Se espera que, para el 2028, el valor a nivel global de la industria del CBD aumente en un 300% con respecto al año 2021

El valor de la industria del CBD a nivel global se sitúa ahora mismo en casi 5 mil millones de euros. Se espera, según estudios realizados por empresas especializadas como Grand View Research y Fortune Business Insights, que esta cifra se triplique para el 2028, alcanzando un valor de 18.8 mil millones de euros aproximados. Estos datos representan un aumento de un 300% respecto al 2021.

Estados Unidos, Suiza, Colombia, Países Bajos, Reino Unido, Australia, Italia o Francia son algunos de los países donde el uso del CBD en productos cotidianos está completamente normalizado y regulado. Esto supone un beneficio, especialmente, para el campo médico, donde el CBD tiene un gran potencial.

En España, sin embargo, aunque a nivel popular, el CBD está muy normalizado en el sector de la cosmética; su escenario legal dificulta y limita mucho su aplicación en cualquier otro ámbito, como el sanitario, donde su eficacia ante síntomas provocados por diferentes enfermedades está comprobada y podría ser de gran ayuda para médicos y pacientes.

En España, la venta de productos de CBD está permitida siempre que tengan menos del 0,2% de THC (principal compuesto psicoactivo del cannabis), pero su uso está limitado principalmente a productos cosméticos y tópicos. Los productos de CBD para consumo humano, como aceites o alimentos, no están completamente regulados, lo que genera un vacío legal. Además, su uso medicinal no está completamente aprobado, solo en casos médicos muy específicos.

Pacientes afectados por dolores crónicos o enfermedades neurodegenerativas que se pudieran ver aliviadas con el uso del CBD deben buscar alternativas fuera de él, lo que supone un gran reto para el sistema sanitario y, sin duda, materializa la necesidad de una regulación pronta.

Alejandro Montaño, business development director de CBD Life, empresa pionera en el sector y en la producción y comercialización de productos con cannabis, cree que “es fundamental que el escenario legal del cannabidiol (CBD) evolucione más allá de su uso en la cosmética. La regulación del CBD en España debe alinearse con el progreso que han hecho otros países, permitiendo el acceso a productos que tienen un impacto real en la calidad de vida de las personas. Regular el uso del CBD en aplicaciones medicinales y de consumo humano permitirá que pacientes con dolor crónico, ansiedad, epilepsia y otras condiciones tengan acceso a soluciones naturales, seguras y eficaces sin tener que recurrir a mercados ilegales o soluciones fuera del país. Una regulación responsable no solo beneficia a los pacientes, sino que también impulsa la investigación, el desarrollo de productos y el crecimiento de una industria que tiene un inmenso potencial económico”.