Además del presidente, durante la Asamblea también han sido reelegidos el resto de integrantes de la cúpula directiva de Feique
Carles Navarro renueva mandato al frente de la Federación Empresarial de la Industria Química Española
La Asamblea General de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) ha reelegido por unanimidad a Carles Navarro (CEO de BASF Española) como presidente de la Federación hasta 2022, cargo del que tomó posesión en 2018, en sustitución de Antón Valero (Dow Chemical). Hasta 2018, había ostentado el cargo de vicepresidente.
Además de ser el máximo representante de Feique, Navarro es presidente de la Comisión de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente de CEOE y, desde 2019, asume también la presidencia del Salón Internacional Expoquimia, de Fira de Barcelona, el principal evento del sector químico en el Sur de Europa, que celebrará su próxima edición en septiembre de 2021.
Ingeniero Químico por el Instituto Químico de Sarriá (IQS) y máster en Dirección de Marketing por la Escuela Superior de Administración de Empresas (ESADE), Carles Navarro es director general de BASF Española y responsable de las actividades del Grupo BASF en la Península Ibérica desde 2016. Se incorporó al Grupo en 1989 ocupando diferentes cargos de responsabilidad en el ámbito técnico y comercial de BASF Española. En 2004 asume la Dirección General de poliuretanos en Turquía. En 2009 vuelve a España como director comercial hasta que es nombrado en 2013 presidente de BASF Canadá, volviendo a España nuevamente en 2016 ya como director general de BASF Española.
Carles Navarro.
Además del presidente, durante la Asamblea también han sido reelegidos el resto de integrantes de la cúpula directiva de Feique quedando constituida del siguiente modo:
Presidente de Feique: Carles Navarro, CEO de BASF Española
Vicepresidentes de Feique:
- Joan Roget, presidente de la Federación Catalana del Sector Químico (Fedequim), CEO de Panreac
- José Luis Bernal, director del Negocio Químico de Repsol
- Paloma AlonsoL (nuevo nombramiento), CEO de Química de Cepsa
- Tomás Olleros, vocal de la Junta Directiva de Farmaindustria, presidente de Farmasierra
Tesorero-Contador: José María Revuelta, director general de Nippon Gases
Cúpula directiva de Feique.
Un Plan de Recuperación efectivo para reactivar la economía y, en especial, los sectores tractores
En su intervención tras la reelección, el presidente de Feique ha querido destacar que la prioridad inmediata es que el Gobierno articule un Plan de Recuperación efectivo que permita reactivar la economía española y, muy especialmente, la demanda de sectores tractores como la automoción, la construcción o el agroalimentario. “Estos tres sectores constituyen también los ejes tractores de la industria química y, si bien la demanda internacional se está acelerando a mejor ritmo, nuestro país debe recuperar cuanto antes sus motores más robustos para la generación de riqueza y empleo de forma estable”, ha señalado Carles Navarro.
“Paralelamente, los Ministerios de Industria y Transición Ecológica deben estimular la inversión industrial en torno a los ejes de la descarbonización, la economía circular, la innovación y la digitalización”, ha indicado. “España necesita más industria y los fondos europeos constituyen una oportunidad única para incrementar la atracción de inversiones de carácter productivo que impulsen el empleo de calidad”.
El presidente recordó que la industria química invierte anualmente casi 250.000 millones de euros en el mundo (25.000 millones de ellos en Europa) y es necesario que se establezcan programas con estímulos financieros adecuados para ser capaces de captar una parte relevante de este volumen, incluyendo también proyectos piloto de carácter innovador.
Sobre este último aspecto, Navarro ha querido enfatizar que las empresas químicas están desarrollando hoy tecnologías disruptivas en el campo del almacenamiento energético, las energías renovables, los sistemas de fotosíntesis artificial, el hidrógeno, la captura y utilización de CO2 o el reciclado químico, que serán indispensables para alcanzar los objetivos de sostenibilidad a escala global. “Es preciso, por tanto, que la utilización de los fondos asignados a España, contemplen el apoyo a estas tecnologías de forma prioritaria, lo que nos permitiría generar un gran ecosistema innovador”.
