La farmacia apuesta por un modelo asistencial basado en nuevos servicios que estén integrados en el sistema sanitario
12 de abril de 2013
Una nueva cartera de servicios basada en la atención al paciente y en un modelo retribuido y protocolizado es lo que debe garantizar la viabilidad de las oficinas de farmacia. Ésta es una de las principales conclusiones del Estudio 'El futuro de la oficina de farmacia, realizado en casi un millar de farmacéuticos, que identifica los retos clave del sector y refleja el posicionamiento de los profesionales ante dichos retos. Este análisis también destaca la cooperación estrecha entre profesionales, el uso de las nuevas tecnologías y la potenciación de la imagen de la farmacia como centro de salud como elementos clave de futuro, a parte de la necesidad de tener un marco de estabilidad y un pago al día por parte de la Administración.
La principal novedad del Estudio, en el que han participado 364 titulares de oficina de farmacia y 964 profesionales del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona y del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, es que sus resultados parten de la base y han sido los propios farmacéuticos “quienes han aportado posibles soluciones e ideas a los retos y expectativas que se presentan en el sector, pudiendo saber también qué estarían dispuestos a hacer en este sentido”, según Rafael Borràs, director de Bioindustrias y Farmacia en Antares Consulting. Sus autores han puntualizado que “si bien no es representativo de todo el Estado porque cada comunidad autónoma tiene sus características, sí aporta una visión de dos provincias importantes en número de farmacias".
La principal constatación extraída del Estudio es que el modelo actual de farmacia está agotado y que “es necesario ir hacia un nuevo modelo de farmacia asistencial como concepto de futuro, donde será clave potenciar la imagen de la oficina de farmacia como un verdadero centro de salud, yendo más allá de la mera dispensación de medicamentos”, según ha explicado Borràs.
Por su parte, Francesc Pla, vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, ha afirmado en este sentido que “el modelo clásico de prestación farmacéutica de las últimas décadas ya no es válido y necesita una revisión sin complejos, porque la situación ha cambiado por completo. La estabilidad ha desaparecido, la rentabilidad ha caído, la incertidumbre ha aparecido en el sector y la única apuesta ganadora está en el cambio. Y no podemos esperar más”.
Los retos vinculados a la creación de este nuevo modelo profesional asistencial son absolutamente prioritarios para los farmacéuticos. Entre ellos se incluyen “explorar en profundidad la posibilidad de desarrollar una cartera de servicios homologada, protocolizada y retribuida por los pacientes, las aseguradoras y la Administración Sanitaria que sea rentable”, según Pla, “que sea una parte importante de nuestra actividad, que incentive la iniciativa profesional y que además sea coherente con el concepto de capilaridad de la red y también medible y eficiente”. En este apartado, también se ha destacado la necesidad de cooperar estrechamente con los demás profesionales sanitarios, “integrando al farmacéutico en las tecnologías de la información por ejemplo con la receta electrónica, trabajar de forma más coordinada con los otros agentes de salud y la Administración, y ser más competitivos”, ha explicado Borràs. Todo ello “con una práctica farmacéutica estandarizada y capacitando al farmacéutico en ciertas patologías mediante formación obligatoria, regulada y acreditada”.