La refinería peruana La Pampilla cumple 50 años
En 1967 fue inaugurada La Pampilla, que en la actualidad es la principal refinería de Perú. De hecho, cuenta con más de la mitad de la capacidad de destilación del país andino, en concreto, un 54%. La infraestructura, adquirida en 1996 por Repsol, “es reconocida por la eficiencia de sus procesos y la seguridad de sus instalaciones”.
Fuentes de la compañía energética española destacan las inversiones que ha recibido La Pampilla, ubicada en El Callao, gracias a las cuales la infraestructura está considerada “como la refinería de petróleo más moderna e importante del país, con estándares internacionales e indicadores que la colocan a nivel de las mejores de la región”.
La última de estas inversiones culminó en agosto de 2016, cuando la instalación, que a día de hoy tiene una capacidad ampliada de refino de 117.000 barriles diarios de petróleo, empezó a producir diésel de bajo azufre tras haber recibido una inyección de 476 millones de dólares.
Tal y como ha sucedido en otras muchas instalaciones similares, La Pampilla he tenido que ir adaptando sus prestaciones y capacidades a la nueva realidad del mercado que atiende, que en este caso es, principalmente, el peruano. Con la gestión de Repsol se inició “un proceso continuo de inversión y mejora, superando -desde 1998 hasta 2016- los mil millones de dólares”.
Repsol, que en Perú cuenta con una red de estaciones de servicio, tanto propia como abanderada, que supera los 440 puntos de venta, obtiene en la instalación de La Pampilla carburantes y lubricantes, así como asfaltos. En el caso de los aceites, su gama de productos incluye referencias para el sector del automóvil y de motocicletas; la industria; para aplicaciones marinas y náuticas y grasas de todo tipo. Por lo que respecta al asfalto, Repsol obtiene cementos asfálticos, asfaltos líquidos y emulsiones asfálticas, “cumpliendo con los más altos estándares de calidad”. Además, la instalación incluye “un moderno laboratorio”, y cuenta con el respaldo tecnológico del Centro de Investigación Tecnológico de Móstoles, Madrid.
Proyectos en marcha
Los esfuerzos para modernizar la instalación se mantienen. De hecho, la unidad de producción de gasolinas de bajo azufre, que entrará en funcionamiento a inicios del segundo semestre de 2018, permitirá llevar a cabo la producción local de gasoholes de alto y bajo octanaje, según la normativa ambiental que entrará en vigor para los combustibles de alto octanaje este mismo año.
También las instalaciones adyacentes están recibiendo atención por parte de Repsol. Es el caso de un nuevo terminal portuario monoboya con el que se pretende reducir los crecientes cierres por episodios de alto oleaje del mismo. Dentro de este proyecto se incluyen también mejoras en la seguridad de las operaciones de los terminales multiboyas operativos a día de hoy.
Las certificaciones y distinciones en seguridad y gestión ambiental y gobernanza, así como de responsabilidad corporativa avalan el esfuerzo realizado por Repsol en la instalación peruana.
Varios son los reconocimientos en materia de sostenibilidad que tiene Repsol Perú. Es el caso del distintivo ‘Empresa Socialmente Responsable’ 2016-2017, galardón logrado por la filial peruana de la compañía española por sexto año consecutivo. En esta ocasión se valoró la atención prestada por la firma en el terreno de la sostenibilidad en sus tres vertientes: social, ambiental y económica.
Otro galardón logrado por la compañía, en este caso la refinería La Pampilla, es el ‘Premio a la Innovación Tecnológica en el Sector Minero-Energético’ 2016, que recibió este reconocimiento tras presentar el proyecto ‘Ajustes en la receta de crudos de petróleo y condiciones de operación para preparar asfaltos de calidad (C14 y C24)’.
También en 2016 Repsol Perú fue reconocida por el Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (Merco) “como líder del sector en su índice de empresas con mayor reputación corporativa” en el país andino.
Repsol tiene una participación del 82,83% en el capital de la refinería peruana