Entrevista a Felipe González, presidente de Agrefema
¿Cuál es el origen de este acercamiento a las ferreterías? ¿Cuántos asociados son en este momento?
Como presidente del gremio, queremos lograr la máxima unión y buscar entre todos la fórmula que lo permita. Por ello pensamos que Ferroforma, y un cóctel, pueden ser un buen punto de encuentro y la prueba es que aquí mismo ya han firmado cuatro nuevos socios y algunos están pensándoselo. La idea es que entiendan que yendo juntos estamos mejor que separados. En Madrid hay más de 600 ferreterías mientras que en Agrefema somos 70, muy por debajo de lo que deberíamos ser, sin restar importancia a los que somos. Pero estas cifras nos motivan por el reto que supone.
El mercado de Madrid es muy diverso, pequeña tienda convencional y gran superficie conviven en su área de influencia, con necesidades y problemáticas muy diferentes. ¿Cómo unirlos bajo un mismo paraguas?
Efectivamente, como en toda España, nuestro gremio de ferretería es muy diverso. Desde la pequeña tienda llevada por una familia hasta las grandes empresas. Así que nuestro trabajo en principio es el de agrupar a la ferretería tradicional y especializada, ofreciendo una serie de servicios.
Hay quien decía que el ‘pequeño’ desaparecería… pero ahora vemos cómo grandes enseñas están retornando a un modelo más urbano, más local...
Efectivamente, yo no creo que el pequeño ferretero desaparezca. Siempre ha estado. Y en cuanto al retorno a las tiendas urbanas, creo que la gran empresa se ha dado cuenta de que el público español es muy particular. Le gusta ir a mirar en las grandes superficies, pero mayoritariamente va a comprar a la tienda de confianza: son más profesionales, le atienden personalmente, saben aconsejarle, explicarle cómo funciona una herramienta, le solucionan problemas…
No obstante, somos conscientes que hay que adaptarse a los nuevos tiempos. Eso significa que la ferretería debe combinar el modelo tradicional con las exigencias del mercado, incluyendo las nuevas tecnologías.
¿Hay algún tipo de simbiosis entre el gremio y las cooperativas, centrales de compras, etc., a las que pertenece una gran parte del sector?
Sí, en lo que se refiere a que la cooperativa pueda interceder para que su asociado sea también miembro del gremio. Este trabajo lo realizamos a través de Comafe, que es la cooperativa de Madrid.
Unirse supone remar juntos y en una misma dirección. ¿Es así? ¿O hay aún demasiados remando en direcciones aleatorias?
Ya sabemos que somos muy independientes y que cada uno mira por sí mismo, y remar juntos parece una tarea difícil. Pero los tiempos que vienen nos llevarán por ese camino. Las fusiones y las uniones serán necesarias, aunque es algo que se ha dado poco en nuestro sector. Quizá aún cuesta ceder ‘poder’, derechos, al entrar a formar parte de un colectivo.
¿Quizá falta cultura gremial en Madrid, comparada con otras comunidades como Cataluña donde hay una gran tradición?
Existe cultura de gremio, pero sí es cierto que por las razones que sean nunca ha sido tan potente como en Cataluña, donde se mantiene muy fuerte. Esto nos motiva para seguir trabajando y conseguir el fortalecimiento de Agrefema.
Agrefema ha mantenido muchas reuniones con las administraciones públicas de Madrid. ¿Cuál es su caballo de batalla actualmente?
Estamos en contacto periódico con la Comunidad de Madrid, consiguiendo alguna subvención para llevar a cabo proyectos como, por ejemplo, la campaña ‘Consulta a tu ferretero’. También nos ofrecemos para colaborar en aquellos asuntos de interés, como el establecimiento de normativas que afecten a nuestro sector. Es el caso de la libertad de horarios comerciales, que consideramos perjudicial para las pymes.
¿Esa sería una de las funciones del gremio?
Claro. Es una de las funciones, y yo diría que importante. A veces es complicado por la propia burocracia. En los últimos años, hemos tenido que hacer frente a varios cambios en la Dirección de Comercio.
Por otra parte, en nuestra última reunión tratamos un asunto de interés como es la formación profesional. Está desapareciendo la figura del aprendiz de ferretería. Para la empresa resulta costoso incoporar personal no cualificado, por lo que estamos formando a futuros profesionales. Y en estos momentos de necesidad de creación de empleo, deberíamos buscar fórmulas entre la Administración y las empresas. Por ello quedamos en celebrar nuevos encuentros y tratar el tema.
Para finalizar, ¿podría describir las ventajas de ser asociado al gremio?
Principalmente, y como miembro de Aecim —Empresas del metal de Madrid—, los asociados de Agrefema se benefician de los servicios de Aecim como asesoría laboral, fiscal, jurídica o ayuda al comercio exterior.