“El uso sostenible de productos fitosanitarios supone un cambio de filosofía profundo, y la formación es un aspecto clave”
Entrevista a Valentín Almansa, director general de Sanidad de la Producción Agraria
El nombre de Valentín Almansa aparece estrechamente ligado al sector de la sanidad en la producción agraria. Con más de 20 años de experiencia, relacionada principalmente con el sector ganadero, Almansa ocupa desde enero de 2012 la Dirección General en el MAGRAMA. Desde este puesto se ha convertido en los últimos tres años en el principal difusor de la implantación de la Gestión Integrada de Plagas en nuestro país.
2012 representó un antes y un después en el sector de sanidad vegetal tras la aprobación de la Directiva de Uso Sostenible de Productos Fitosanitarios. ¿Qué ha cambiado y, sobre todo, en qué situación nos encontramos actualmente?
En el momento actual nos encontramos en plena fase de implementación de las obligaciones que nos hemos marcado tanto en el Real Decreto 1311/2012 como en el Plan de Acción Nacional, por lo tanto entendemos que es pronto para sacar conclusiones acerca de cómo ha cambiado el sector. Sin embargo, sí que podemos afirmar que la percepción es muy positiva, durante los casi dos años que llevamos de puesta en marcha del Plan, la Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria ha participado en una gran cantidad de foros tanto nacionales como internacionales que nos permiten dilucidar que vamos por el buen camino, esto no quiere decir que no haya cosas que afinar y mejorar en un futuro, simplemente que vamos por la senda correcta.
Desde nuestro punto de vista el uso sostenible de productos fitosanitario supone un cambio de filosofía profundo que no se consigue de la noche a la mañana. La formación es un aspecto clave para promover este cambio, hay que concienciar no solo a los agricultores sino también a los técnicos encargados de asesorar y apoyar a los productores para que incorporen los principios que promueve el uso sostenible en su día a día. Otro aspecto importante sería reforzar la información, hay que extender esta filosofía y explicarla a todos los implicados desde el productor al consumidor. Como nos gusta decir, no se trata de algo nuevo sino simplemente de extender al conocimiento general, lo que ya esta se está haciendo en una parte no despreciable de nuestra producción agraria.
Dentro de nuestros objetivos se encuentra el conseguir una mayor eficacia productiva, utilizando de manera integrada todas las herramientas disponibles para la lucha contra las plagas, de manera que además disminuyamos el impacto sobre el medio ambiente y la salud de las personas. Otro objetivo importante es trasmitir al consumidor nuestro compromiso con lo que se define como un modelo de producción sostenible.
¿Cómo se ha desarrollado el Plan de Acción Nacional y qué grado de incumplimiento ha habido en los plazos de implantación?
Resaltar la elaboración de la lista de cultivos exentos de asesoría, la elaboración de los documentos de asesoramiento, el acuerdo con las Comunidades Autónomas sobre los requisitos básicos de formación, la elaboración de un modelo de cuaderno de explotación y las guías de gestión integrada de plagas. Actualmente ya hay publicadas 4 guías y están a punto otras 4, con ellas habremos cubierto entorno al 80% de la superficie de cultivo nacional, que es el objetivo que nos habíamos marcado en el Plan para todo el periodo de vigencia del mismo. Es cierto que nos hubiera gustado tener finalizadas todas las guías de GIP para 2015, pero la complejidad técnica de los debates y nuestro interés por contar con el máximo consenso entre todos los implicados nos impide ir más rápido.
La única medida con la que no habíamos cumplido hasta ahora era la publicación de la guía de mezclas, esta es una acción que teníamos fijada para el 1 de enero de 2014, según lo establecido en el artículo 37 del Real Decreto 1311/2012. Estamos en un profundo debate con todos los implicados y esperamos poder tenerla disponible en nuestra web a lo largo del próximo mes.
