Estos elementos ya no solamente sirven para almacenar y conservar, sino que ofrecen soluciones imaginativas y atractivas para calentar, congelar, transportar y consumir fuera del hogar e incluso para hornear y servir directamente en la mesa
Recipientes herméticos: la versatilidad se impone
La versatilidad es uno de los valores que más intensamente están calando en la cocina moderna, con el ahorro de recursos y de espacio como objetivos primordiales. Un claro ejemplo de ello son los recipientes de cocina, cuyas funciones han evolucionado hasta abarcar tres campos diferentes: la conservación, la cocción y el transporte de los alimentos. Así, los nuevos herméticos pueden introducirse en la nevera, el congelador, el lavavajillas, el horno y el microondas, y pueden transportarse, para disfrutar de una comida casera en cualquier lugar, e incluso servir en la mesa.
Y no solamente pueden confluir con los portalimentos sino que, de hecho, forman parte de estos, dado que las bolsas acostumbran a incorporar herméticos en su interior. Pero también el propio recipiente ha evolucionado para permitir transportar la comida con seguridad y comodidad, sin necesidad de una bolsa.
Cuestión de materiales
La creciente preocupación por la salud ha puesto a los herméticos en el punto de mira, con la competición entre diferentes materiales como cuestión central. El camino hacia productos más seguros para la salud humana y más amigables con el medio ambiente ha dado lugar a la aparición de muchas alternativas, algunas más acertadas que otras, pero todas con la intención de buscar nuevas soluciones a un viejo problema.
Los herméticos fabricados en plástico no han desaparecido del mercado, pero compiten, cada vez más, con otros materiales. Lo que sí se percibe es una insistencia de los fabricantes en la ausencia de Bisphenol A (BPA), uno de los componentes con peor prensa. Recientemente, la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA) ha reevaluado los riesgos de este elemento y ha concluido que se trata de un problema de salud para los consumidores de todos los grupos de edad, afectando especialmente al sistema inmunitario. Muchísimos herméticos del mercado ya explicitan, de modo bien visible, que están libres de BPA pero, aun así, la fuga de consumidores hacia otras alternativas hace tiempo que se viene produciendo.
El más directo competidor del plástico es el vidrio, que podríamos decir que es el gran ganador de esta batalla, pese a tener en contra dos importantes inconvenientes: el peso, que hace menos cómodo su transporte; y el cierre hermético, dado que el vidrio, por sí solo, no es capaz de garantizarlo y necesita incorporar otros materiales (normalmente plásticos y siliconas) para lograrlo. La pugna de los materiales está tan candente que muchas empresas exclusivamente dedicadas al plástico se han apresurado a lanzar sus colecciones de vidrio. El borosilicato es la opción que más crece, al presentarse como el vidrio más resistente y de mayor calidad, además de ser un material 100% reciclable y sin componentes dañinos.
Como alternativas a las tapas de plástico, aparecen materiales como el bambú. La firma Duett dispone de esta solución, resolviendo la aparente incoherencia de fabricar recipientes de vidrio que, en cambio, introducen tapas herméticas de plástico. Este producto, que incorpora una cinta elástica para un transporte más seguro y cómodo, ejemplifica con claridad el momento que vive el sector de los herméticos, colocado bajo la lupa de la sospecha por quienes desconfían de los plásticos, de los microondas o de ambos a la vez.
Iris Barcelona ha sustituido la tapa de plástico por otra de vidrio, pero sin eliminar del todo la presencia de plástico, dado que las aletas que proporcionan al contenedor un 100% de hermeticidad están fabricadas en polipropileno, un material seguro y libre de BPA. Sin embargo, estos elementos no están en contacto con la comida, de modo que esta innovación ofrece una mayor confianza a la hora de transportar los platos calientes. El vidrio de la base es borosilicato y es apto para microondas, lavavajillas y horno. También se puede colocar en la nevera y en el congelador. La tapa, de vidrio templado, es apta para lavavajillas, nevera y congelador.
Por otro lado, si lo que preocupa al consumidor es sobre todo la ecología y el cuidado del planeta, empresas como Curver están actuando en este sentido para ofrecer productos más ‘verdes’. La Curver Smart Eco Line, de ilustrativo color íntegramente verde, está fabricada en polipropileno reciclado, con sello hermético, cuatro cierres tipo pestaña y múltiples formas y capacidades. Además, su tapa es transparente, para ver fácilmente el contenido, e incluye válvula integrada, que facilita el calentamiento de alimentos en el microondas.
