La salud como nuevo driver de compra de la carne
Marta Munné, Consultora Shopperview AECOC
02/06/2022El inicio de la pandemia obligó a monitorizar constantemente el comportamiento de un consumidor que, obligado por las circunstancias, cambiaba sus hábitos semana a semana. De todos esos cambios, hay tendencias que se ha visto que eran coyunturales, fruto de la situación excepcional, y otras que parecen haber llegado para quedarse. Entre estas últimas es obligado citar el crecimiento del e-commerce, pero también el auge de la sostenibilidad y de la salud como motivaciones de compra decisivas.
Este discurso aplica a todas las categorías de gran consumo, tanto en alimentación como en no alimentación. También a los productos cárnicos, como lo muestran los datos del informe de AECOC Shopperview elaborado para Fecic ‘Los indicadores de la carne: entendiendo al nuevo consumidor’, que indican que el 65% de los consumidores da más importancia actualmente a comer productos cárnicos saludables.
Es evidente que la dieta de la población está cambiando, y que cada vez hay más alternativas proteicas a la carne, pero los productos cárnicos siguen siendo un elemento al que la mayoría no quiere renunciar. De hecho, el 56% de los consumidores afirma que no se plantea substituir la carne por opciones como hamburguesas de tofu o a base de vegetales.
Eso, sí: los consumidores tienen nuevas exigencias. Si en ediciones anteriores del estudio el placer era el principal motivo de consumo de carne, en la última oleada del barómetro el 51% de los consumidores ya priorizaba el aporte de proteínas como primer motivo, desbancando así a motivaciones más relacionadas con la indulgencia.
De hecho, el 42% de los consumidores considera que la proteína cárnica es la más importante en su dieta, por un 22% que apunta a la vegetal y un 21% que cita el pescado.
Un nuevo consumo de carne
Que muchos consumidores consideren la carne una parte imprescindible de su dieta, no solo por placer, sino también por salud, es una buena noticia para el sector. Sin embargo, es innegable que se están produciendo cambios en el consumo de productos cárnicos.
En los últimos tres años, el porcentaje de consumidores que afirma comer cualquier tipo de carne ha pasado del 72% al 65%. De hecho, el 26% explica que compra productos cárnicos, pero solo de algunos tipos de animal, mientras que ya hay un 6% que sigue una dieta flexitariana y ha reducido significativamente su consumo de proteína animal, y un 7% de los hogares tienen al menos un miembro vegano o vegetariano.
Ante este nuevo escenario en el que muchos consumidores han reducido la presencia de la carne en su dieta hay un elemento que juega un papel central en el sector para retener al consumidor: la calidad.
Los datos muestran que uno de cada cuatro consumidores come menos carne fresca que hace unos años, pero casi la mitad ha aumentado el consumo de productos más premium. Menos volumen, pero más calidad.
Junto a la calidad, la sostenibilidad es otro atributo muy valorado por los consumidores. ¿Pero que entienden los compradores por sostenibilidad cuando se refieren a los productos cárnicos? Obviamente, a un modelo de producción respetuoso con el medioambiente, pero también al bienestar animal.
Credibilidad del sector
En una era en la que la comunicación lo invade todo, las decisiones de compra no se toman únicamente por lo que ocurre en el lineal o en la parada del mercado. El sector cárnico es motivo de actualidad con cierta asiduidad, y el seguimiento de estas noticias también genera una percepción en el consumidor que puede llegar a modificar su comportamiento.
A pesar de estar en el centro de muchas campañas y polémicas, los datos nos indican que la inmensa mayoría de los consumidores tienen plena confianza en el sector cárnico, con una nota media de 7,7. Solo un 6% que dice que no confía en las empresas cárnicas. Y, ¿en qué se fija el consumidor para formarse esta imagen positiva del sector? Principalmente en tres factores determinantes: ayudas a los ganaderos locales, producción sostenible y bienestar animal.
Estas noticias, que el 46% de consumidores consideran fiables, afectan directamente a la cesta de la compra o a la confianza en el sector. A pesar de que el 42% explica que las noticias que aparecen no le afectan a la hora de llenar su cesta de la compra, a uno de cada tres le afecta a la percepción que tiene del sector y un 26% indica que las informaciones sobre el sector hacen que compre menos productos cárnicos u otros tipos de carne. Este porcentaje se eleva hasta el 40% en el caso de los consumidores más jóvenes, los menores de 35 años.
La monitorización de hábitos y tendencias será un elemento clave para que el sector cárnico entienda los cambios que suceden a su alrededor y encuentre respuestas para un consumidor cada vez más informado y exigente.