En clave de opinión: La tienda de los chinos
9 de octubre de 2008
Hoy puedes comprar un bolso Louis Vuitton ‘Made in China’ exacto al original por 100 veces menos su valor. En una fotografía nadie sería capaz de distinguirlo ya que su aspecto es idéntico. También puedes adquirir relojes, prendas de vestir, gafas de sol y un sinfín de artículos de moda y para el hogar. En cualquier caso, las réplicas son calcos de su original. Si te compras, por ejemplo, un polo Lacoste en un ‘Todo a 100’ (ahora llamada ‘tienda de los chinos’) o en un mercadillo, el tiempo marcará la diferencia: antes de haberlo lavado ya colgará un hilo del bajo y se habrá descosido un botón. Tras dos o tres lavadas, el color habrá cambiando del negro al gris. La décima pasada por la lavadora transformará tu polo Lacoste negro en un polo chino blanco. Entonces, uno se pregunta: ¿De dónde habrá salido la expresión ‘me engañaron como a un chino’?
Quizá es más acertada la expresión ‘trabajo de chinos’, que la Real Academia Española de la Lengua define como trabajo o labor muy difícil y que requiere gran paciencia. Sí, se necesita mucha paciencia y tenacidad para fabricar una réplica exacta y además producir a un ritmo de trabajo casi inhumano (por lo general, esta labor es literalmente inhumana porque los operarios, que en Occidente serían esclavos, trabajan en condiciones inaceptables en cualquier país desarrollado tanto a nivel salarial como por sus condiciones higiénicas y de salud, entre otras). Con el tiempo, quizás lleguen a crear legiones de robots como los guerreros de terracota para sustituir a los humanos. Ellos podrán trabajar jornadas de 24 horas, siete días a la semana.
Con el material eléctrico, maquinaria varia y aparatos eléctricos y electrónicos ocurre lo mismo que con los artículos de moda. Aunque hay que decir que no todo lo que se fabrica en el país asiático es malo, en muchos productos que sí lo son, el aspecto ‘da el pego’ y su precio de venta al público está muy por debajo del precio de coste de un producto de similares características desarrollado en España. ¿Cómo competir contra eso? Los expertos acuden a la especialización, a la precisión y a unos buenos acabados, ya que, por lo general, la calidad del artículo chino deja mucho que desear.
Quizá llegue un momento en que China sea capaz de producir mucho y bueno, es decir, fabricar grandes cantidades como hasta ahora y, además, hacerlo con buenos acabados y cumpliendo con todas las exigencias comunitarias. Entonces, Occidente tendrá un problema.