Cocinar y calentar
Por ejemplo, la gama Cook & Heat de Pyrex permite cocinar, almacenar y calentar en el microondas sin necesidad de quitar la tapa hermética, gracias a su modelo patentado con dos válvulas de vapor. El recipiente es de vidrio borosilicato templado y la tapa está fabricada en BPA, con pestañas deslizantes que aseguran el cierre y que permiten conservar los platos preparados en el refrigerador. Además, es encajable y apilable, para ahorrar espacio, y aguanta temperaturas en un rango de -40°C a +300°C, con una extrema resistencia a choques térmicos superior a 220°C, pudiendo pasar de -20°C en el congelador a 200°C en el horno.
Los herméticos de cristal Take & Eat de Tatay, con cuerpo en vidrio low borosilicato muy resistente, soportan choques térmicos de hasta 80°C. Se presentan en varios tamaños y son perfectos para cocinar y calentar, tanto en el horno como en el microondas. La tapa es de PP05, libre de BPA, complemente hermética gracias a su junta de silicona extraíble. Aptos para nevera y congelador, incorporan una válvula de silicona que permite calentar su contenido directamente en el microondas, sin quitar la tapa y evitando salpicaduras. Son perfectos para el transporte de alimentos y el almacenamiento y aptos para lavavajillas.
MB Warmer de Montebento. Foto: Montebento.
Delivery y el takeaway reutilizable
El auge de la comida para llevar o para consumir en el hogar ha dado lugar a una nueva necesidad: la de transportar los alimentos desde el establecimiento hasta la casa, algo que muy a menudo rompe con todos los estándares de lo que podríamos llamar sostenibilidad. La cantidad de desechos que se genera es muy alta y ya hay marcas que están tratando de encontrar una alternativa.
En este sentido, la gama So Urban de Arcoroc brinda una solución sostenible para el sector de la restauración, con el fin de acelerar su transición hacia el nuevo modelo de economía circular. Integrada por recipientes de vidrio reutilizables y con posibilidad de consigna, la gama rompe los códigos y ofrece un consumo más razonable, para frenar el fenómeno del consumo excesivo de plásticos de usar y tirar. “Muchas soluciones llamadas alternativas, como los plásticos biodegradables o compostables, están siendo reconsiderados hoy en día desde un punto de vista de salud pública”, afirman desde esta compañía. “Además, se está cuestionando la presencia de microplásticos, incluso después del reciclado. Por el contrario, el vidrio es un material saludable y no poroso que garantiza un perfecto control sanitario”. La gama So Urban está diseñada específicamente para la restauración, la venta para llevar y la entrega a domicilio y cubre todas las necesidades, desde los entrantes hasta los postres. Además, ha sido creada en colaboración con los profesionales para tener en cuenta todas las necesidades posibles, tanto en términos de conservación como de preparación, almacenamiento o entrega. El material, de vidrio, garantiza la calidad organoléptica y la seguridad sanitaria, para un delivery o un takeaway de calidad y sostenible.
Nuevas maneras de almacenar
Otra gran idea son las tapas de silicona flexible, existentes en diferentes tamaños, que son higiénicas, lavables y reutilizables. Su principal característica es que se adaptan a cualquier tamaño de recipiente y, por ello, podemos utilizar cualquiera que tengamos en nuestra cocina: una fuente, un bol, una ensaladera, una botella, la propia olla... También, evidentemente, aquellos recipientes herméticos que se quedaron sin tapa. Y lo que es aún más interesante: con estas siliconas aptas 100% para alimentos se puede, por ejemplo, conservar una fruta cortada, como una sandía.
Una oferta muy amplia
Sea para congelar, para guardar en el frigorífico, para conservar y transportar las comidas preparadas o para almacenar en la alacena, necesidades hay muchas y, por ello, la oferta es muy extensa y variada, procediendo de muy diversas fuentes, desde los especialistas en el sector de los herméticos hasta empresas del segmento de los utensilios de cocina, inyectadores de plásticos o fabricantes de vidrio. Algunas compañías tienen una orientación clara hacia el segmento profesional Horeca, mientras que otras buscar su espacio en los hogares.
Se trata de un sector con gran presencia de importaciones y con una gran variedad de calidades y precios, con productos que se pueden adquirir en multitud de canales, desde boutiques exclusivas de menaje hasta los lineales de los hipermercados. Hay una tendencia clara a evitar: el usar y tirar, o bien los productos de baja duración, que son desplazados por alternativas reutilizables y sostenibles.
Portalimentos: un clásico que se reinventa
Un mercado similar y, a la vez, muy distinto es el de las bolsas portalimentos, que aúnan las funciones de transportar y conservar. Este sector cuenta con grandes marcas como Valira, cuya amplia oferta incluye desde la clásica bolsa cuadrada con dos recipientes en su interior hasta modelos de diseño, bandoleras, bolsas de asas, portabocadillos… En este tipo de utensilios, los recipientes están preparados, usualmente, para poder ser introducidos en el microondas. Se trata de un sector sujeto a las modas, que presenta lanzamientos a cada temporada.