Área de lavado de la E.S. La Esmeralda, en Valladolid, por ISTOBAL
Un equipo ganador
Grupo Barbero nació en 1885; por aquel entonces, finales del siglo XIX, se dedicaba a la distribución de carbón, pero con el paso de los años (136 desde su nacimiento, nada más y nada menos) el grupo empresarial salmantino ha diversificado su presencia y en la actualidad, entre otras actividades, es propietario de dos estaciones de servicio en su provincia de origen y gestiona una tercera en la ciudad de Valladolid: La Esmeralda. Y el tratamiento que ha recibido la instalación vallisoletana para ponerse al día corrobora que es toda una joya.
No hemos podido evitar caer en la broma fácil (y sin demasiada gracia, lo admitimos), pero lo cierto es que cuando uno llega a la estación de servicio La Esmeralda -propiedad de Repsol y gestionada por Grupo Barbero a través de Javier Estévez- su limpieza, que se aprecia en cualquier rincón en el que posemos la mirada, demuestra el mimo que la plantilla dedica al mantenimiento de su pulcrísima imagen.
Esa sensación de altísima calidad, de estar ante una estación de servicio moderna y con una oferta adaptada a los (duros) tiempos que vivimos, aumenta al ver el espacio dedicado al área de lavado, suministrada por ISTOBAL y que consta de un túnel T’WASH30, un centro n’joyavant de siete pistas, además de una nutrida lista de periféricos que convierten a esta zona de lavado en una delicia para aquellos clientes interesados en mantener limpios sus vehículos, tanto por el equipamiento, como por la amplitud de las instalaciones, que permiten realizar todas las tareas con comodidad y desahogo.
Una de las fortalezas del área de lavado es, sin duda, su túnel, o tren como también son conocidos estos equipos, los más rentables si el tráfico de vehículos que captan es elevado. Además, el prelavado que reciben los vehículos antes de entrar en el túnel es realizado por empleados de la estación, añadiendo un plus en calidad y también en trato personal, un valor que nadie discute en el sector. El hecho de que Grupo Barbero haya decidido que el túnel esté siempre atendido por un empleado demuestra que su apuesta por la calidad cubre la oferta de equipos y también el contacto humano con los usuarios del área de lavado.
En La Esmeralda nos encontramos con el gerente de la estación, el ya mencionado Javier Estévez, así como con Elena Barbero Hernández y Alfonso Barbero Riesco. Ella trabaja como administrativo en el grupo de empresas familiar, mientras él es el gerente del mismo.
Iniciamos la charla con Estévez, quien hace unos años engrosó la larga lista de prejubilados de banca, pero que en lugar de dedicarse a una vida más contemplativa decidió aceptar la oferta de Grupo Barbero, quien conocía el buen hacer de Estévez gracias al contacto mantenido con él durante su anterior etapa laboral. Nuestro interlocutor aceptó la propuesta y desde febrero de 2018 está al frente de La Esmeralda.
De aquello ya han transcurrido tres años, un periodo suficiente para que Estévez conozca el funcionamiento de una estación de servicio. Le preguntamos si esta actividad es complicada y su respuesta es inmediata. “Es mucho más difícil de lo que uno pudiera pensar desde fuera. Precisa de mucha más dedicación de lo que la gente pueda creer. Hay un montón de ‘imputs’ de pequeño nivel que tienen mucha importancia y que van surgiendo día a día, por lo que cada día aprendes algo nuevo. Es un negocio que cambia constantemente. Cada día surgen nuevas cosas a las que te tienes que ir adaptando. Y más aún con las nuevas tecnologías aplicadas a las principales áreas de negocio que confluyen en una estación de servicio: la tienda, las ventas de carburantes y el área de lavado. Es un trabajo que conlleva una constante adaptación. Aquí la experiencia tiene su valor, pero cada vez vale menos, porque hay que adaptarse a las tendencias”, afirma.
