Aplican un modelo matemático para priorizar las funciones de las dehesas
Un equipo de investigación del Centro Camino de Purchil del IFAPA en Granada y la Universidad Politécnica de Cartagena ha concluido que la sostenibilidad medioambiental es prioritaria para los ciudadanos andaluces que viven en los territorios con dehesas. Para ello, han aplicado un modelo matemático que utiliza estadísticas y opiniones de expertos y de la sociedad para evaluar todas las funciones que desempeña este espacio natural.
Las dehesas son ecosistemas agroforestales característicos del sur de España y Portugal formados por bosques de encina y alcornoque, combinados con pastizales donde se cría el ganado y se realizan actividades agrícolas. Además, en las últimas décadas ha cobrado gran importancia su explotación como espacio educativo, cultural, de ocio y turismo.
Se caracterizan por contar con una gran biodiversidad y jugar un papel importante en la conservación de la naturaleza, combinando una alta actividad económica con el cuidado del medio ambiente. Así, en el artículo ‘Prioritising conservation actions towards the sustainability of the dehesa by integrating the demands of society’ de la revista Agricultural Systems, los autores plantean cómo se concibe la importancia de cada uno de los factores que inciden en las explotaciones de las dehesas por parte de los actores principales. Los resultados ofrecen la clave para el establecimiento de estrategias en la conservación y promoción de estos espacios a quienes deben gestionarlos.
De esta manera, han evaluado distintas funciones que cumple la dehesa en materia medioambiental, económica y social, destacando la conservación del patrimonio cultural, la producción forestal y la biodiversidad. “Tras nuestro estudio, hemos concluido que, desde la perspectiva de quienes están afectados por las actividades que en ellas se desarrollan, es más importante la conservación propia del espacio natural que otros factores como pueden ser, por ejemplo, la obtención de productos de caza, forestales, hongos o trufas o la obtención de biomasa”, indica el investigador del IFAPA Guillermo García, coautor del artículo.
La explotación de las dehesas a examen
De esta manera, los investigadores han analizado mediante un método matemático, conocido como Proceso Analítico Jerárquico (AHP, por sus siglas en inglés) cuáles son las funciones clave para la toma de decisiones en la gestión de las dehesas. Este modelo tiene en cuenta multitud de criterios de manera simultánea, descompone el problema en una jerarquía de elementos y asigna prioridades a cada uno de ellos. Así, se consideran todos los factores y se equilibran los pros y contras de diferentes opciones de manera sistemática y objetiva.
El estudio ha clasificado las demandas de la sociedad sobre las dehesas en tres dimensiones: económica, social y ambiental. Los resultados han mostrado que esta última es la que tiene la prioridad más alta, especialmente en lo referente a la protección del paisaje y conservación de la biodiversidad. Entre las económicas destaca la producción de productos agrícolas de calidad y la promoción del turismo rural, mientras que, en la parte social, la preservación del patrimonio cultural y la función educativa y científica son los factores que más preocupan.
Dehesas en equilibrio ambiental, económico y social
Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, las dehesas en España ocupan 3,5 millones de hectáreas y en Portugal suman un millón más. Esta cifra supone un 7,5% del total del territorio peninsular. Aparte de su valor económico debido a la producción primaria vinculada a la alimentación, como jamón, bellotas, miel o setas, o productos forestales como el corcho o la madera, aportan una importante contribución en diversas industrias adyacentes.
Además, la dehesa desempeña un importante papel ambiental y social, ya que es un ejemplo de equilibrio económico con el entorno y para el mantenimiento de la biodiversidad. Contribuye con la fijación de CO2, la protección del suelo, el apoyo a los ciclos de nutrientes y agua, la protección contra la erosión, la desertificación y la prevención de incendios.
Por último, contribuye al mantenimiento de la población en áreas rurales y ofrece una alternativa viable para el turismo. “Un espacio tan diverso puede dar lugar a conflictos en la prioridad para ejecutar medidas en su explotación. Por eso, es necesario conocer cuáles son los aspectos más valorados por la sociedad, con datos cuantitativos y cualitativos”, indica el investigador.
Los expertos continúan sus investigaciones orientadas a mejorar la sostenibilidad de distintos espacios unificando la rentabilidad económica, la preservación del medio ambiente y la consideración de cuestiones sociales. La investigación se ha financiado mediante el proyecto europeo perteneciente al séptimo programa marco ‘Ecosistemas de la Dehesa: Desarrollo de políticas e instrumentos para la conservación de la biodiversidad (bioDEHESA)'.