Cuando no queda más remedio que vender, ¿cómo lo afrontamos?
Ricard Agustín, fundador de Family Business Solutions y consultor de empresas familiares
31/08/2023La falta de continuidad como empresa familiar se puede deber a distintas razones, como la falta de relevo generacional dentro de la familia; el hecho de que los que estarían llamados a ser los sucesores, aunque estarían dispuestos a intentarlo, parece ser que no tienen las competencias adecuadas para la gestión del negocio; a las desavenencias familiares más o menos graves; o al hecho que la propiedad no ve futuro en el sector o en el modelo de negocio, entre muchas otras.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que en la práctica no es nada fácil vender una empresa familiar, especialmente si el negocio tiene un atractivo cuestionable. Además, por mucho que sea una alternativa adecuada o la única alternativa posible, la venta es una de las decisiones más trascendentes, sensibles y difíciles de tomar para una familia empresaria, como os podéis imaginar. En una situación como esta, cuando se está estudiando si vendemos o no vendemos, es importante analizar a conciencia las ventajas y desventajas.
Pensad que, en una venta, siempre es fundamental tener con una visión objetiva de la situación, externa a la familia, para evitar que el corazón se imponga a la razón y que se tomen decisiones que hagan que el patrimonio familiar se resienta. La experiencia nos demuestra que esto es crucial para minimizar o evitar algunos de los riesgos que conlleva vender una empresa familiar, ya que, si no se hace muy bien el proceso, el negocio podría desaparecer sin llegarse a vender. Recordad que un proceso de venta mal gestionado, al margen de llevar al traste la operación, puede ocasionar pérdida de talento y que la compañía salga del mismo más debilitada, tal y como detallaremos a continuación.
En cuanto al día a día del negocio, también existen riesgos. Entre ellos, el riesgo de perder cartera, con las implicaciones añadidas sobre el valor que esto puede conllevar. También en algunos casos, si la decisión de vender llega a los empleados antes de tiempo y por vías no adecuadas, como rumores, por ejemplo, se puede producir una salida de talento que puede comprometer el presente del negocio.
Por último, solo queda mencionar que lo que hemos comentado en relación con la venta de la empresa familiar también es válido, en buena parte, para procesos de fusiones y alianzas y cuando se decide vender únicamente una parte del negocio o una rama concreta de actividad. Estas operaciones, bien hechas, pueden reportar unos buenos ingresos para los socios y convertirse en una fuente de inversión en el negocio principal, pero, de la misma forma que en el caso de la venta, tampoco están exentas de riesgos.