Antonio Brufau aboga por diseñar un ‘mix’ energético “realista”
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, se mostró partidario el 6 de mayo de “plantearnos si es realista fiar la recuperación de la crisis, acompañada de una aceleración de la transición energética, solo a la electrificación con energías renovables sin tener en cuenta otras tecnologías que hacen posible la descarbonización, o el papel que el gas natural y el petróleo tienen que jugar durante muchos años”. Brufau realizó estas declaraciones en la Junta General de Accionistas de la multienergética, que tuvo lugar en Madrid.
Brufau resaltó que el escenario legislativo y las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania han puesto de manifiesto “la urgencia de asegurar la autonomía energética de Europa y también la de materiales y componentes críticos”. Todo ello, informaron fuentes de Repsol en una nota de prensa, “abordando la transformación de la industria para alcanzar la neutralidad climática en 2050 y sabiendo que la transición energética es una tarea ineludible y urgente para todos. Pero sin olvidar que la competitividad económica y el bienestar social requieren de equilibrio entre seguridad de suministro, precios asequibles y sostenibilidad”.
En opinión del presidente de Repsol, ahora es el momento de diseñar correctamente las rutas para minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero lo antes posible, a un coste asumible, “sin dogmas”, con pragmatismo y “sin la soberbia intelectual” de pretender establecer, a priori, cómo alcanzar los objetivos en un futuro aún no escrito. Teniendo en cuenta, añadió, que la transición energética conlleva costes de “centenares de billones de dólares” hasta 2050 y que es imprescindible que no se produzcan desabastecimientos o incrementos inasumibles de los precios energéticos.
Por otra parte, Antonio Brufau reivindicó el compromiso de Repsol en la lucha contra el cambio climático y se refirió a la estrategia de transición energética de la compañía, que “fue apoyada por los accionistas tras ser sometida, por vez primera, a voto consultivo de la Junta a propuesta del Consejo de Administración. La compañía informará anualmente de su implementación y de los planes de descarbonización, comprometiéndose a someterla de nuevo a los accionistas cuando se actualice o se modifique significativamente”, apuntaron fuentes de la multienergética.
En su intervención ante los accionistas, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, repasó el ejercicio de 2021, primer año de vigencia del Plan Estratégico 2021-2025, un año relevante para la compañía, en el que se aprovecharon “las oportunidades de la recuperación de la economía y de la movilidad para volver a la senda de resultados previa a la pandemia”, agregaron las mismas fuentes.
El dividendo en efectivo mejora un 5%
Entre otras propuestas, la Junta aprobó un dividendo de 0,33 euros brutos por acción −con cargo a los beneficios del ejercicio 2021− que se abonará el próximo 7 de julio y que se sumará a la retribución de 0,30 euros brutos por acción pagada en enero de este año. Con ello, el dividendo en efectivo se ha mejorado un 5%, hasta los 0,63 euros brutos por acción.
En línea con lo establecido en el Plan Estratégico, dio el visto bueno al reparto de otros 0,325 euros brutos por acción con cargo a reservas libres, asimilable al tradicional pago a cuenta del ejercicio 2022, cuya distribución está prevista a lo largo del mes de enero de 2023, en la fecha que concrete el Consejo de Administración.
Los accionistas de Repsol también confirmaron una reducción del capital social, mediante amortización de 75 millones de acciones propias, representativas aproximadamente del 4,91% del capital social de Repsol a 31 de diciembre de 2021. También se aprobó la delegación en el Consejo de Administración o, por sustitución, en la Comisión Delegada o el consejero delegado, de la facultad de ejecutar reducciones de capital adicionales hasta un máximo de 152.739.605 acciones propias, equivalentes al 10% del capital social, para tener una mayor flexibilidad a la hora de llevar a cabo amortizaciones. Con esta mayor flexibilidad, la compañía tiene previsto recomprar en el segundo semestre de 2022 otros 50 millones de acciones que serán posteriormente canceladas.
Asimismo, la Junta General de Accionistas votó a favor de la reelección como consejeros de María del Carmen Ganyet i Cirera e Ignacio Martín San Vicente, y de la ratificación del nombramiento por cooptación y reelección como consejero de Emiliano López Achurra. Además, los accionistas aprobaron el nombramiento como consejero de José Iván Martén Uliarte.
