El evento aprobado en Argentina es resistente a la sequía y el primero de esta especie de cereal que se desarrolla con esta tecnología en todo el mundo
Trigo HB4: el nuevo transgénico que amenaza con cambiarlo todo
El trabajo de investigación desarrollado por Trigall Genetics, la joint venture entre la argentina Bioceres y la francesa Florimond Desprez, ha durado 15 años hasta conseguir una nueva variedad de trigo resistente a la sequía y la salinidad del suelo que podría cambiar de forma radical la agricultura en África y otros lugares del planeta donde las condiciones para el cultivo son extremas.
La empresa argentina Bioceres anunció el pasado 8 de octubre la aprobación por parte del Ministerio de Agricultura de Argentina de su tecnología HB4 para el cultivo de trigo, una tecnología de tolerancia a sequía única a nivel mundial.
Este avance es fruto de la colaboración público-privada durante más de 15 años entre la joint venture Trigall Genetics, formada por Bioceres y la obtentora francesa Florimond Desprez -una de las empresas líderes a nivel mundial en genética de trigo-, y el grupo de investigación de la doctora Raquel Chan, autora del descubrimiento y que lleva a cabo su trabajo en la Universidad Nacional del Litoral (Conicet) en Argentina.
La decisión de la autoridad regulatoria argentina se produjo después de la aprobación del evento HB4 en soja, que ya fue concedida en los países de mayor producción mundial de este cultivo, incluyendo Argentina, Estados Unidos, Brasil y Paraguay, que representan aproximadamente el 80% de la producción mundial de soja.
Ahora, la comercialización del nuevo trigo HB4 en Argentina está condicionada por la aprobación para la importación por parte de Brasil, país que compra a Argentina aproximadamente el 85% del trigo que consume.
Además, el proceso de aprobación del trigo HB4 se ha iniciado ya en Estados Unidos, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Trigall Genetics también se encuentra preparando presentaciones para Australia y Rusia, así como en otros países de Asia y África.
Según información difundida por Bioceres, los ensayos en campo efectuados en los últimos 10 años con lotes de trigo HB4 han ofrecido aumentos de rendimiento en torno al 20% en condiciones de sequía.
Sin que todavía se hayan emitido informes o elaborado estudios que demuestren un impacto negativo del cultivo de trigo HB4 en el ecosistema, las mayores dudas surgen ahora por una cuestión puramente comercial.
Reacciones en contra del nuevo 'súper trigo'
La aprobación de este nuevo transgénico ha causado un enorme revuelo mediático en Argentina. Muchas son las voces que denuncian la vinculación del cultivo de trigo HB4 con el glufosinato de amonio, un herbicida de amplio espectro que se compara con el glifosato.
El glufosinato de amonio es un herbicida organofosforado, foliar de amplio espectro, no sistémico, no selectivo y según las empresas que lo producen es de características ambientales favorables. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo clasifica como moderadamente peligroso (Grupo II).
Por otro lado, los propios agricultores no acaban de ver las ventajas de cultivar el primer trigo resistente a sequía que muchos piensan que solo favorecerá a las agroindustrias argentinas y los denominados pooles de siembra, sociedades que alquilan tierras para la producción de granos con fines meramente especulativos y al más corto plazo, sin ninguna vinculación con el territorio.
Sin que todavía se hayan emitido informes o elaborado estudios que demuestren un impacto negativo del cultivo de trigo HB4 en el ecosistema, las mayores dudas surgen ahora por una cuestión puramente comercial.
El mercado mundial de trigo y de las harinas suman en total 175 millones de toneladas anuales y 18 millones, respectivamente, todas no transgénicas, a diferencia de los mercados de maíz, soja y algodón. El cultivo y comercialización de este trigo en Argentina "podría impactar negativamente en los mercados conquistados y podría suponer un freno a la expansión de las exportaciones, tirando por tierra los esfuerzos realizados para consolidarlos y ocasionando un daño irreparable e irreversible para el mercado triguero argentino", según han publicado varios medios argentinos en las últimas semanas.
Argentina, primer país que comenzaría a producir este tipo de trigo transgénico, se arriesga por tanto a generar un desequilibrio comercial dado que se adentraría en un territorio inexplorado a nivel mundial sin contar con un "sistema comercial que permita separar y controlar la trazabilidad de los granos provenientes de variedad OGM y no OGM".
La comercialización de la semilla, la alternativa más factible
Tal y como afirma Carlos Trigo (el apellido no es ficticio), director comercial de Graneles Sudamericanos, empresa dedicada al comercio internacional de granos con base en Argentina, “en el país hubo un amplio debate acerca de lo oportuno de autorizar esta variedad, pero la realidad es que para ser sembrada hace falta que los grandes mercados den su visto bueno. Es decir, que Egipto, Brasil, Indonesia, Vietnam, Tailandia, Bangladesh y otros países lo acepten”.
El descubrimiento de la doctora Chan se basa en genes hallados en el girasol, por lo que muchos expertos defienden su inocuidad sobre el medio. No obstante, al tratarse de un cultivo como el trigo blando cuyo destino puede ser la molienda para la fabricación de harinas y pan para el consumo humano, el rechazo en un primer momento por las industrias brasileñas ha sido casi generalizado.
No obstante, una de las posibilidades que abre este OGM es la exportación de la semilla para su cultivo en terceros países. “Argentina es una potencia semillera, se exportan miles de toneladas de semilla de maíz a Estados Unidos, así como de soja. El camino que ha elegido Argentina es el agregado de valor, por eso es una potencia en harinas de soja en lugar de venderla como grano, como es el caso de Brasil”, señala el responsable de Graneles Internacionales.
Sobre la posibilidad de que Argentina pueda perder la hegemonía y el control sobre este nuevo avance, Trigo indica que “no creo que se pierda el liderazgo frente a otros paises, será muy útil en África, Australia y en las zonas de gran riesgo agrícola por sequías como también es el caso de Rusia y Kazajistán. Es decir, tambien venderemos el trigo como grano, pero la idea es vender la semilla y hacer contratos con semilleros locales... supongo que es la idea de los desarrolladores”.
En opinión de este experto, "el hecho de desarrollar una semilla que pueda soportar salinidad y sequías puede contribuir a que en África la agricultura sea más simple y viable, lo que permitiría parar las hambrunas y los frecuentes desplazamientos de población a causa del clima. El trigo es muy importante en la alimentación, acceder a él es vital en dietas llenas de carencias como las de África".