El precio medio de la cebada se sitúa esta semana por debajo de los 160 €/t

Las buenas previsiones de cosecha en España y en otras regiones del mundo se están viendo contrarrestadas por las bajas cotizaciones de los cereales en los mercados internacionales. Los efectos indirectos del COVID-19 a nivel global están pesando sobre las perspectivas de consumo en los próximos meses.

La cosecha de cereal en España apunta alto esta campaña en lo que a rendimientos por hectárea se refiere. Las primeras máquinas cosechadoras ya han empezado a trabajar en Andalucía, la región más temprana de Europa. Según ha señalado COAG, la siega, "iniciada en toda Andalucía y con un tercio ya recolectado, se presenta bastante buena en cuanto a rendimientos".

El responsable de Cereales de COAG en Andalucía, y secretario provincial de COAG Sevilla, Ramón García, ha explicado que para esta campaña se ha incrementado el cultivo de trigo duro, como consecuencia de los buenos precios que presentó en la pasada campaña, en detrimento del trigo blando, mientras que la superficie de cebada cervecera se mantiene.

La superficie de cebada total en Andalucía presenta cifras similares al año pasado. No obstante, la superficie de cebada de 2 carreras es un 11% superior y la de 6 carreras un 21% inferior a la campaña anterior. En relación con la media de los cuatro últimos años, la cebada total presenta un aumento del 18%.

Los únicos condicionantes que todavía podrían empañar este 'cosechón' en zonas más septentrionales de España serían las altas temperaturas y el temido asurado del cereal, problemas de encamado, las enfermedades fúngicas o las tormentas que están marcando el inicio del mes de junio en muchas regiones del país.

En la mayoría del territorio nacional, las condiciones climatológicas han sido favorables para el desarrollo del ciclo vegetativo de los cultivos. Las lluvias de primavera han contribuido a elevar el potencial productivo del cereal de forma generalizada y, en estos momentos, se espera que la cosecha alcance la cifra aproximada de 20,6 millones de toneladas (Mt), según los datos recogidos en el último informe de la Comisión Europea con fecha 28 de mayo.

De estos más de 20 Mt que se esperan en el caso de España, 5,4 Mt corresponderían a trigo blando, 8,2 Mt a cebada y 4,2 Mt a maíz. Esto supone, según las previsiones de la CE, un aumento del 7,6% con respecto a la campaña 2019/2020. En el conjunto de Europa se espera que en la 2020/2021 haya un aumento de las existencias finales de cereal.

La cosecha de cereales en la Unión Europea se estima que alcance los 287 Mt, cantidad un 2,4% inferior a la campaña precedente, tras la revisión a la baja respecto a la proyección efectuada en abril. Cabe resaltar que en Francia la previsión es que la cosecha de cereales descienda un 9,9% este año, mientras que las estimaciones relacionadas con la producción de maíz en todo el territorio europeo se han revisado al alza y superarían en un 2% a la cosecha obtenida en la última campaña.

La proyección para la producción mundial de cereales en 2020/2021 se ha incrementado en 12 Mt hasta los 2.230 Mt (+2%).

En el último informe del Consejo Internacional de Cereales (CIC), se ratificó que "la previsión para las existencias mundiales se ha incrementado en 10 Mt, y se espera que las reservas mundiales de cereales de todas clases aumenten por primera vez en cuatro años".

Por otro lado, el incremento en las perspectivas para las cosechas de maíz -sobre todo en Estados Unidos y China-, ha provocado que la proyección para la producción mundial de cereales en 2020/2021 se haya incrementado en 12 Mt hasta los 2.230 Mt (+2%).

Estos movimientos al alza de cifras y estadísticas relacionadas con la cosecha mundial, unidos a la depreciación del petróleo y la consiguiente caída en la demanda de biocarburantes, han generado los fundamentales adecuados para que los precios de las materias primas agrarias a nivel mundial estén presionados a la baja.

