¿El consumidor final prefiere bebidas premium aunque cuesten más dinero?
Guillem Boira, CEO de The Original Tonic
26/06/2020Desde tiempos remotos, los teatros, espectáculos o fiestas populares se han encargado de reunir a cientos de personas para compartir un rato de diversión, pero en la actualidad, ya no son esas celebraciones excepcionales, sino un elemento casi cotidiano más del que disfrutar. Y esto hace que exista mayor oferta y un mayor acceso, y por tanto que hoy por hoy estos planes se hayan vuelto mucho más selectos. En este viaje nos influyen herramientas muy positivas como las nuevas tecnologías, las redes sociales, el acceso universal al conocimiento, las grandes posibilidades de movilidad a precios reducidos, pero también algunas sombras como el stress, la dificultad de profundizar relaciones o el espejismo de vida perfecta mostrado por influencers y celebrities. Lo que está claro es que la importancia del lifestyle ha llegado a nuestras vidas y cada vez lo hace con más fuerza; nos gusta gustarnos y eso es positivo ya que nos empuja a ser nuestra mejor versión, ir bien vestidos, cada uno con sus gustos claro; hacer viajes de ensueño, visitar nuevos lugares, ir a los locales de moda de las ciudades… Sabiendo que podemos sonar superfluos podríamos decir que hemos entrado en una espiral de planes chic de la que cuesta salir, pero en realidad significa que queremos disfrutar de la vida y queremos hacerlo con el tiempo limitado que tenemos, y eso nos lleva a disfrutarlo con productos cada vez de más calidad, cada vez más premium. Y otra diferencia con respecto a hace unos años es que esta forma de vida se ha extendido y no queda solo al alcance de los bolsillos más selectos.
Si nos fijamos en una de las últimas encuestas de presupuestos familiares del INE, descubrimos que los españoles gastamos 4.263 euros anuales en tiempo libre (un 16,7% del gasto anual), de los cuales, 1.791 se invierten en ocio y cultura y 2.472 euros se destinan a restaurantes y hoteles.
Ahora bien, ¿por qué tipo de restauración apuesta el ciudadano de clase y edad media? Los restaurantes más aclamados de las principales ciudades de nuestro país ya están, en su gran mayoría, al alcance de casi todos, y esto se debe a que cada vez nos importa menos gastar dinero en el sector de la restauración y los adultos de mediana edad, con una estabilidad económica y profesional, apuestan por comer en sitios reconocidos y de calidad, en sus ratos libres y de ocio. Con ello, viene la elección de disfrutar de los espacios más trendy, los platos y alimentos de moda y, cómo no, de las bebidas que también lo son.
Sin duda, en este aspecto, el gintonic no puede pasar desapercibido. Una de las bebidas más aplaudidas del momento, protagonista de reuniones con amigos, largas sobremesas o tardes y noches en terrazas y bares de moda… Ahora bien, ¿el consumidor final prefiere apostar también por bebidas premium aunque cuesten más dinero?
Los especialistas del canal horeca nos damos cuenta, cada vez más, que esto es así. La calidad cada vez tiene más valor y los clientes prefieren disfrutar de la misma en cada plato, en cada trago y en cada momento de su tiempo de ocio. Y, dentro de este sector, ocurre lo mismo con los spirits y los mixers premium.
A la hora de consumir una tónica, la gente huye; y aun debería huir más, del producto económico básico que, pese a refrescar en el momento, les va a provocar malestar, acidez o dolor de cabeza si va mezclado con alcohol. Los paladares, y también el resto de nuestro cuerpo, son cada vez más exigentes y exquisitos, y la realidad es que la calidad marca la diferencia. Apostar, en este caso, por una burbuja fina, por sabores innovadores o productos que sorprendan y, sobretodo, sienten bien te tomes una o más copas, siempre acaba siendo la elección preferida por el consumidor.
En definitiva, nos encontramos en una situación en la que el trabajo y resto de obligaciones ocupa la mayor parte de nuestro tiempo y esto hace que, cuando tenemos momentos de ocio, queramos apostar por los planes más top o que más bienestar nos puedan aportar. Como ya he comentado estamos en la era de la globalización, internet y la industria 4.0 que hace que todo esté a nuestro alcance; y eso es parte indiscutible de nuestra vidas, lo que nos convierte en consumidores exigentes a todos los niveles y, en la medida de lo posible, no nos importa pagar más si vamos a disfrutar de calidad.
Por cuestiones de autoestima, de cuidado de nuestra salud, de aprovechar la vida que se nos ha dado, de conciencia medioambiental y de conciencia relacional, está claro que vivimos en el menos es más y eso significa que la calidad está por encima de la cantidad y que deseamos disfrutar de cosas realmente buenas, cosas realmente Premium.