El alma y la ferretería abierta
Lo veo anticuado. No me entendáis mal, el sector digo. Lo veo con muchas cosas pendientes por hacer. Veo que hay diferentes ritmos y los que van a ritmo de pasodoble se quedan atrás viendo como los bailarines de trap y electro-latino se llevan los clientes.
Hay ferreterías o suministros industriales que están ordenados, con luz, espaciosos, lineales no muy altos, cartelerías, rincones de EPI con probador, … dignos de entrar y disfrutar en ellos. Que tienen página web, que no les da miedo Internet, ni los datos, que disfrutan en cada paso hacia la modernidad, la evolución, que crecen y que lideran la batalla.
Hay otros en los que hay que entrar de puntillas, de soslayo, para no pisar nada, no hay espacio, hay cosas por en medio, no saben qué stock tienen y vuelven a pedir lo que ya tienen en el almacén por triplicado. No les hables de Internet. ‘¿Qué es eso de los datos?’.
Tenemos el apasionante reto de formar a los jóvenes, a esos abogados, médicos o arquitectos para transmitirles esa ilusión de ser empresarios. Mostrarles que detrás de la venta de cada tornillo está la pasión, la lucha por servir a un cliente, el placer de un café con un proveedor, el hito de ser capaz de alimentar a varias familias, … Y de hacerlo bien. Levantarte por la mañana, mirarte al espejo y pensar: ‘Hoy lo voy a hacer mejor que ayer. ¡Vamoos!’. Ese es nuestro reto.
Nuestro reto es buscar una igualdad, un respeto y darle un hueco a la mujer en el sector. Porque vosotros también tenéis hijas, mujeres, hermanas, compañeras, … y son el futuro de vuestras empresas. No somos peores, estamos en minoría.
No es menor problema la lucha desigual frente a las grandes superficies que invierten muchas veces a pérdidas, vendiendo por debajo del coste. Y sí, lo he dicho en voz alta. Vendiendo por debajo de coste. Qué dificil es competir así. Pero no imposible. ¿Sabéis por qué? Porque somos más y mejores, podemos servir más rápido, dar mejor servicio y por eso mismo no necesitamos tirar los márgenes. Porque el servicio se paga. Y el cliente está dispuesto a pagarlo.
La responsabilidad de los grupos, cooperativas y centrales está ahí.
Cecofersa da herramientas a sus asociados para luchar en el sector sin miedo con:
- Logística, servir más rápido.
- Financiación, que les permite afrontar el nuevo entorno en el que los bancos han dejado de operar.
- Big Data, análisis de los clientes de nuestros asociados para ayudarles a vender más.
- Sin olvidarnos los retos de sucesión y la importancia de la mujer.
Y con esto...
“Aún sospecho que voy los trece versos acabando,
contad si son catorce y está hecho”.