En el caso de la evolución del trigo, el Gráfico 1 muestra cómo al inicio de la pandemia en Occidente (mediados de marzo) la demanda de grano aumentó -aunque de forma artificial- por una cuestión de miedo al desabastecimiento y la incertidumbre sobre el cierre de fronteras, situación que se ha ido corrigiendo con el paso de las semanas.

Gráfico 1. Cotización del trigo en el mercado de futuros de Chicago hasta el día 2 de junio de 2020. Fuente: CME Group.

En el caso del maíz, el hundimiento del precio del petróleo West Texas (WTI) y el aumento en las previsiones de cosecha han alimentado y agravado la espiral bajista que pesa sobre esta commodity desde hace meses (Gráfico 2).

El rally alcista que ha llevado al petróleo WTI a recuperar un 85% de su cotización en el mes de mayo, espera refrendarse en la reunión de junio que tiene previsto celebrar la OPEP y en la que Arabia Saudí va a proponer extender los fuertes recortes a la producción impuestos por esta organización. Una decisión que podría mover la cotización del maíz, aunque su tendencia principal de cara a los próximos meses parece difícil de corregir en estos momentos.

Gráfico 2. Cotización del maíz en el mercado de futuros de Chicago hasta el día 2 de junio de 2020. Fuente: CME Group.

En el mercado europeo, según los datos proporcionados por la CE, el trigo harinero cotiza en Francia sobre los 200 €/t (FOB Rouen) lo que supone un 5% más que en la campaña anterior. La cebada pienso se sitúa en los 166 €/t en destino puerto en Francia, un descenso del 10% respecto a 2019. En el caso del maíz, el precio en Rumanía (FOB Constanta) es 167 €/t (+4% vs. 2019) y en lo que respecta al trigo duro la cotización en el puerto de Bolonia es de 278 €/t (+30% vs. 2019).

Mientras tanto, los precios de los cereales continúan a la baja en el mercado interior debido, entre otros factores, a esas buenas previsiones de cosecha. Según las cotizaciones facilitadas por ACCOE sobre el precio medio de los cereales en España, esta semana (1 de junio) el trigo blando ha bajado con respecto a la anterior de 191,35 €/t a 188,23 €/t, la cebada de 162,70 €/t a 158,41 €/t, el maíz de 179,94 €/t a 179,09 €/t y la cebada malta de 168,50 €/t a 161,00 €/t. En el caso del trigo duro, el precio se ha mantenido estable en los 260,00 €/t.

Como ha señalado la Unión Regional de Cooperativas Agrarias de Castilla y León (URCACYL), la perspectiva de buena cosecha, tanto local como internacional, los abundantes pastos que reducen el consumo de piensos para el ganado y el grado de abastecimiento de los consumidores, han añadido presión al impacto indirecto que ha tenido el COVID-19 en este mercado. "El virus ha generado un menor consumo de alimentos, especialmente en el canal Horeca y, en perspectiva, por el menor turismo, ya tengan como destino el consumo humano o animal".

Por su parte, el sindicato agrario Unión de Uniones ha recordado los serios problemas de rentabilidad que lleva atravesando el sector cerealista durante los últimos años, en especial aquellos que están ligados a los precios percibidos por los productores, que se mantienen con valores constantes desde hace más de 20 años. Así, Unión de Uniones pone como ejemplo que el trigo en 1998 se pagaba a 27,5 pesetas, mientras que en 2020 se paga a 33,5 pesetas y, sin embargo, la barra de pan que entonces costaba 45 o 50 pesetas, hoy entre 120 y 150 pesetas de media.

Lo mismo ocurre con la cebada (21,9 ptas. en 1998 y 26,3 ptas. en 2020) y el maíz (24,3 ptas. en 1998 y 29,7 ptas. en 2020), con subidas mínimas e "incomparables" a los incrementos de los costes de producción. "Ningún sector económico sigue vendiendo a precios de hace 20 años, salvo en el agrario, como está pasando con los cereales", lamentan desde Unión de Uniones.