“Vivimos una crisis de precios, no se trata de una crisis de suministro del crudo o de sus derivados”
Los vaivenes en las cotizaciones internacionales del petróleo son producto de una situación “totalmente anómala”, señala el director general de la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos, AOP, Andreu Puñet, quien opina que “hay margen de actuación en los impuestos. Debemos recordar que el Gobierno es quien tiene la función ejecutiva y la potestad reglamentaria de hacerlo de acuerdo con las leyes”.
Puñet aboga por reducir la dependencia energética de terceros países, para lo cual demanda “certidumbre regulatoria” que permita impulsar el desarrollo de combustibles líquidos bajos o neutros en carbono, puesto que su implantación garantizaría “una movilidad sostenible en todo tipo de transportes y una reducción de emisiones de forma inmediata”. El director general de AOP añade que “la transición energética tiene sus costes, pero se trata de reducirlos en lo posible y que todos los sectores económicos puedan ser partícipes”.
¿Cómo definiría la situación que se están viviendo en las últimas semanas respecto al precio de los combustibles?
Es absolutamente excepcional. La invasión de Ucrania por Rusia ha provocado una profunda inestabilidad en los mercados, especialmente en el petrolífero. Así pues, en cuestión de días, el barril de Brent ha pasado de 100 a 130 dólares. Esto es un hecho completamente anómalo.
Debemos insistir en algo que es fundamental, según la OPEP, actualmente vivimos una crisis de precios, no se trata de una crisis de suministro del crudo o de sus derivados.
¿Cuáles son las razones que han propiciado esta situación?
La situación que se está viviendo en el mercado del crudo y en el de los combustibles es totalmente anómala. Aunque el mercado suele fluctuar todos los días, en las últimas semanas está sometido a una alta volatilidad, especialmente por la coyuntura internacional.
En 2021 ya veníamos de una tendencia alcista, que se notó, especialmente, en el tercer trimestre del año, ocasionada por un desajuste entre la oferta y la demanda. Sin embargo, tras la invasión rusa de Ucrania, el mercado ha experimentado mucha más inestabilidad, entre otras cosas porque Rusia es un importante productor y exportador de crudo y de productos refinados. De hecho, hemos observado cómo casi de rozar los 140 dólares, el barril Brent ha descendido a los 100 dólares en pocos días, para volver a subir, mientras hablamos hoy, a más de 125 dólares.
Estas causas, ¿son coyunturales, o se trata ya de una situación estructural que anuncia la realidad que propiciarán las normas comunitarias y españolas dirigidas a descarbonizar la movilidad?
Las causas del desajuste entre la oferta y la demanda se sitúan en los meses de confinamiento. La reducción drástica de movilidad obligó a reducir la producción. Con la vacunación se ha dado un aumento progresivo de la demanda que no ha venido acompañado al mismo nivel por la producción, por tanto, la escasez de oferta ha hecho que se incrementen los precios.
La invasión rusa ha generado incertidumbres en el sector, y sí ha dado lugar a un incremento importantísimo de los precios.
Por tanto, la estrategia a largo plazo debe pasar por reducir la dependencia energética de terceros países. En definitiva, se trata de tener una perspectiva amplia en el abordaje de la transición energética y ser conscientes de que, si el objetivo es descarbonizar, hay que contar con todas las tecnologías que lo permitan en lugar de reducir el abanico de alternativas a una sola, lo que en última instancia sería contraproducente para conseguir los objetivos climáticos deseados.
Por todo eso pedimos certidumbre regulatoria que facilite e impulse el desarrollo de los ecocombustibles (aquellos combustibles líquidos bajos o neutros en carbono) a gran escala y puedan implementarse plenamente para garantizar una movilidad sostenible en todo tipo de transportes y una reducción de emisiones de forma inmediata.
No se puede negar que la transición energética tiene sus costes, pero se trata de reducirlos en lo posible y que todos los sectores económicos puedan ser partícipes. Por eso, desde AOP apostamos por diversificar los caminos que nos hagan llegar a la descarbonización y no apostarlo todo a una sola carta.
¿Hasta qué punto han bajado las operadoras sus márgenes para contener la escalada de precios?
Lo primero que hay que decir es que en AOP desconocemos los márgenes de nuestras compañías asociadas, porque somos completamente ajenos a sus políticas comerciales.
Si hablamos de medias, en estos momentos, tanto en el gasóleo como en la gasolina, casi el 40% lo constituyen los impuestos y casi el 50%, la cotización internacional del producto.