Un inicio truncado por la pandemia
La Esmeralda fue inaugurada en 1967 y no fue hasta octubre de 2017 cuando la familia Barbero decidió asumir su gestión. Tras un periodo de adaptación, se afrontó la renovación total de las instalaciones, adaptándolas a las necesidades actuales de los clientes. La renovación del área de lavado fue una decisión que se tomó desde el primer momento. Alfonso Barbero explica que lograr un área de lavado de altísima calidad “era fundamental para lograr que la estación de servicio se convirtiera en una referencia en la ciudad. Vimos la disposición que podíamos darle a la estación, los metros cuadrados disponibles, así como los flujos de los vehículos y vimos todas las posibilidades que tenía el área de lavado, que era, y es, básica para poder convertirnos en la referencia en Valladolid”.
Elena Barbero coincide. “Si miramos hacia octubre de 2017, cuando nos hicimos cargo de la estación, y lo comparamos con su estado actual, el cambio ha sido muy importante. Y desde el principio tuvimos claro que debíamos renovar la oferta de lavado y mejorar la de la tienda”.
La estación, ya remodelada y con su flamante área de lavado recién instalada y la tienda Supercor Stop&Go en marcha, se reinauguró el 26 de diciembre de 2019. Unos meses después sucedió lo que todos sufrimos desde entonces, el estallido de la pandemia de coronavirus que ha puesto a personas y empresas al límite de sus resistencias. Desde entonces, la actividad de la estación de servicio y del área de lavado se han ajustado a las posibilidades permitidas por las autoridades, incluyendo las semanas más duras del confinamiento de marzo y abril de 2020, por lo que la actividad ha desvirtuado las posibilidades reales de la instalación.
Pero el inicio, el arranque del área de lavado, fue muy positivo, explica Estévez. “La recepción y acogida del área de lavado por parte de los clientes fue muy buena. Durante el mes de febrero de 2020 logramos resultados espectaculares. Sufrimos un verdadero aluvión de clientes a pesar de que climatológicamente no fue un mes favorable. El coronavirus truncó la evolución que hubiéramos podido lograr durante los siguientes meses. Pero nos hemos tenido que adaptar a las circunstancias y en los meses en los que se han producido más desplazamientos y la actividad económica ha recuperado cierto tono hemos logrado buenos números atendiendo a las posibilidades que nos ofrecían las limitaciones sanitarias”.
Alfonso Barbero coincide con ese análisis. “La acogida que ha logrado por parte de los ciudadanos de Valladolid está siendo muy buena”. Estévez tercia y afirma que “los días que por climatología son adecuados para el lavado de vehículos estamos logrando lavar muchos coches. Se percibe de forma evidente que el área es conocida y que el resultado que ofrecen tanto los boxes como el puente de ISTOBAL se está transmitiendo entre la población de Valladolid”.
“Uno de nuestros puntos fuertes es que el túnel está atendido por personal que lleva a cabo el prelavado de cada uno de los vehículos que pasan por él”, añade el gerente de la estación de servicio. “No solo hemos apostado por la calidad con los equipos de ISTOBAL, que es un factor decisivo, sino que también decidimos ofrecer ese servicio atendido, que mejora tanto el resultado final, como la satisfacción de los clientes. Hemos formado a la plantilla y el equipo humano tiene mucho mérito, porque realiza una tarea muy importante. El factor humano es el más importante en cualquier negocio. Es muy importante que esté formado y motivado. Y en ese sentido estamos muy contentos”.
“Queremos ser la estación de servicio de referencia de Valladolid, dar un lavado de altísima calidad que destaque por la modernidad de los equipos y por el prelavado que ofrecen nuestros empleados. Seguro que lo conseguiremos”, augura con seguridad Estévez.
Grupo Barbero es un firme defensor del servicio atendido en las estaciones de servicio, tanto en la pista de repostaje como en el área de lavado, en particular en el túnel.
El futuro, aún por escribir
En cualquier conversación que se mantenga con profesionales del sector es inevitable hablar de cómo será la movilidad del futuro, que será multienergético. “Durante los próximos años convivirán distintos combustibles y fuentes energéticas aplicadas a la movilidad, pero no podemos olvidar la penetración que tienen aún los derivados del petróleo. La tendencia es evidente: la búsqueda de combustibles y fuentes de energía menos contaminantes que los combustibles derivados del petróleo. Pero creo que aún queda un largo recorrido para que eso suceda y hasta que la electricidad u otra fuente energética logren tener la cuota de mercado que tienen en la actualidad las gasolinas y gasóleos en la movilidad pasarán muchos años. Lo que no sabemos es cuándo sucederá”, opina el gerente de Grupo Barbero.
