Repsol alcanza un beneficio neto de 1.466 millones de euros
Las paradas programadas realizadas en las refinerías de Bilbao y A Coruña (en la imagen), con una inversión conjunta de 112 millones euros, permitieron incorporar mejoras tecnológicas, en eficiencia energética y seguridad.
El beneficio neto ajustado, que mide específicamente la marcha de los negocios de la compañía, puesto que excluye el citado efecto de valoración de los inventarios, se situó en 1.637 millones de euros, frente a los 1.720 millones logrados en el mismo periodo de 2018, explicaron fuentes de la compañía multienergética en una detallada nota de prensa.
“Repsol demostró su capacidad de generación de valor y adaptación para lograr estos resultados en un contexto marcado por la caída de los precios de las materias primas respecto a 2018, con un entorno débil para el refino y la actividad de Libia suspendida durante parte del año”, agregan.
En un contexto de generalizadas caídas de las cotizaciones del petróleo y el gas natural, Repsol incrementó su flujo de caja operativo en un 22% durante el año, hasta los 4.074 millones de euros. En palabras de su consejero delegado, Josu Jon Imaz, “en un entorno macroeconómico más débil, el robusto desempeño del flujo de caja de Repsol muestra la solidez de nuestra estrategia”.
El negocio de Upstream (Exploración y Producción) logró en los nueve primeros meses del año un resultado de 864 millones de euros, frente a los 1.015 millones de 2018, influido por los menores precios del crudo y del gas, y por las paradas de producción en Libia. Las medidas de eficiencia y digitalización implantadas por la compañía permitieron que el negocio pudiese adaptarse con éxito a este contexto y continuase generando valor, apuntan desde Repsol.
La producción media de los primeros nueve meses del año se situó en 702.000 barriles equivalentes de petróleo al día (bep/d), frente a los 713.000 bep/d del mismo periodo del año anterior. Esta menor producción se explica, principalmente, por las interrupciones temporales de la actividad en Libia, los trabajos de mantenimiento en Trinidad y Tobago, la desinversión en Midcontinent (Estados Unidos) y el vencimiento de la licencia Jambi Merang (Indonesia).
El negocio de Downstream (Refino, Química, Movilidad, Lubricantes, GLP, Trading, Mayorista de Gas, y Repsol Electricidad y Gas) obtuvo un resultado de 1.087 millones de euros, en línea con los 1.098 millones que registró entre enero y septiembre del año anterior. Las áreas de Química, Perú, Trading y Movilidad tuvieron un comportamiento más positivo, mientras que la actividad de refino se vio influida por un entorno internacional adverso.
En este último negocio, las paradas programadas realizadas en las refinerías de Bilbao y A Coruña, con una inversión conjunta de 112 millones euros, permitieron incorporar mejoras tecnológicas, en eficiencia energética y seguridad. La compañía llevará a cabo en noviembre en sus instalaciones de Puertollano la última parada programada del año para asegurar la disponibilidad máxima de sus instalaciones una vez que entre en vigor, el 1 de enero de 2020, la nueva normativa internacional de combustibles marítimos (IMO), que beneficiará competitivamente a Repsol.
El área de Química impulsó su resultado gracias, principalmente, a un aumento de sus ventas y a los beneficios procedentes de las iniciativas de eficiencia implantadas en el negocio. Además, continuó avanzando en su estrategia de diferenciación con el lanzamiento de nuevos productos, como los polímeros para impresión 3D y poliolefinas fabricadas a partir de residuos plásticos.
El área de lubricantes avanzó en su plan de crecimiento internacional tras firmar a finales de septiembre un acuerdo para la adquisición del 40% de la compañía de lubricantes United Oil Company, que producirá y distribuirá productos Repsol en Singapur, Indonesia, Malasia y Vietnam. Este acuerdo permitirá a Repsol incrementar su presencia en el sudeste asiático, uno de los mayores y más pujantes mercados de lubricantes del mundo.