Infografía sobre los datos clave del sector químico.
La industria química, un sector estratégico para la economía española y hacer frente a la pandemia
Con sus más de 3.000 empresas, la industria química española, integrada por las actividades químicas y farmaquímicas (CNAES 20 y 21) es uno de los mayores y más consolidados sectores industriales de este país. Su peso como motor económico de España se traduce en la generación del 5,8% del PIB y del 3,5% del empleo de España, si sumamos sus efectos indirectos e inducidos.
En 2019 alcanzó una cifra de negocios de 66.433 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 1,2% respecto a la facturación registrada el año anterior impulsada, fundamentalmente, por su actividad en los mercados exteriores (el 58% de la facturación, hasta los 38.500 millones) así como por la demanda interna. De esta forma, el sector continúa situándose por CNAE como el 2º mayor exportador de la economía española, a la que aporta el 13,4% del PIB Industrial de manera directa. Además, el sector está experimentando en la última década un peso especialmente ascendente en mercados extracomunitarios según se recoge en la Radiografía del Sector Químico español, informe elaborado por Feique que integra datos de evolución de las principales macromagnitudes del sector.
Por otra parte, la industria química es también ejemplo de una industria sólida en la generación de empleo de una elevada de calidad en términos de salario y estabilidad, al proporcionar empleo directo a 205.200 personas, cifra que alcanza los 700.000 si contamos los empleos indirectos e inducidos. Con un sueldo medio de 37.500 euros y el 93% de contratos indefinidos, es un referente en la generación de empleo estable, calidad y elevada cualificación.
Especialmente destacable está siendo el comportamiento del sector químico durante la crisis del COVID-19, en la que ha tenido un papel estratégico como proveedor de productos de alta demanda para hacer frente a la pandemia. En ella, se volcó desde su inicio aumentando su capacidad productiva y readaptando en muchos casos sus líneas de producción a la fabricación de gases medicinales, como el oxígeno; productos farmacéuticos, antisépticos o productos biocidas para la potabilización del agua, como el cloro, o para la desinfección y limpieza, como la lejía o el agua oxigenada; materias primas plásticas para fabricar jeringuillas, bolsas de suero, respiradores o productos quirúrgicos o para envasar alimentos; así como polímeros y fibras sintéticas para la fabricación de EPIs, entre otros muchos productos y materiales que han sufrido un crecimiento exponencial de su demanda.
Desde el punto de vista económico, el sector se ha desenvuelto con solvencia al tratarse precisamente de una industria declarada como estratégica en esta crisis. Si bien se ha visto afectada por el desplome de dos de sus principales sectores demandantes, como son la automoción y la construcción, ha logrado mantener el 95% de su actividad productiva habitual, incluso en el contexto de mayor endurecimiento de las condiciones para el desarrollo de la actividad económica general del país.
La industria química es líder también en innovación. De hecho, es el sector industrial que actualmente destina más recursos a esta área, acumulando en sus empresas un 26% de las inversiones que la industria española dedica en su conjunto, hasta los 2.800 millones de euros anuales. También lidera el empleo de personal investigador, ya que uno de cada cinco investigadores contratados por la industria lo hace en una empresa del sector químico y el 64% de las empresas del sector son innovadoras, más del doble que la media industrial (25,6%) y siete veces más que el sector de la hostelería.
Otro de los principales rasgos del sector es su carácter transversal, pues interviene en prácticamente todas las cadenas de valor de las industrias manufactureras. El 98% de las actividades productivas requieren de la química en algún punto del proceso de fabricación, ya sea en los ámbitos de la salud, el consumo, la movilidad, la construcción, la alimentación o la energía. De ahí, que se trate de una industria esencial y estratégica para garantizar el funcionamiento y desarrollo de nuestra sociedad actual.