Con una energía u otra, los vehículos tendrán que seguir lavándose, por lo que el lavado seguirá siendo una actividad más estable a medio y largo plazo. “Al fin y al cabo, una estación de servicio es un conjunto de servicios que se ofrecen tanto a los conductores como a los transeúntes, y en esa oferta no puede faltar el lavado de vehículos, que es, además, una actividad muy rentable. Pero hay otras muchas posibilidades, como la venta de tabaco, la recogida de paquetes del comercio online… Una estación de servicio es un microcosmos comercial en el que puedes añadir más productos y servicios y así poder dar respuesta a las necesidades de los clientes”, apunta Alfonso Barbero.
El futuro, ya presente, pasa inevitablemente por la digitalización, un área en la que los líderes del mercado también están en cabeza. Estévez aporta un ejemplo: “Tenemos una tienda en la que se pueden realizar pedidos a través de Waylet, por lo que un cliente puede solicitar un pedido y nosotros se lo preparamos para que él solo tenga que venir a la estación a recogerlo. Iremos con los tiempos que vivimos, tanto en el lavado, como en la tienda, como en las energías. Nosotros somos ya un área de servicios integrados y adaptados a las necesidades de nuestros clientes”, describe el gerente de la estación.
Tanto la tienda como el lavado ofrecen una estabilidad mayor a la que hoy parecen ofrecer los combustibles derivados del petróleo, pero lo verdaderamente importante es contar con una oferta orientada a las demandas de cada cliente. En este sentido, las estaciones de servicio que cuentan con herramientas digitales han afrontado con más y mejores armas las dificultades generadas por la pandemia del coronavirus.
“Nosotros”, explica Alfonso Barbero, “provenimos de otra actividad. Las estaciones de servicio son relativamente recientes en nuestro grupo: llevamos trece años haciéndolo. Antes de ello distribuíamos carbón, gasóleo, butano y propano a domicilio. Luego empezamos con la biomasa, la distribución de pellets, de biogás y en 2008 entramos en el mundo de las estaciones de servicio. Empezamos en Salamanca, luego en Béjar. Y desde octubre de 2017 gestionamos ésta”, resume.
Una atención fluida y constante
“Nuestra relación con ISTOBAL ha sido directa y estamos muy satisfechos de cómo han ido las cosas. Estamos muy contentos con los profesionales de ISTOBAL y con la respuesta que nos han ofrecido en todo momento. Es un túnel de lavado con una nueva tecnología, y eso nos ha obligado a hacer ajustes de programas, pero es lo normal. La respuesta que nos han dado siempre ha sido muy efectiva y rápida. Además, cuentan con tecnología que permite realizar ajustes vía telemática, lo que nos ha ayudado mucho”, remarca el gerente de la estación de servicio, quien agrega que “el servicio técnico de la zona, del que se encarga Satex, es muy bueno. Nos atienden magníficamente bien, con mucha rapidez y profesionalidad. Solo tenemos buenas palabras hacia ellos y su trabajo”.
En este punto de la conversación se une Jesús Extremiana, responsable de Satex, la empresa dedicada al mantenimiento y reparación de los equipos de ISTOBAL en varias provincias castellanoleonesas, quien explica que “la tecnología que permite realizar una diagnosis telemática nos ha permitido evitar desplazamientos innecesarios, reduciendo así el coste de nuestros clientes y mejorando el rendimiento de los equipos al reducir las paradas imprevistas”.