“Compromiso continuo con los clientes”
Imaz reflexionó sobre el impacto negativo “relevante” en la actividad económica que está teniendo la guerra generada por la invasión rusa de Ucrania, debido a las subidas de los precios de la energía y de las materias primas, la disrupción del comercio internacional y una merma de la confianza. A este respecto, destacó el compromiso “continuo” de Repsol con los clientes, a quienes, en España, se han ofrecido descuentos en los carburantes adicionales y de forma anticipada a los establecidos por la Administración.
“Nuestra política retributiva se encuentra entre las más atractivas de la bolsa española y de nuestro sector”, dijo Imaz, quien se comprometió a seguir ofreciendo una retribución “por encima de los compromisos establecidos en el Plan Estratégico”. La remuneración total, teniendo en cuenta el dividendo en efectivo y las recompras y cancelación de acciones previstas, estará en 2022 “claramente por encima del euro por acción, recuperando los niveles prepandemia y adelantando el objetivo inicialmente fijado para 2025 en el Plan Estratégico”, ratificó.
Imaz describió el Plan Estratégico 2021-2025 de la compañía como “un plan que nos empuja a acelerar nuestro viaje en la transición energética a la vez que asegura la rentabilidad a los accionistas, que nos permitirá convertirnos en una empresa más fuerte, más rentable y competitiva”.
Para lograr ese objetivo, “Repsol cuenta con una exigente senda de descarbonización que prevé una reducción del Indicador de Intensidad de Carbono de un 15% en 2025, un 28% en 2030 y un 55% en 2040”, recordaron desde la multinacional española. En el periodo comprendido en el Plan, Repsol destinará un 35% de la inversión, 6.500 millones de euros, a proyectos bajos en carbono. Un porcentaje que, según desveló Imaz, se encuentra por encima de los de empresas comparables. Igualmente, puso en valor que el 40% del accionariado institucional de la compañía está alineado con los criterios ESG, frente al 17,5% de media en las empresas del sector.
Transformación industrial para cumplir los objetivos medioambientales
Josu Jon Imaz destacó la transformación de varias áreas de negocio de la compañía. Así, en Exploración y Producción, bajo la premisa de priorizar valor sobre volumen, se llevó a cabo “una exitosa gestión de cumplimiento del Plan Estratégico, avanzando en el objetivo de poner el foco en las áreas geográficas clave, con presencia actual en quince países”.
Esta área está contribuyendo al proceso de descarbonización y a la transformación de Repsol con un enfoque multienergético y, en este sentido, la compañía ha obtenido un permiso para evaluar el potencial geotérmico en la isla de Gran Canaria. La geotermia produce energía renovable de forma continua y estable, sin emisiones de CO2 y podría proporcionar mayor independencia energética al archipiélago.
Asimismo, la compañía pondrá en marcha en Sakakemang, en Indonesia, un proyecto para el almacenamiento de dos millones de toneladas de CO2 al año “que se encuentra entre los más grandes del mundo”.
Imaz destacó particularmente los proyectos e inversiones para convertir los complejos industriales en polos multienergéticos capaces de utilizar residuos para fabricar combustibles y materiales sostenibles. Ello, precisó, permitirá garantizar su futuro y rentabilidad, asegurando un empleo de calidad y promoviendo riqueza. En este sentido, la refinería de A Coruña ha procesado por vez primera aceite de fritura para fabricar hidrobiodiésel y proyectos relativos al transporte aéreo fueron relevantes el pasado ejercicio, con la producción en Tarragona y Bilbao de lotes de biojet y la realización, junto a Iberia, del primer vuelo con biocombustible producido en España a partir de residuos.
En Cartagena ha comenzado la construcción de la que será la primera planta de biocombustibles avanzados del país, que estará operativa en 2023. Y en Sines (Portugal), se construirán dos plantas de materiales poliméricos 100% reciclables que podrán utilizarse para aplicaciones de la industria farmacéutica, automotriz y alimentaria, y que lo convertirán en uno de los más avanzados de Europa.
En palabras de Imaz, el hidrógeno renovable es uno de los pilares de la compañía para avanzar hacia una industria más sostenible. Repsol se ha fijado la ambición de liderar este ámbito en la Península Ibérica y de tener una posición relevante en el mercado europeo. La compañía prevé alcanzar en 2025 una capacidad de generación equivalente a 552 MW y llegar a 1,9 GW en 2030, con una inversión prevista de 2.549 millones de euros.
