Cómo hablar de sucesión con los padres y conseguir que te escuchen
Ricard Agustín, fundador de Family Business Solutions y consultor de empresas familiares
16/01/2023Es cierto que para los sucesores es un momento emocionante, dado que finalmente verán cumplidas sus expectativas de asumir la dirección del negocio, después de haberse formado y preparado a conciencia para ello y de haber trabajado ya durante unos años en la empresa familiar. Pero ¿y la generación saliente?
Probablemente, el relevo generacional es algo más difícil de afrontar para los padres o para los tíos, por lo que, muchas veces, bajo el pretexto de que hay otros asuntos más urgentes o importantes que resolver, la generación de más edad intenta esquivar este delicado asunto. La generación saliente suele ser consciente de que, si no planifica el cambio de generación debidamente y con el tiempo y el consenso adecuados, el relevo generalmente es uno de los momentos más críticos para toda familia empresaria y la principal causa de desaparición de las empresas familiares.
Sin embargo, la sucesión no deja de ser un tema complejo y en el que afloran muchas emociones, como el miedo y la incertidumbre. Por mucho que su plan sea ceder las riendas del negocio a la siguiente generación para dar continuidad al negocio, cuando llega el momento de hacerlo, puede ser más difícil de lo esperado ceder el mando de un proyecto que ha sido tan trascendente para ellos. Y, por ello, muchos empresarios no encuentran el momento ni las ganas para, de forma preventiva, comenzar a pensar y a preparar la sucesión, puesto que se trata de un proceso que implica aceptar que está llegando el final de ciclo.
Claves para iniciar la conversación
Para la generación saliente suele ser bastante incómodo afrontar la planificación del relevo, especialmente en nuestro país, donde todavía persiste la vida de que dejar de trabajar y salir del mundo laboral significa dejar de ser útil y de aportar valor. Efectivamente, padres y tíos tendrán que dejar de participar en el día a día de un proyecto que ha ocupado toda su vida y que podríamos decir que hasta ahora formaba parte de su identidad. Son muchos los sentimientos que pueden aflorar en esta situación: pensar que se pierde el propósito vital, tomar conciencia de la propia edad, sentir nostalgia por los tiempos pasados o tenerle miedo a la futura jubilación.
Es importante que hijos y sobrinos comprendan estas dudas y miedos en la generación saliente, así como los sentimientos y emociones que puedan aflorar. Por ello, nuestra primera recomendación es poner en práctica los dotes de empatía. Deberíamos ser capaces de ponernos en su lugar, entender que su posición no es nada fácil y mostrar tolerancia y respeto.
Por ello, es importante que todos tengáis presente que preparar el relevo es empezar a informarse, a consensuar, a planificar y a poner normas para el futuro, pero que es un proceso paulatino, que requiere tiempo, paciencia y humildad. Por otro lado, otro punto importante que también hay que subrayar es que el relevo generacional en la gestión no implica tener que ceder la propiedad del negocio, esto es, transmitir acciones y/o participaciones.
En aquellos casos en los que la generación saliente se muestre más reticente o evasiva, os puede ser de ayuda que un profesional externo hable con ellos. El hecho de que sea alguien de fuera de la familia puede hacer que se sientan más cómodos para abordar sus preocupaciones y, además, se suele hacer más caso a alguien experto que pueda aportar un punto de vista más imparcial. Por todo ello, hablar del relevo con un asesor de empresas familiares o, incluso, con otra familia empresaria que haya pasado por lo mismo, puede animarlos a dar el paso, comprender que nunca habrá un ‘momento correcto’, y afrontar a continuación la conversación con los hijos.
Estas recomendaciones pueden ayudar a vencer algunos recelos a la hora de afrontar la conversación, pero no harán que el tema sea menos sensible y delicado de lo que es. Recordad que, para planificar la sucesión en la empresa familiar, debe imperar la razón antes que el corazón. Sabemos que no es fácil porque justamente durante procesos como este es cuando más afloran las emociones, pero, precisamente por esto, para garantizar la eficacia empresarial y la armonía familiar, no nos tenemos que precipitar, sino que tenemos que tomarnos el tiempo necesario para reflexionar y avanzar en familia.