Efectivamente, en los últimos meses se ha trabajado intensamente en la elaboración de las Guías de Gestión Integrada. ¿Qué representan para el agricultor y para el técnico?
En este sentido las guías no iban a ser distintas y por ese motivo, desde el Ministerio se impulsó la elaboración de las guías como una herramienta que facilitase el cumplimiento de las obligaciones de GIP que se establecen en la normativa comunitaria. A modo de corolario se podría decir que el seguimiento de las guías asegura el cumplimento de las obligaciones establecidas en la Directiva, pero el seguimiento de la guía no es obligatorio.
El segundo aspecto a tener en cuenta en la fase inicial de elaboración de las guías era determinar quienes iban a ser los destinatarios de las mismas, en este sentido era muy importante definir los actores principales que intervienen en la puesta en marcha de la Gestión Integrada de Plagas en España, los cuales básicamente serían dos: los agricultores y los asesores. Una vez definidos los destinatarios el reto consistía en elaborar una guía que permitiera satisfacer las necesidades de ambos.
Por un lado se hacía necesario elaborar documentación que permitiera conocer al agricultor, de manera práctica y sencilla, cómo proceder frente a una problemática fitosanitaria común, y atajar los posibles efectos perniciosos que de ella se derivasen. Debiéndose proporcionar al mismo tiempo información suficiente como para que los asesores y los agricultores interesados pudieran conocer los últimos avances técnicos en el ámbito del manejo fitosanitario, no solo en el marco de la lucha química sino también en el de las técnicas alternativas a los productos fitosanitarios. Por estos motivos se elaboraron los cuadros en los que se resumen las estrategias en materia de Gestión Integrada de Plagas, en los que se incluiría la información de manera más práctica y resumida, y las fichas de plagas, enfermedades y malas hierbas (incluidas como anexos) destinadas a incluir información más extensa en relación con el manejo fitosanitario de cada cultivo para cada plaga, enfermedad o mala hierba.
El último invitado a este complejo universo regulatorio es la evaluación comparativa y el miedo que tienen muchas empresas a que las listas de candidatos a la sustitución caigan en manos de quienes puedan hacer un uso interesado. ¿Qué opinión tiene al respecto?
En este campo, uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos es el de evitar que la lista de sustancias candidatas a la sustitución sea malinterpretada como una ‘lista negra’ de sustancias activas y, conscientes de ello, se debe trabajar a todos los niveles para fomentar al máximo la transparencia de forma que todo el mundo conozca y sea consciente de que las sustancias incluidas en la lista han sido aceptadas y que por tanto han pasado todos los trámites y evaluaciones que garantizan su seguridad, es decir, son sustancias aprobadas a nivel de la Unión Europea. Lo único que las hace diferentes es que cumplen una serie de condiciones que se enumeran en el punto 4 del Anexo II del Reglamento (CE) 1107/2009 que hacen que si hay otra alternativa tengan que ser sustituidas si se cumplen ciertos criterios, pero en caso de no haberla, los productos fitosanitarios que las contengan se mantienen tal cual, lo que prueba que no son sustancias peligrosas.
Si ya es enorme el retraso que existe a la hora de realizar nuevos registros, ¿cómo dilatará la evaluación comparativa este complejo proceso? ¿Y quién lo hará?
Dicho Real Decreto regula el procedimiento de autorización de organismos independientes para llevar a cabo los trabajos de evaluación científico-técnica de las solicitudes que sean presentadas por las empresas al amparo del Reglamento (CE) 1107/2009 y tiene como objetivo disponer de una normativa clara y flexible que nos permita cumplir con los plazos en evaluación de los productos pero sin renunciar a las necesarias garantías en eficacia y seguridad de los productos evaluados.
