“Se han de reducir los efectos del uso de los productos fitosanitarios sobre la salud humana y el medio ambiente, y eso solo se consigue mediante un uso racional de los mismos”
Entrevista a Francisco Prieto, presidente del comité organizador del 12ª Symposium de Sanidad Vegetal
David Pozo07/02/2013
Tres días intensos de ponencias y debates entre 700 profesionales dan para mucho y por ello analizamos con Francisco Prieto, presidente del comité organizador, cuáles han sido sus impresiones personales sobre una de las ediciones más completas y multitudinarias de los últimos años.
Francisco Prieto, presidente del comité organizador del 12ª Symposium de Sanidad Vegetal.
¿Se puede considerar como un éxito esta 12ª edición del Symposium de Sanidad Vegetal, tanto por la cantidad de profesionales que han participado en él como por la calidad de las ponencias expuestas?
Efectivamente ha sido un éxito, en primer lugar, por el tema elegido como lema del simposio 'Hacia la gestión integrada de plagas', de actualidad y de futuro de lo que es y va a seguir siendo la sanidad vegetal en nuestro país. Después de la aprobación del Real Decreto por el que se establece el uso sostenible de productos fitosanitarios, que establece la práctica obligatoria de la gestión integrada de plagas a partir del 1 de enero de 2014, el asesor va a ser una pieza fundamental para poder aplicar los preceptos que la conllevan.
Aunque ya hay regiones que trabajan desde hace tiempo con la gestión integrada de plagas, es el caso por ejemplo de Andalucía, ¿considera que el agricultor español en general está preparado para cambiar el chip que supone esta nueva obligación?
Existen muchos agricultores que ya vienen aplicando la gestión integrada de plagas porque practican los principios de la producción integrada o de certificación ecológica, pero es cierto también que queda una parte a quien se ha de concienciar y formar. Precisamente Andalucía, con medio millón de hectáreas de producción ecológica de las 800.000 en toda España, encabeza este capítulo, y eso quiere decir que hace tiempo que se vienen aplicando los principios de la gestión integrada, porque el agricultor y el técnico, que siempre lo ha asesorado, y que ahora estará personificada en la figura del asesor, eran muy conscientes de esos principios que recoge la Directiva y el nuevo Plan de Acción Nacional: el máximo respeto hacia la salud humana y hacia el medio ambiente.
Ese profesional que asesorará al agricultor y que a partir de ahora será obligatoria, ¿cómo cree que va a introducirse en el día a día del campo español?
Se va introducir muy bien porque va a ir acompañado de una documentación reglada que se tienen que ir cumplimentando concatenadamente desde la aparición, por ejemplo, de una determinada plaga. A partir de ese momento se tendrá que anotar cuándo se produce esa aparición, cuáles son los productos aplicables y sus dosis mínimas recomendadas para poder combatirla, etc. En definitiva, a través del cuaderno de explotación y el documento de asesoramiento, una especie de relación contractual entre el agricultor y el asesor, lo que se pretende es que quede una huella de cada una de las acciones que se realizan para combatir una plaga concreta, en un cultivo concreto, de una explotación determinada.
¿Sería una nueva forma de entender la actividad agrícola diaria?
Más bien sería una nueva de forma de consolidar la actividad. Se ha de informar al agricultor de cuál va a ser ahora su sistema de producción, de una agricultura sana, saludable y de futuro, y por supuesto con muchos beneficios añadidos que le permitirán obtener producciones más competitivas, a la vez que más seguras.
¿Es de suponer que con la normativa recién aprobada lo primero que queda por delante es mucho trabajo de información y concienciación?
El nuevo Plan de Acción Nacional establece una serie de calendarios, metas y objetivos generales y específicos, una serie de medidas para que éstos se cumplan, y también algunos indicadores para controlar que se estén cumpliendo. Este plan tiene una duración de cinco años, pero se establecen mecanismos para certificar que determinadas medidas puestas en marcha durante el plan se vayan cumpliendo, y en caso contrario reforzarlo y remediarlo.
Lo que también ha quedado claro es que esta nueva normativa en España, y así lo ha remarcado la industria fitosanitaria, no pone cuotas en el uso de plaguicidas...
Lo que hay que reducir son los riesgos y los efectos del uso de los productos fitosanitarios sobre la salud humana y el medio ambiente, y eso se consigue mediante un uso racional de los mismos. Es decir, se han de utilizar los mínimos imprescindibles para realizar un tratamiento adecuado de una determinada explotación donde haya aparecido una plaga. En cualquier caso, la gestión integrada no es más que la integración de un conjunto de medidas de control químico y biológico que permiten que las plagas se mantengan en los cultivos a unos niveles que no afecten a su competitividad y rentabilidad.