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INFORME ESPECIAL: NATALIDAD

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Cambios en lamaternidad

La mujer española, año tras año, ha ido reflejando una ten-

dencia cada vez más clara: desea tener menos hijos que su

progenitora, y más tarde. El Instituto Nacional de Estadís-

tica indica que, a pesar de la reducción del número de na-

cimientos que hemos mencionado, el indicador coyuntural

de fecundidad se mantuvo en 1,33, igual que durante el año

anterior. O, dicho de otra manera,

el número de hijos que

tienen las mujeres en España actualmente no sobrepa-

sa de los dos

, y en los mejores casos; aunque durante este

año 2016 se ha reducido la tendencia bajista, al mantener el

indicador igual que en 2015, pese a la baja natalidad.

Sin embargo, si analizamos dicho índice tan solo en las

mujeres de nacionalidad española, vemos que el número se

reduce aúnmás y pasa al 1,27. Mientras, en cuanto a las ma-

dres extranjeras, sí que podemos ver un aumento de cuatro

centésimas en el número de hijos, pasando de 1,66 en 2015,

a 1,70 en 2016. Las madres extranjeras, en este sentido,

aparte de tener más hijos que las que tienen nacionalidad

española, también los tienen antes. Según la nacionalidad, y

en términosmedios, lasmadres españolas tuvieron sus hijos

tres años más tarde que las extranjeras: a los 32,5, años, re-

trasándose una décima en comparación con el año anterior.

El caso de las extranjeras difiere, con un aumento de dos

décimas en su edadmedia para enfrentar lamaternidad, con

29,6 años.

Hacia nuevas formas de configuración familiar

Son muchos ya los estudios que hablan sobre un cambio

de visión en cuanto a la familia por parte de las nuevas so-

ciedades. De hecho, tal como se indica en

La transformación

de las familias en España desde una perspectiva socio-demo-

gráfica

, de Teresa Castro Martín y Marta Seizo (del Institu-

to de Economía, Geografía y Demografía, CSIC), aunque “el

cambio familiar en sí no constituye algo excepcional, ya que

la familia siempre ha sido una institución dinámica que ha

ido evolucionando y adaptándose a los tiempos, desde una

perspectiva histórica, las transformaciones acaecidas en las

últimas décadas han sido particularmente rápidas”.

El INE, en este sentido, realiza cada diez años un análisis de

los Censos de Población y Vivienda con tal de sacar conclu-

siones respecto los cambios en las familias españolas. Así,

de sus análisis realizados en 1991, 2001 y 2011 se desprende

que más allá de la natalidad y el saldo vegetativo de nuestro

país, las estructuras familiares han ido variando en España

hasta ser totalmente diferentes a cómo eran 25 años atrás.

Así, el tipo de familia más común entre los españoles en

1991 era la formada por una pareja y dos hijos, mientras que

en la actualidad, la estructura más popular es la de la pa-

reja sin hijos, seguida de las parejas con un solo niño o niña.

Así, el número de familias numerosas (con tres o más hijos)

no ha parado de descender en los últimos 25 años, hasta el

punto que actualmente ya hay más familias formadas por

una madre y un hijo que el de familias con tres hijos.

Por su parte, las familias con cuatro hijos son aún menos

comunes, superadas por los hogares formados por una ma-

dre y dos hijos o un padre con uno o dos hijos. De este modo,

las familias con cuatro hijos eran seis veces más comunes

en 1991 que ahora. Los expertos atribuyen este cambio en

la natalidad y las estructuras familiares al cambio social en

cuanto a la visión de las mujeres de la igualdad de género,

Educar en igualdad

En ningún país del mundo, hombres y mujeres asumen de manera igualitaria la participación en la crianza

de sus hijos. Dicha información se desprende del último Informe sobre la

Paternidad

de este año 2017, el cual

añade que, el hecho de que los padres de todas las edades se involucren en el cuidado de sus niños con igualdad

de género tiene un efecto positivo tanto para el hijo, como para el padre y la madre. En este sentido, una mayor

participación de los progenitores disminuye la tensión respecto a la crianza y el cuidado del hogar.

Los padres involucrados, tal como explica el informe, son más felices y tienen mejor salud física y mental.

Mientras, respecto a la madre, la

paternidad activa

incide en la disminución de las brechas y de la violencia de

género. En este sentido, cuando los padres se involucran, la calidad de vida de las madres mejora y disminuye

la tensión respecto a la crianza y el cuidado del hogar. Algo que también influye positivamente en la experiencia

del parto y en los cuidados de la salud materna, incluyendo los controles pre y posnatales; y potenciando tam-

bién prácticas saludables como la lactancia, el cuidado general de los niños y la vacunación.

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