Para poder realizar estas tareas por vía telemática, la plantilla de la empresa, once profesionales, ha recibido formación, un área que recibe una gran atención por parte del fabricante valenciano de soluciones de lavado. “Desde que conozco ISTOBAL ha impartido una formación constante a sus servicios técnicos, tanto los propios como los externos como nosotros. Siempre ha apostado por ofrecer la mejor información de los equipos. En los últimos años se ha incrementado la formación online, más aún en tiempos de pandemia en la que los desplazamientos no han sido fáciles. Desde que conozco ISTOBAL, y de eso hace 33 años, uno de los aspectos a los que más atención ha prestado la empresa ha sido a la formación de los servicios técnicos, porque ellos saben lo importante que es que los equipos estén el mayor tiempo posible funcionando”.
“Una de las grandes ventajas de ISTOBAL”, continúa Extremiana, “es el parque de máquinas que tiene instalado en España. Tiene muchos equipos funcionando y eso obliga a tener un servicio técnico de asistencia muy capilar para poder dar respuesta a todos los clientes en el menor tiempo posible. Eso es algo que no tienen otros fabricantes. Cuantas más máquinas tengas funcionando, mejor atendidas están. Y eso, en este mercado, es fundamental. Además, para otros servicios técnicos, ese parque reducido de instalaciones les impide adquirir la experiencia y los conocimientos necesarios para dar una respuesta efectiva y rápida, porque en ocasiones se enfrentan a incidencias que no han atendido antes. La experiencia se adquiere atendiendo y manteniendo máquinas”, apostilla Extremiana.
Radiografía del área de lavado La Esmeralda, por ISTOBAL
Túnel de lavado ISTOBAL T’WASH30
-Con cadena de 4” y 20,6 metros de longitud.
-Pórtico de entrada con iluminación; espuma activa; lavado a presión de bajos; alta presión de 70 bar y 84 l/m; lava-ruedas: módulo de cinco cepillos + dos cepillos y otro cepillo horizontal; secado de 30 KW + secado textil y módulo de súperencerado.
-Cerramiento acristalado de 25 metros de longitud.
-Prelavado a presión a la entrada del túnel.
Centro de lavado ISTOBAL n’joyavant con agua caliente.
-Siete pistas.
-Banderas giratorias de 360º para pistolas de alta presión + banderas giratorias de 360º para cepillos.
- Banderas para cañón de espuma ‘cannon à mousse’ y pistolas de rociado químico.
-Cerramiento con vallas de separación de policarbonato.
-Cuenta con ‘sujeta-bicis’, colgador de cascos y cazadoras, así como con bases en el suelo para facilitar el uso de patas de cabra de las motos.
-Caldera de pellet suministrado por Grupo Barbero.
Complementos:
-Cuatro aspiradores.
-Máquina de ozono para la higienización interior de los vehículos.
-Limpialfombrillas.
-Pulverizadores de producto.
-Expendedor de papel/bayetas.
-Sacudidores de alfombrillas.
-Sistema de aspiración de monedas.
-Cerramiento con carpas para aspiradores.
-Compresor de aire.
-Dosificador de producto químico para toda la instalación.
Sala técnica:
El área de lavado de la estación de servicio La Esmeralda dispone de una amplia sala técnica en la que se centraliza toda la maquinaria de tratamiento del agua, bombas de alimentación y de alta presión del túnel de lavado y de los boxes, cuadros eléctricos y el resto de maquinaria asociada a los equipos de lavado.
Un completo sistema para el tratamiento del agua permite controlar la calidad del agua para el lavado, así como el vertido a cauce público del agua sobrante, haciendo que esté muy por debajo de los límites de hidrocarburos y contaminantes establecidos por las normas relacionadas con el saneamiento.
Consta de:
-Dos equipos de desmineralización de cuatro membranas con una capacidad cada uno de ellos para desmineralizar 22m3/día cada uno de ellos.
-Filtros decloradores de materia orgánica, dosificadores antiincrustantes y reguladores de presión.
-Depósito enterrado de 15 m3 para el agua desmineralizada, junto a otro de agua de red de 5m3.
-Etapa de vertidos completa para poder tratar todas las aguas generadas, con salida directa desde el depósito del agua pretratada, tras su paso por un arenero de 10 m3 y de un separador de hidrocarburos de clase 1 de 15 l/seg) y con su posterior arqueta de muestras.