Entrevista a María Vargas, enóloga de Marqués de Murrieta
María Vargas es la actual directora técnica de la bodega Marqués de Murrieta (DOCa. Rioja) y Pazo de Barrantes (DO Rías Baixas). Además de ese privilegio –más que merecido–, cuenta en su haber con reconocimientos nacionales e internacionales de mucho prestigio. Tanto como que en 2021 fue seleccionada como la mejor enóloga del mundo en los Women in Wine&Spirits Awards.
Empecemos directas: ¿Qué se siente al ser la mejor enóloga del mundo?
Todos los premios se reciben siempre con mucha ilusión, pero sobre todo con gran humildad; es un reconocimiento a un equipo grandes profesionales y un estímulo para seguir trabajando en la misma línea.
Su carrera está estrechamente ligada a Marqués de Murrieta, bodega en la que se incorporó al terminar la universidad. ¿Se siente muy unida a ella?
Toda mi carrera profesional (y la mitad de mi vida) ha estado vinculada a Marqués de Murrieta, puedes imaginarte lo estrecho que es el vínculo que me une a esta bodega. Aquí he crecido profesionalmente, lo cual es un gran privilegio, y, al mismo tiempo, una gran responsabilidad.
Estudio Ingeniería Agrónoma, ¿por qué se decantó más tarde por la Enología?
Nací en Haro, rodeada de viñas y bodegas, y el vino estuvo siempre en mi vida presente de una manera muy natural. Mi padre estudió enología y mi familia tiene un negocio relacionado con el embalaje del vino. Imagino que todo ello influyó en mi decisión final de encaminar mis pasos en este sentido.
Entre otros logros, bajo su dirección, la bodega ha logrado 100 puntos Parker en su vino Castillo Ygay Blanco 1986, el nombramiento de Castillo Ygay Tinto 2010 como mejor vino del mundo por Wine Spectator… ¿Cómo lo ha logrado?
Como te decía al principio, recibimos estos reconocimientos como un impulso para seguir trabajando en la misma línea. El pasado año, Marqués de Murrieta cumplió 170 años, durante todo este tiempo la obsesión por la calidad ha formado parte del ADN y cada paso que damos es en esta dirección. Su familia propietaria, ha realizado constantes inversiones, incluso, hemos inaugurado una nueva área productiva para seguir reforzando la calidad y la excelencia y esto es parte del secreto para conseguirlo: trabajo, inversión y 170 años de trayectoria en el mundo de la calidad.
En el Castillo de Ygay se encuentra el edificio industrial más antiguo de Europa, ahora un referente de modernidad y equilibrio.
En ocasiones, sus vinos se agotan antes incluso de tener la siguiente añada lista. ¿Cómo han conseguido entender tan bien las demandas del consumidor?
Nuestra apuesta es siempre hacia la calidad, no entendemos otra manera de elaborar vino, independientemente de las tendencias del mercado en un momento determinado y esto es algo que el consumidor de Marqués de Murrieta tiene claro. Hasta que no consideramos que un vino está en su momento óptimo, no se presenta al mercado. No puede haber prisas cuando se juega en la liga de la excelencia.
En este sentido, muchas veces habla del equilibrio pero ¿qué cree que hace especiales los vinos de Marqués de Murrieta?
No es algo que me correspondería a mí decir… Lo que sí te puedo asegurar es que nuestra intención es siempre elaborar vinos honestos, que reflejen el carácter del viñedo del que proceden y siempre buscando la máxima calidad. Nuestros vinos de hoy reflejan todo el expertise acumulado a lo largo de 170 años y son la base del Marqués de Murrieta del futuro.
Su viñedo es una joya pero cuando elabora sus vinos, ¿cómo encuentra el balance exacto entre el respeto a la tierra y la intervención?
Mi trabajo no es otro que el de salvaguardar la inmensa calidad que la Finca Ygay ofrece y la tecnología, precisamente, proporciona la información necesaria para poder anticiparse y aplicar medidas preventivas en lugar de correctivas, que siempre son más radicales. El rigor y la exigencia, es lo que guía cada uno de los procesos, en el viñedo y en la bodega.
A nivel personal, ¿qué zonas productoras de vino le interesan más?
Tengo la suerte de que, además de mi trabajo, el vino es mi hobby y dedico gran parte de mi tiempo a visitar otras regiones vitivinícolas. Por decirte una, me resulta fascinante la viticultura heroica de la Ribeira Sacra.
Y en cuanto a variedades, ¿cuáles son las más atrayentes?
Es difícil seleccionar una u otra, cada variedad tiene su propia personalidad y rasgos distintivos. Si tuviera que elegir una blanca te diría que la Albariño me maravilla, creo que es una de las grandes variedades del mundo con todos los atributos para hacer grandes blancos de guarda. Y como tinta, creo que hay pocas variedades en el mundo con la nobleza y versatilidad de la Tempranillo.
Uno de los grandes problemas del sector del vino es esa lejanía con el consumidor, que se siente asustado por los tecnicismos –algo de lo que usted huye–. ¿En qué debe fijarse el consumidor al escoger la botella?
El vino es, por encima de todo, una cuestión de hedonismo. Elaboramos vinos que hagan disfrutar, que emocionen, que evoquen, que trasciendan décadas… Tiene que ver más con cuestiones emocionales que con cuestiones técnicas y así hemos de intentar transmitirlo.
Liderado por María Vargas, y con la ayuda de un clima privilegiado, un cuidado sin límites del viñedo y un respeto decidido del medio ambiente, el equipo de Marqués de Murrieta elabora vinos de enorme personalidad.
Para terminar, y como nos decía, la bodega cuenta con casi dos siglos de historia… Con ese recorrido, ¿cuáles son sus retos?
Hemos recibido un legado histórico y nuestra responsabilidad es trabajar por y para el legado que recibirán las siguientes generaciones.