La igualdad de género, un tema pendiente en la empresa familiar
Ricard Agustín, fundador de Family Business Solutions y consultor de empresas familiares
28/01/2019Los roles familiares
Afortunadamente, en los últimos 50 años, la mujer ha pasado de no participar en el negocio de la familia o de hacerlo solo para desempeñar una función armonizadora y conciliadora a tener un rol muy activo en él. No obstante, en algunas familias empresarias las mujeres todavía siguen asociadas a los roles familiares, y esto hace que no se las anime a entrar en el mundo de la empresa familiar desde pequeñas ni se las forme para ello, y que tampoco se las informe de temas relacionados con el negocio, como sí que pasa más habitualmente en el caso de los chicos.
La maternidad y la conciliación
A pesar de que los negocios familiares podrían parecer más flexibles en lo que a conciliación familiar se refiere, lo cierto es que conseguir conciliar el trabajo en la empresa familiar con la maternidad y la familia y hacerlo siendo igualmente respetada en el negocio no es fácil. De hecho, en ocasiones, es la misma familia la que presiona a la mujer que se encuentra en esta situación para que opte por cuidar de su familia en detrimento de su carrera.
La preferencia por el hijo varón
Ahora bien, es durante el relevo generacional, cuando hay que escoger al sucesor o sucesores del negocio, cuando se hace más evidente el ‘techo de cristal’ que frena a las mujeres. Todavía hay algunos padres que siguen sin ver a sus hijas como las herederas del negocio y como sus sucesoras al frente del mismo, a pesar de que ellas se hayan preparado académicamente y profesionalmente durante años y de que tengan las competencias necesarias para ello. La razón más común es que creen que cuando sus hijas tengan una familia podrán dedicar menos tiempo al negocio que sus hijos.
Esto hace que en algunas familias empresarias siga existiendo una cierta preferencia por que sean los hijos varones, especialmente los primogénitos, quiénes continúen con el negocio familiar, aunque no sean los más idóneos para continuarlo. Este hecho es más acusado en zonas rurales y en pequeñas ciudades.
Esta situación suele crear una sensación de desmotivación muy fuerte en las mujeres de la familia que trabajan en la empresa familiar, ya que acaban por no ver reconocidos sus méritos ni satisfechas sus aspiraciones de dirigir el negocio. Afortunadamente, esto no ocurre en todos los negocios familiares, y hay muchas mujeres que han podido erigirse como líderes de la empresa familiar con la total confianza de la familia en su capacidad y en su compromiso con el negocio.
Todavía queda mucho camino por recorrer
En los últimos 50 años se ha avanzado mucho en la empresa familiar. Las mujeres han tenido que superar muchos obstáculos para poder acceder al negocio y conseguir que se las valore como miembros iguales por sus capacidades, cualidades y habilidades profesionales, pero han conseguido pasar de no participar en el negocio familiar o de hacerlo solo para calmar las tensiones familiares a tener un rol muy activo en él.
Ahora contamos con mujeres en el seno de la empresa familiar muy preparadas y formadas, con los dotes de liderazgo y las competencias necesarias para ocupar puestos directivos con mucho éxito y que, además, generalmente tienen más facilidad para la comunicación y para gestionar emociones. Todo ello contribuye, sin duda, a una mejor concepción y desarrollo de la empresa familiar.
Sin embargo, como hemos visto a lo largo de este artículo, no sería justo decir que hay una completa igualdad entre ambos géneros en los negocios familiares. Y a esta situación, hay que sumarle que, en algunas empresas familiares, todavía las mujeres tienen sueldos más bajos que los hombres, incluso en los puestos de alta dirección. Como veis, aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar la plena igualdad de oportunidades y el mismo reconocimiento entre ambos sexos.