En este sentido, Repsol presentó en enero el proyecto Shyne (Spanish Hydrogen Network), el mayor consorcio de hidrógeno renovable en España, integrado por 33 entidades de diferentes sectores y que desplegará proyectos con los que se espera generar más de 13.000 empleos.
20 GW renovables en 2030
El consejero delegado remarcó que la generación renovable también es fundamental en el modelo de descarbonización. Repsol aumentará la capacidad instalada hasta 6 GW en 2025 y hasta 20 GW en 2030, un incremento del 60% respecto a lo previsto en el Plan Estratégico.
Respecto a los negocios comerciales, “Repsol está trabajando en un ambicioso plan de despliegue de infraestructuras de recarga públicas, que implica disponer de más de mil puntos de recarga rápida y ultrarrápida a finales de 2022 o, lo que es lo mismo, un punto cada 50 kilómetros. Actualmente, la red de recarga pública de Repsol cuenta con más de quinientos puntos rápidos ya instalados. Asimismo, la app Waylet es un activo clave para lograr el objetivo estratégico de Repsol de alcanzar los 8 millones de clientes digitales en 2025, cifra situada ya en 4 millones.
El consejero delegado de Repsol concluyó su intervención resaltando las grandes oportunidades y retos que ofrece la descarbonización: “Tenemos la oportunidad única de generar valor con el apoyo de la innovación y la digitalización como palancas clave y todo ello, manteniendo nuestro compromiso con la sociedad, el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, y garantizando una atractiva retribución a nuestros accionistas”. “Vamos a ser un actor clave en el desarrollo del modelo energético del futuro”, finalizó.
El coste de combatir el cambio climático de forma descoordinada
Brufau considera que la reacción ante la invasión rusa de Ucrania ha contribuido a reubicar a Europa en el mapa geopolítico global. En su opinión, este cambio debe acompañarse de otros pasos en la misma dirección en materia de autonomía energética. En este sentido, llamó a no dar pasos atrás y avisó de las consecuencias de no calibrar el impacto de políticas energéticas probablemente “bienintencionadas”, pero a veces “poco realistas”.
“¿Tiene sentido sustituir el gas ruso con la importación de gas natural de Estados Unidos, que dispone de precios locales bajos de los que no se beneficia Europa y es muy abundante gracias al fracking, mientras prohibimos esta técnica en nuestro continente?”, se preguntó Antonio Brufau. También cuestionó el sentido de reducir “casi a lo anecdótico” el debate sobre la geopolítica de minerales críticos para la transición energética; el de “obviar” que se va a continuar necesitando energía procedente de los hidrocarburos; o el de “ignorar” que habrá industrias y sectores europeos cuya descarbonización difícilmente llegará con la electricidad renovable.
Antonio Brufau se refirió asimismo a las políticas y regulaciones europeas en transición energética. Calificó de “elogiable” que Europa quiera adoptar el liderazgo global en la lucha contra el cambio climático pese a que a finales de la década actual representará, según las previsiones, únicamente un 5% de las emisiones globales. Y llamó a reflexionar sobre el coste de asumirlo en solitario.
En su intervención, subrayó su defensa del principio de neutralidad tecnológica. “Cuando se investigó la vacuna del COVID, nadie impuso una tecnología determinada. Fue una de las claves del éxito”. E insistió en que descarbonización no es sinónimo de electrificación. “La regulación debe promover y no prohibir, facilitar y no condicionar”, aseguró.
“Existe un sesgo infundado y contraproducente hacia la movilidad eléctrica como solución única e inmediata al transporte terrestre”, aseveró el presidente de Repsol. Defendió que los combustibles líquidos renovables, procedentes de residuos orgánicos y biomasa y a más largo plazo, también del carbono capturado de la atmósfera e hidrógeno, son necesarios para acelerar la electrificación a través de los vehículos híbridos, con la consecuente creación de empleo en las industrias del automóvil y de componentes. Igualmente, apostó por eliminar trabas a la utilización de materias primas sostenibles para producir biocombustibles avanzados a partir de residuos orgánicos.
En materia de finanzas sostenibles, el presidente de Repsol alertó de sesgos “innecesarios” en la denominada taxonomía europea y consideró que se está a tiempo de definir un estándar respetuoso con la neutralidad tecnológica. Y sobre la asignación de los Fondos Europeos Next Generation, apostó por que se tengan en cuenta ámbitos que pueden favorecer el tejido industrial y crear más empleo, como los relativos a la economía circular para producir combustibles y materiales.