La farmacia comunitaria y atención primaria de Cantabria suman esfuerzos por el paciente crónico respiratorio
La crisis sanitaria sufrida a causa de la COVID-19 (coronavirus SARS-CoV-2) ha impactado particularmente en los pacientes con EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y asma. Al hecho de ser una de las poblaciones con mayor riesgo de sufrir complicaciones por esta enfermedad, lo que hacía que no fuera aconsejable que saliesen de su casa durante estos meses ni siquiera para acudir a su médico, se ha sumado la situación del personal y de los centros sanitarios, que estaban volcados en atender a los pacientes agudos derivados de esta pandemia.
En este contexto, donde el futuro del seguimiento de estos pacientes está lleno de incógnitas, la colaboración entre los diferentes agentes de gestión y manejo de la salud toma, si cabe, más importancia aún. La farmacia comunitaria, como punto de contacto físico permanente entre los pacientes y el sistema sanitario, y la atención primaria (medicina y enfermería) como los responsables de la revisión y seguimiento de los pacientes crónicos, han tomado la iniciativa de desarrollar en Cantabria el proyecto Inspira2. Esta iniciativa, promovida por la delegación cántabra de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac Cantabria), supone un nuevo modelo de cooperación entre ambos niveles asistenciales con el objetivo de asegurar un mayor seguimiento de los pacientes con patologías respiratorias y maximizar así su calidad de vida.
En palabras de la presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) de Cantabria, Antonieta de Andrés, “tenemos que aprovechar la cercanía de la farmacia comunitaria y el conocimiento de los farmacéuticos comunitarios como elementos estratégicos de contacto permanente con los pacientes respiratorios para reforzar la adherencia a los tratamientos y detectar casos de falta de control que deban ser derivados al médico de familia o enfermera”.
Hoy día, debido al contexto sanitario existente, se está trabajando en dar forma a cómo será el futuro del seguimiento de estos pacientes Por poner un ejemplo, el desarrollo de la consulta telefónica que se ha tenido que llevar a cabo durante los meses de confinamiento ha supuesto una práctica que ha permitido realizar un seguimiento durante el periodo en el que los pacientes no podían acercarse físicamente a los centros sanitarios para reducir los riesgos de contagio. Parte de estas prácticas, aprendidas y desarrolladas en momentos de necesidad pueden haber llegado “para quedarse”, al menos en cierta medida y, sobre todo, en un escenario en el que no puede descartarse que surjan nuevos brotes en el futuro.
“Uno de los principales problemas que tienen los pacientes respiratorios (asma y EPOC) es la falta o la mala adherencia al tratamiento. Esto da lugar a un mal control de la enfermedad y puede llevar a los pacientes hacia una exacerbación. Precisamente esto es lo que pretendemos evitar a toda costa los profesionales sanitarios, ya que, a mayor número de exacerbaciones, mayor riesgo de mortalidad. La colaboración con los farmacéuticos comunitarios en detectar esta mala adherencia puede suponer un punto de inflexión donde, entre todos los profesionales del primer nivel asistencial, podamos contribuir a aumentar la adherencia terapéutica en estos pacientes, disminuyendo la posibilidad de agudización y la mortalidad”, apunta el Dr. Juan Carlos López Caro, médico de familia en el Centro de Salud Cotolino en Castro Urdiales.
El proyecto, en el que está previsto que colaboren farmacéuticos comunitarios, médicos de atención primaria y enfermería, consistirá en la evaluación de la adherencia terapéutica de los pacientes con EPOC y asma desde la farmacia comunitaria, así como en la detección de casos en los que ambas patologías estén mal controladas y los pacientes presenten síntomas de ello (dificultad respiratoria, tos, disnea, opresión torácica, etc.). En los casos en los que sea necesario, el farmacéutico comunitario contactará con el médico de familia y/o la enfermera de los centros de salud para mejorar la atención de los pacientes con problemas con su medicación.
Además de la presencia de Sefac, la iniciativa Inspira2 cuenta también con el apoyo de ACINAR (Asociación Cántabra de Investigación en Aparato Respiratorio), del Servicio Cántabro de Salud y de los colegios profesionales de la región (Medicina, Enfermería y Farmacia), así como con la colaboración de la compañía GSK, se ha iniciado este mes de julio y pretende seguir mejorando la asistencia y calidad de vida de los pacientes respiratorios de la comunidad.
El proyecto ha arrancado con un acto institucional de presentación en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria, en el que han participado Jorge de la Puente, director general de Ordenación, Farmacia e Inspección de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria; Antonieta de Andrés, presidenta de Sefac Cantabria; el Dr. López Caro, vicepresidente de ACINAR, y Estíbaliz Arroitajáuregi, DUE y miembro de ACINAR, y Rita de la Plaza, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria.