Rechazo de todo el sector sanitario al Plan de impulso de Genéricos y Biosimilares del Ministerio
Rechazo total de todos los agentes del sector fármaco-sanitario al Plan del Ministerio de Sanidad para incentivar el mercado de genéricos y biosimilares. (Fefe (empresarios de Farmacia), CGCOF (Consejo general de Colegios de Farmacia), Sefac (farmacia familiar y comunitaria), Sefar (farmacia rural), Fedifar (distribuidores), Farmaindustria), otros indirectamente afectados (ASPE, colectivos médicos) e incluso de las asociaciones de consumidores, ya que no contempla continuidad en la intercambiabilidad de los medicamentos, señala el Observatorio del mes de octubre.
También consta la oposición de los hipotéticamente beneficiados, como AESEG (asociación de fabricantes de Genéricos) o Biosim (Asociación fabricantes de Biosimilares), ya que consideran que las medidas recogidas no persiguen tanto fomentar un uso frente a otros, como una rebaja en la factura del SNS.
Cada agente, y por distintos motivos, rechaza el Plan propuesto por el Ministerio, aunque sin duda, los más perjudicados son los farmacéuticos de oficina de farmacia que verían reducidos sus ingresos en una cifra máxima de 800 millones de euros, según declaraciones de la Dirección General de Cartera de Servicios y Farmacia.
Los motivos de rechazo de los distintos agentes
Comenzando por Farmaindustria y Aeseg, hay que decir que en el primero de los casos el rechazo se produce por un injustificado ataque a los medicamentos con marca, ya que no se reconoce que los incluidos en precios de referencia se comercializan al mismo precio que los genéricos, y se promueve la prescripción y sustitución obligatoria por la DCI; mientras en el caso de Aeseg existe un posicionamiento fundado contra la devolución de los descuentos que se trata de imponer, y que consideran su principal herramienta de competencia y diferenciación de las empresas en el mercado.
Los médicos están en contra porque coarta la libertad de prescripción, imponiendo guías y sistemas informáticos de prescripción que obligan a hacerlo por principio activo.
En el caso de los pacientes, está claro que éstos exigen la continuidad de los tratamientos con el mismo formato del medicamento que toman, y el plan va a suponer cambios constantes en función de que se oferte un medicamento a “precio más bajo con descuento”, una nueva categoría de precios que se suma a las existentes de “precio de referencia”, “precio menor” y “precio más bajo”.
Pero lo más grave del Plan se reserva, como es habitual, para los farmacéuticos: obligación de sustitución y devolución de los descuentos que obtengan en las compras, para los que el Ministerio maneja la cifra de 800 millones de euros, aunque ya se haya insinuado que se excluiría de las devoluciones a las farmacias VEC y que podría existir un porcentaje a partir del cual se practicarían los descuentos.
En el cuadro siguiente detallamos los principales motivos de rechazo de cada uno de los agentes y las consecuencias para el mercado de los genéricos o sobre la economía del Sistema Nacional de Salud.
Las propuestas de Fefe para impulsar los genéricos
- Abandonar las actuaciones de precio más bajo con descuento” si de verdad se quiere fomentar el uso de genéricos.
- Priorizar los abastecimientos frente a las bajadas de precios que aumentan tal riesgo por falta de interés económico.
- Sobre los medicamentos sin patente y con múltiples fabricantes se debería fijar en un precio mínimo de 3 euros para los financiados.
- Que las administraciones se responsabilicen de asegurar stocks de seguridad o respaldo, en vez de trasladar estas obligaciones a la cadena del medicamento, para evitar desabastecimientos de los genéricos.
- Facilitar el acceso a los genéricos en caso de desabastecimiento mediante sistemas ágiles de importación inmediata por los agentes de la distribución, con asunción del diferencial entre precio financiado y precio de importación.
- Establecer el copago evitable como mecanismo regulador y neutral para permitir la libertad de elección de los pacientes y al tiempo limitar la factura farmacéutica garantizando sostenibilidad en el catálogo.
- Es necesaria la implantación de los precios notificados ya prevista en la regulación, con la incorporación de las sentencias que dan la razón a Fefe en materia de precio de compra de las Oficinas de Farmacia. Ello redundará en que las farmacias tendrán mayores facilidades para tener disponibilidad de los medicamentos y supondrá un mayor estímulo en el caso de los genéricos, siempre que se mantenga la libertad de comercio entre fabricantes y farmacias.
- Incorporar las Oficinas de Farmacia a las políticas de desarrollo de Atención Primaria, con un papel mucho más relevante del farmacéutico como agente de salud.
- Facilitar el acceso de la farmacia comunitaria a los biosimilares (que tienen su uso limitado a la farmacia hospitalaria) para dispensarlos al paciente en su domicilio. Ello redundará en el fomento del propio biosimilar al estar más accesible para los pacientes. Reservar la dispensación en los 500 hospitales y no extenderlo a las 22.000 oficinas de farmacia es imponer un copago en la sombra importante en forma de tiempo de desplazamiento y recursos para ello (horas laborales sin productividad).