resulte viable.

Objetivo: Financiación de Inversiones y OPEX para alcanzar la neutralidad climática

Para cubrir este gap, es necesario articular un instrumento financiero de apoyo a la inversión propio en España, independientemente de la creación del Fondo de Competitividad Europeo señalado en el Clean Industrial Deal que estará dotado con 100.000 millones € para financiar la transición del sector manufacturero, del que, en todo caso, se desconoce el funcionamiento previsto.
Feique, junto a los sectores integrados en la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, ha trasladado al Ministerio de Industria y Turismo y a los diferentes grupos parlamentarios la necesidad de instaurar un Fondo Nacional para la Descarbonización y Competitividad Industrial, dotado anualmente con 2.500 millones €, el cual se alimentaría fundamentalmente con los ingresos de la venta de derechos de emisión (70%), completados con Presupuestos Generales del Estado.
Este Fondo también facilitaría un modelo de financiación del OPEX vía Contratos por Diferencias de Carbono (CDCs), ya que la mayoría de las tecnologías para la descarbonización generan un OPEX más elevado, siendo económicamente inviables respecto a tecnologías fósiles tradicionales, como es el caso del hidrógeno verde, el biometano y otros gases renovables, la captura y almacenamiento de CO2 o la electrificación.
El Ministerio de Industria está precisamente analizando en la actualidad el desarrollo de un modelo de CDCs para las tecnologías de descarbonización. En todo caso, Feique está ultimado un informe avanzado con una propuesta de funcionamiento que presentará al Ministerio próximamente.
Enlace a la Radiografía del Sector Químico Español