Bellota Herramientas celebra su centenario con un foro sobre el desarrollo de la agricultura
24 de septiembre de 2008
En la jornada se trataron temas de vital importancia para la futura supervivencia del sector agrícola, tanto a nivel nacional como mundial, y quedó patente la importancia que para el desarrollo agrícola tiene una adecuada concienciación y formación en una óptima gestión de los recursos hídricos del planeta, ya que, en el momento actual, un 80 por ciento de los mismos se emplea en la agricultura, según aseguró Luis Márquez, Catedrático del Departamento de Ingeniería Rural de la Universidad Politécnica de Madrid y asesor de instituciones como el Ministerio de Industria y Energía (España) y el Instituto Nacional Ecuatoriano de Recursos Hidráulicos y Eductrade-Agrotrade, en Latinoamérica, entre otros.
Mayor demanda de alimentos
Los datos expuestos durante el congreso son reveladores. Las previsiones mundiales de crecimiento de población apuntan a que en el año 2050, seremos 9.000 millones de habitantes, frente a los 6.000 millones de la actualidad, lo que supone un incremento del 50 por ciento. Este aumento de población y los cambios dietéticos previstos darán lugar a una mayor demanda de alimentos.
Márquez aseguró que el necesario incremento en la productividad ha de venir dado por un adecuado manejo del suelo, del agua y de los nutrientes requeridos para la actividad agrícola, ya que la disponibilidad de hectáreas destinadas al cultivo va a ser la misma que en la actualidad, al no poder ser incrementada la superficie de terrenos en Europa, Estados Unidos y Asia.
Por lo tanto, el agua se convierte en factor esencial para el desarrollo. La llamada Revolución Azul consiste en encontrar fórmulas para incrementar la eficiencia del riego, tanto en los cultivos de secano como en regadío, desarrollando tecnologías y métodos para maximizar la producción agrícola con un volumen de agua limitado e involucrando al factor humano en la mejora de la gestión de la misma.
Los biocombustibles como fuente de desarrollo agrícola
Durante el foro también tuvo especial importancia el papel de la agricultura energética, dedicada a la producción de biomasa mediante el empleo de cultivos energéticos para su transformación en carburantes y combustibles que puedan sustituir a los de origen fósil (petróleo y carbón).
En el momento actual, los biocombustibles de primera generación suponen entre el 1 y 2 por ciento de la demanda mundial de combustibles para el transporte, mientras que en 20 años la previsión indica que será de un 6 por ciento. La superficie agrícola ocupada para producirlos es de 14 millones de hectáreas (el 1 por ciento de la tierra cultivable), y en dos décadas se estima que ascienda a unos porcentajes de entre el 2 y el 3,5 por ciento.
El futuro está centrado en desarrollar los combustibles de segunda generación a partir de biomasa vegetal. La superficie necesaria sería mucho menor, se podrían emplear terrenos que actualmente están en barbecho y la emisión de CO2 es mínima.
Los cultivos destinados a la producción de biomasa requieren de un régimen de explotación que prima la cantidad, frente a las necesidades de calidad que pide la producción de alimentos. Por ello es necesario trabajar a gran escala para rentabilizar el proceso productivo, y la mecanización de los mismos plantea grandes retos con respecto al empleo de maquinaria agrícola.
En la siguiente ponencia sobre los equipos para trabajo del suelo, se hizo hincapié en la importancia de preparar bien el lecho de siembra y la importancia de arar para destruir las malas hierbas, airear y esponjar el suelo. El profesor Márquez, sentenció, que “el mejor herbicida es un buen arado de vertedera, si bien los costes a los que se enfrenta el agricultor, hoy en día, aconseja concretar, en cada caso, el uso más adecuado del mismo”.
La profesionalización de la agricultura y la organización
El foro concluyó con la mesa redonda que con el título Tendencias y Nuevos Escenarios de la Agricultura Actual, abordó temas como el incremento de los precios agrícolas y de los insumos, se plantearon opciones para mejorar la competitividad del agricultor y se trataron cuestiones relacionadas con la estricta legislación Europea para poder competir con agricultores del resto del mundo.
La organización en cooperativas es una de las fórmulas de mejora que fueron tratadas en la mesa redonda. Una gestión racional de las explotaciones agrarias, basada en un adecuado cálculo de costos, producciones y beneficios, y la organización para el uso común de maquinaria son algunas de las vías de optimización apuntadas por los participantes. Dicha forma de trabajar todavía no está muy interiorizada en la filosofía de algunos agricultores, ya sea porque no hay reglas de juego claras, o porque no lo ven factible.
Los datos que se manejaron sobre el parque de tractores en España dejan en evidencia el elevado ratio tractor por hectárea, pero el mayor problema que se observa es que, aunque se haya evolucionado en las potencias y tecnología del tractor, el parque de maquinaría agrícola todavía no se ha renovado lo suficiente, por lo que, no se consiguen los rendimientos eficientes esperados.
Por otro lado, se afirmó que los agricultores europeos tienen que cumplir la estricta legislación a nivel de los transgénicos, pero Europa no está llevando a cabo ningún control sobre las importaciones que realiza, por lo que al final, los consumidores europeos no tenemos la garantía de lo que estamos consumiendo. Por ello, todos compartían la opinión de que el Gobierno debería seguir compensando a los agricultores por contribuir a garantizar la alimentación y por desarrollar el ecosistema rural.
Durante el segundo día se realizó un acto conmemorativo del centenario de la fundación de Bellota en la Finca Cristo Villaizán en Burgos, laboratorio donde se realizan las pruebas de las innovaciones que lanza Bellota.
Más de medio centenar de distribuidores y fabricantes de maquinaria agrícola del país asistieron al I Foro Bellota sobre Desarrollo Agrícola, en el que también participaron el Director General de Producción Agropecuaria de la Junta de Castilla y León, Baudilio Fernández Mardomingo, representantes de los sindicatos Upa, Coag y la Cámara Agraria Provincial de Burgos, miembros de la Junta de Ansemat y Cema y de las Universidades Politécnica de Madrid y Pública de Navarra.