Por otro lado, desde el Ministerio se está trabajando en consensuar un procedimiento de evaluación comparativa que permita llevarla a cabo de manera sencilla y rápida. Se trata de un esquema de trabajo basado en preguntas, que permite parar la evaluación comparativa en cuanto la respuesta a alguna de las preguntas indique que la evaluación no dará como resultado ninguna alternativa posible, es decir, que la evaluación comparativa no se realizará completa en una gran cantidad de casos.
¿Nos fijamos en nuestros vecinos europeos a la hora de tomar decisiones?
Por supuesto que sí, de hecho se han institucionalizado reuniones mixtas de trabajo a las que asisten varios países. A modo de ejemplo, se puede citar el Comité Mixto de Frutas y Hortalizas, que con representantes de Italia, Francia y España se reunió por última vez el pasado mes de abril y en cuyo orden del día había temas concretos de Sanidad Vegetal y Productos Fitosanitarios.
También se celebran reuniones específicas de Sanidad Vegetal y Productos Fitosanitarios, como la que tuvo lugar en San Sebastián en el mes de junio entre Francia y España o la bilateral entre España y Portugal celebrada recientemente en el mes de noviembre. El objetivo de estas reuniones ha sido el de compartir todo tipo de cuestiones que afectan, por ejemplo, a los productos fitosanitarios autorizados para un determinado cultivo y plaga, métodos de actuación ante una determinada plaga, procedimientos de trabajo, etc. Esto permite que las decisiones sean tomadas con total conocimiento de lo que hacen otros Estados miembros, sobre todo de la zona Sur.
A los grupos anteriores hay que sumarles cualquier otro tipo de contacto bilateral siempre que se ha necesitado y que hay que decir que siempre cuenta con una disposición positiva y de interés por parte de todos los países.
Todos los actores del sector han felicitado al Ministerio por el buen funcionamiento de la Mesa Sectorial de Sanidad Vegetal. ¿Cómo valora este año y medio de funcionamiento? ¿Qué temas son los que mayor debate suscitan actualmente?
La Mesa Sectorial de Sanidad Vegetal fue constituida el 16 de mayo de 2013 y desde entonces se ha reunido en 8 ocasiones, la última de ellas el pasado 7 de noviembre de 2014. Esta mesa constituye un foro de intercambio y discusión entre la administración y el conjunto de organizaciones relacionadas con la Sanidad Vegetal. En la reunión de constitución se elaboró un listado de asuntos prioritarios a debatir en este foro, desglosados según las áreas de Sanidad Vegetal, Productos Fitosanitarios, Otros Medios de Defensa Vegetal e Higiene y Trazabilidad de la Producción Primaria.
Un tema que ha sido incluido en prácticamente todas las reuniones ha sido el referente a las medidas implementadas por la Comisión Europea para reducir el riesgo de entrada de Guignardia citricarpa en el territorio de la Unión Europea. En este caso se han ido presentando al sector los diferentes planteamientos propuestos por la Comisión y una vez establecidos se han presentado los resultados obtenidos en la campaña de importación de cítricos procedentes de Sudáfrica, teniendo en cuenta siempre las aportaciones del sector a la hora de defender una posición ante la Unión Europea.
Progresivamente se han ido incluyendo otros temas más específicos del registro de productos fitosanitarios y de trazabilidad e higiene, con el objetivo fundamental de informar al sector de la situación y temas de actualidad. En base a lo anterior, me permito calificar como muy positivo el año y medio de funcionamiento de la Mesa Sectorial.
Es un hecho el que todos los cambios normativos y regulatorios le suponen a la industria un coste, pero ¿también han significado nuevas oportunidades?
Son muchos los retos que deberán ser abordados en el futuro en el ámbito del uso sostenible de los productos fitosanitarios, tanto la industria como las administraciones estamos preparados para abordarlos, poniendo a disposición de los agricultores suficientes herramientas y soluciones eficaces, a la vez que respetuosas con las salud humana y el medioambiente, sin que ello suponga una merma en la competitividad y viabilidad de nuestras explotaciones agrícolas.