La CNMC se refiere al porcentaje restante como margen bruto de distribución, pero este lo que incluye son mayoritariamente costes: el transporte desde el origen (refinerías) hasta el punto de distribución (estaciones de servicio); los costes de mantenimiento de las existencias mínimas de seguridad, que vienen fijadas por la ley; la obligación de aportación al Fondo Nacional de Eficiencia Energética; la comercialización de biocarburantes, etcétera, y lo que queda una vez descontados los citados costes son los márgenes minorista y mayorista, y este último, aproximadamente, puede rondar de media el 1%.
¿Cuáles son las medidas que, en opinión de AOP, podrían ponerse en marcha para atenuar esta situación? ¿Es partidaria la AOP de rebajar la presión fiscal de los combustibles?
Hay margen de actuación en los impuestos. Debemos recordar que el Gobierno es quien tiene la función ejecutiva y la potestad reglamentaria de hacerlo de acuerdo con las leyes.
Teniendo en cuenta que la presión fiscal que se aplica en España aún está por debajo de la media europea, ¿qué otras medidas podrían instaurarse para reducir el impacto que los actuales precios están generando en la economía? En este sentido, ¿están reduciendo el precio de venta a los distribuidores minoristas?
Desde la asociación no hacemos valoraciones de las políticas comerciales de nuestras compañías asociadas. En este sentido, cada una decide qué medidas llevar a cabo.
El Gobierno central ha anunciado que presentará las medidas dirigidas a reducir, ¿tiene sentido buscar una coordinación europea cuando países como Polonia, Francia y Portugal ya han anunciado bonificaciones y/o rebajas fiscales?
Cada Estado cuenta con una estructura fiscal y un marco legal propios, por tanto, no creemos que sea del todo acertado compararse con los países vecinos.
Las medidas que se adopten en España deben contemplar las necesidades de los dos grandes grupos de consumidores de combustibles. Por un lado, los usuarios particulares y, por otro, los transportistas y los agricultores y pescadores. El Gobierno tiene diferentes formas de afrontarlo: bonificación directa o rebaja impositiva.
El Gobierno es el que debe sopesar y decidir cuál utilizar, nosotros lo que reclamamos es que actúe lo más rápido posible. Entendemos que equilibrar y conjugar los intereses de estos grupos no es fácil, pero desde la Alianza por la Competitividad de la Industria ya hemos advertido de que el paro en el sector del transporte está afectando a la producción y a la distribución de productos esenciales para la ciudadanía, pudiendo causar importantes problemas a nivel país, por esto insistimos en la urgencia de las medidas.
¿A qué cree que se debe realmente esta demora en la toma de decisiones por parte del Gobierno central?
Creo que es una pregunta que debería trasladarse al Gobierno. Parece que está esperando a Europa, pero muchos Estados miembros ya han actuado al margen de la Unión Europea. Cada día que pasa son muchas empresas más que se ven obligadas a interrumpir su actividad por el paro de transportes.
¿Tiene datos de en qué medida se han resentido las ventas medias de las estaciones de servicio integradas en las redes de las operadoras de AOP desde el 1 de enero hasta la actualidad?
Aún no tenemos datos concretos, pero es lógico que estos precios, que han llegado hasta los 2 euros por litro, afecten psicológicamente al usuario y el consumo se resienta. No obstante, nos gustaría destacar que, en cuanto al consumo de carburantes, aún no se había alcanzado los niveles previos a la pandemia.
Desde algunos ámbitos se vuelve a hablar del efecto cohete y efecto pluma. ¿Se está posponiendo la traslación de la rebaja del precio del barril de petróleo a las gasolineras?
Los precios de los carburantes ya están bajando en el surtidor, lo que pasa es que nunca van a bajar porcentualmente tanto como el crudo, porque casi la mitad del precio final son impuestos y en gran parte, en concreto el IEH, son fijos.
Esto es igual en las subidas. Cuando el crudo subió hasta los primeros días de marzo un 158%, los carburantes en el surtidor sólo subieron un 50%.
Además, no hay que fijarse sólo en el precio del crudo, sino también en las cotizaciones internacionales de los productos ya refinados que, aunque están muy relacionadas con las del crudo, son mercados distintos sometidos a sus propias dinámicas, como puede ser el consumo estacional. Por ejemplo, en invierno sube más la cotización del gasóleo, que es lo que estamos viendo en los últimos días.
En cualquier caso, todas nuestras asociadas intentan ofrecer siempre los mejores precios posibles y para ello todas tienen estrategias comerciales para fidelizar a sus clientes que incluyen descuentos en los precios de ventas u otras ventajas asociadas.