Las empresas cárnicas se equipan contra el COVID
La empresa cárnica El Encinar de Humienta ha instalado 6 cámaras termográficas fijas de B+Safe en su plantas de Cáceres y Madrid. Con esta iniciativa, refuerza la seguridad de sus trabajadores y clientes dentro de un protocolo que incluye la realización de tests, la extrema la limpieza de las instalaciones, el uso de geles hidroalcohólicos, la utilización obligatoria de mascarilla, el mantenimiento de la distancia social, acotada en las diferentes áreas de trabajo, además de las medidas de seguridad establecidas para las industrias de alimentación en diferentes normativas nacionales e internacionales.
La compañía ha instalado 3 cámaras en su planta de Madrid y otras 3 en la de Cáceres. Ambas tienen dos accesos bien diferenciados: el de los trabajadores de oficina y el de los de la planta industrial, y controlan el acceso del total de la plantilla de las dos sedes, que supera 400 trabajadores. La utilización de estas cámaras permite controlar el acceso con verificación de temperatura de todas las personas registradas y de las visitas, evitando posibles contagios.
Fundada en 1998, gracias a la visión emprendedora de las familias Collar y Yartu, grandes conocedores y con una dilatada experiencia en el sector cárnico, cuenta con dos sedes principales una planta de sacrificio y oreo de alta capacidad y una planta de producción, elaborados y congelación ubicadas en Almaraz (Cáceres) y Mercado Central de Carnes (Madrid) respectivamente, ambas instalaciones disponen de las más alta tecnología y ofrecen el más amplio rango de productos para el sector de la alimentación, bajo los mayores estándares de calidad y las más exigentes certificaciones, IFS, ISO, Halal, Bienestar animal o BIO).
Proyecto+Vida
Es un proyecto de RSC de B+Safe creado para fomentar el cuidado del corazón y una cardioprotección eficaz, así como enfocar la tecnología al servicio de la seguridad y la prevención en las organizaciones.
Sus acciones: sensibilización sobre la cardioprotección, fomento de hábitos de vida saludables, formación de conocimientos básicos en RCP/SVB, cardioprotección de eventos, donación de desfibriladores, donación de sistemas de seguridad para prevención, organización de eventos y talleres.
La cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos. Estas zonas cuentan con, según la superficie y la afluencia de público, al menos uno o varios desfibriladores, con un adecuado servicio de mantenimiento y con personas adecuadamente formadas para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino (para conseguir que vuelva a latir el corazón de la persona afectada), hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia.
Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardíaco repentino es de un máximo de 5 minutos.
Hay identificados cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, denominados Cadena de Supervivencia:
- Reconocimiento y llamada al servicio de emergencia.
- Una rápida resucitación cardiopulmonar (RCP).
- Desfibrilación temprana.
- Llegada de la ambulancia y cuidados posrresucitación