¿Por qué nos cuesta tanto confiar?
Ricard Agustín, fundador de Family Business Solutions y consultor de empresas familiares
14/07/2022Para ser grandes líderes, debemos aprender a generar y a gestionar la confianza en nuestro equipo de trabajo. Cuando hay confianza, sabemos que podemos contar con el otro cuando lo necesitemos. Y viceversa: él o ella también puede recurrir a nosotros cuando se presente cualquier problema. Podemos cerrar los ojos y dejarnos caer, porque confiamos en que la otra persona nos sujetará. Sabemos que nos apoyaremos mutuamente.
La confianza es una de las mejores medicinas preventivas para la continuidad de una empresa familiar. Gracias a ella, evitaremos que se resientan la armonía familiar y la eficiencia empresarial, ya que facilita la unión entre los miembros de la familia y en torno a la visión compartida y facilita la comunicación. Pero esto no es algo exclusivo de las empresas familiares; cualquier compañía se puede beneficiar de las bondades de la confianza. En un entorno de confianza, la toma de decisiones, la velocidad de implantación de las mismas y las probabilidades de éxito para el negocio aumentan exponencialmente.
En cambio, perder la confianza es muy fácil, tiene dramáticas consecuencias para la empresa y es uno de los obstáculos más graves a la hora de compartir un proyecto común. La confianza se basa en percepciones personales y es a la vez algo racional y emocional, por lo que cada persona tiene su propio ‘termómetro’ a la hora de medir la confianza. En las empresas familiares, cuando esta falta, se abre la puerta de los conflictos de difícil solución y se pueden llegar a romper los vínculos de afecto en la familia, algo que tendrá repercusiones en la gestión y el futuro de la empresa. A menudo, esta desconfianza aparecerá disfrazada de problemas de comunicación, pero es importante tener la sensibilidad suficiente para discernir si se trata de un problema de comunicación o de falta de confianza, que es un problema que tiene mucho mayor calado, y aprender a (re)construirla cuando haya carencias.
Claves para lograr confianza
A continuación, os daremos algunas pinceladas sobre cada uno de estos puntos que esperamos que os sirvan para, en el futuro, fomentar la confianza en el equipo y, en especial, en la familia empresaria.
- Mantener una comunicación transparente y fluida: comunicación y confianza van de la mano. En la base de la comunicación, se encuentra la confianza, que es bidireccional. Por eso, la falta de información y de transparencia suele generar malentendidos y falsas percepciones sobre las que, muchas veces, se construyen posiciones y verdades absolutas que, evidentemente, no favorecen la armonía en las relaciones. En cambio, si invertimos tiempo y esfuerzos en informar y formar a los familiares, estaremos ayudando a generar confianza y contribuiremos a evitar los conflictos y a resolverlos cuando surjan, para evitar que trasciendan a la evolución del negocio.
- Saber escuchar: escuchar de forma activa y con verdadero interés a los demás miembros de la familia y de la empresa nos ayudará a mantener una comunicación más fluida y transparente y, por ende, a generar confianza en nuestro entorno.
- Apostar por la asertividad: edificar un clima de relaciones asertivas, en un ambiente de respeto, en el que todos los miembros del equipo puedan hablar y debatir para defender sus posiciones con prudencia, de manera constructiva y pensando en el bien común, favorece que confianza y comunicación se canalicen de un modo positivo.
- Facilitar las relaciones de confianza: la credibilidad, la fiabilidad, la empatía y la ausencia de interés propio son elementos que propician las relaciones basadas en la confianza. La credibilidad está basada en las credenciales, las competencias y logros de uno mismo. La fiabilidad viene marcada por cómo se cumplen los compromisos. La empatía es la capacidad de entender y saberse poner en el lugar del otro. Por último, la ausencia de interés propio es decir, de egoísmo e individualismo, es fundamental para poder trabajar por el bien común.