Nueve semanas y media
Me refiero al periodo en que todas las cadenas de compras, cooperativas y demás se ponen maléficamente de acuerdo para concentrar, en la segunda parte del año, todas las ferias virtuales, presenciales y cualquier cosa similar.
Pero en la que se acerca el final del verano, viene ese tsunami, esa congregación de eventos, que obligan a todas las organizaciones a multiplicarse como sea para llegar a todo. Los comerciales, desquiciados a hacer rutas ilógicas, a cubrir como sea a los clientes, que además siempre quieren esperar al último día o semana. A los equipos internos de las empresas, a entrar en apenas 60 días los mismos pedidos de que en 3 meses. A los departamentos de Producción a redoblar esfuerzos, horas extras, a comprar producto incluso a mayor coste del deseado. A los departamentos de Logística, a hacer lo que sea para poder servir los pedidos.
Por otro lado, hay ya muchos miembros que no acuden a las presenciales, que no compran en las virtuales, porque van al día. Que no le ven alicientes.
Creo que, entre todos, deberíamos darle una vuelta a este sistema; es bueno, pero creo que después de tanto tiempo necesita una vuelta, un aliciente extra, un algo más.
A todos nos interesa poder vender más, vender mejor, comprar mejor, saber más de todas las cosas y conocer nuevos productos y nuevas empresas.
Creo que tras la pandemia deberíamos haber sacado nuevas conclusiones. Los sistemas siguen igual, sin variaciones, ya que las ferias que han intentado ser presencialmente virtuales no han tenido todo el seguimiento que deberían. Ir a una feria para pasar solo los pedidos de los de siempre, no ver nada nuevo, no ver opciones nuevas, no es el sentido que debería tener. Ni tampoco el que los fabricantes buscan cuando invierten en ellas.
Es el momento que todos pensemos en un poco más allá, en que no podemos pedir a representantes que llevan 5 o más marcas que cubran territorios con clientes que han de ver a toda su cartera en solo 40 días; es ilógico. Las fuerzas propias pulverizan ruteros convencionales. Seamos inteligentes y no matemos la gallina de los huevos de oro mientras podamos evitarlo.
Ferias sí, pero con sentido y moderación. Sino llegará un momento en que no tendrán ni aliciente ni sentido.