Claves de la gestión de las instalaciones de edificios
Pepe Uruburu. Director técnico. Asociación Nacional de Empresas de Eficiencia Energética (A3E)
07/01/2025Los edificios representan el 40% del consumo de energía final y el 36% de las emisiones de CO2 en la Unión Europea. En España, la mayoría del parque inmobiliario es antiguo y necesita reformas urgentes para cumplir los objetivos climáticos y económicos. Mejorar la eficiencia energética es vital para reducir emisiones, costes y avanzar hacia un futuro más sostenible. Integrar herramientas como los Sistemas de Gestión Energética de Edificios (BEMS) es fundamental para optimizar el consumo energético, reducir costes y emisiones, y mejorar el confort. Estas tecnologías, apoyadas por IoT y automatización, permiten controlar sistemas básicos como calefacción, ventilación e iluminación, haciendo de los edificios espacios más eficientes y alineados con los objetivos medioambientales.
En España, aproximadamente el 55% del parque edificado es anterior al año 1980, y aproximadamente el 21% cuenta con más de 50 años de antigüedad. En nuestro país, si bien es cierto que la actividad de rehabilitación ha experimentado un notable impulso en los últimos años, con un crecimiento en número de edificios rehabilitados, según datos del IDAE del orden del 10%, el ritmo sigue siendo significativamente inferior al de países de nuestro entorno, e insuficiente para cumplir con los objetivos del PNIEC 2023-2030 y la ERESEE 2020.
Por ello, la reducción del consumo de energía y el uso de energía procedente de fuentes renovables en el sector de la edificación, son importantes para conseguir los siguientes hitos:
- Alcanzar los objetivos de descarbonización impuestos para 2050, reducir la dependencia energética de la Unión Europea, así como las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Reducir el impacto económico en las facturas de los inmuebles, con el objetivo de hacer que las empresas sean más competitivas, y luchar contra la pobreza energética en los hogares vulnerables, ya que un menor consumo energético conlleva un menor gasto en calefacción, refrigeración, electricidad y ACS.
- Mejora del confort habitacional de las viviendas y edificios.
- Revalorización de los inmuebles por inversiones en mejora de la eficiencia energética.
Normativa
La Directiva EPBD, como pilar fundamental dentro del Pacto Verde Europeo Pacto Verde Europeo, es la principal normativa europea destinada a asegurar el cumplimiento de los objetivos de la UE en relación con la construcción. Esto incluye la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, el consumo energético, y la mejora de la eficiencia energética, así como la generación de energía a partir de fuentes renovables.
Esta Directiva se complementa con otras políticas europeas delPacto Verde Europeo, como el Sistema de Comercio de Derechos de Emisión para los combustibles utilizados en los edificios, la Directiva revisada sobre Eficiencia Energética, la Directiva revisada sobre Energías Renovables y el Reglamento sobre Infraestructuras de Combustibles Alternativos.
También se ha aprobado el Estándar Solar de la UE, por el que se exige la implantación de instalaciones solares de autoconsumo en una proporción significativa del parque inmobiliario europeo, atendiendo a distintos deadlines de carácter muy exigente. Igualmente, se adoptan medidas para eliminar gradualmente, hasta 2040, los combustibles fósiles en las instalaciones de calefacción y refrigeración.
Las medidas más importantes a realizar en un edificio para reducir su consumo energético se centran en cuatro apartados:
- Reducción de la demanda: la energía que el edificio requiere para que en su interior un usuario pueda disfrutar de unas determinadas condiciones de confort, debe ser lo menor posible, por tanto, debemos realizar actuaciones que la reduzcan, en función de la ubicación y climatología, el uso final del edificio, su diseño, la calidad de la construcción y el comportamiento del usuario.
- Reducción de consumo: en definitiva, el objetivo es mejorar el rendimiento de las instalaciones y equipos. Para ello, es necesario sustituir calderas, instalaciones de HVAC, sistemas de iluminación, etc., por equipos más eficientes.
- Implantación de fuentes de generación de energía renovable: el paso siguiente consiste en llevar a cabo la instalación de equipos de energías renovables, tales como bombas de calor aerotérmicas y sistemas híbridos de calefacción, paneles solares térmicos y fotovoltaicos, instalación de baterías, puntos de recarga de vehículos eléctricos, o el uso de biometano como fuente de suministro para calderas de condensación eficientes.
- Gestión energética: el último eslabón está relacionado con la monitorización, automatización y gestión de la energía. En este paso, es importante contar con auditorías que controlen nuestros consumos o establecer procedimientos de uso basados en normativas internacionales, como la ISO 50001.
Tradicionalmente, la gestión de las instalaciones de los edificios se asociaba a la conservación y el mantenimiento de éstos. Sin embargo, en los últimos años, el alcance de la gestión de instalaciones vela para que los usuarios obtengan las prestaciones que necesitan, sin que eso suponga gastar más energía de la necesaria.
La gestión energética de las instalaciones presenta las siguientes ventajas:
- Eficiencia energética: aumenta la eficiencia energética de las instalaciones, que ofrecen todas las prestaciones que necesitan los usuarios, pero evitando que se produzca un derroche energético.
- Ahorro: con la gestión energética, los propietarios de las instalaciones ahorran en su factura, ya que dejan de pagar por la energía que no se consume.
- Confort: la gestión energética permite adaptar el funcionamiento de las instalaciones a las necesidades reales de los usuarios.
Es importante destacar que las instalaciones más relevantes, desde el punto de vista de la gestión energética, son:
- Instalaciones térmicas.
- Sistemas eléctricos y de iluminación.
- Instalaciones de suministro y tratamiento de agua.
- Instalaciones de energías renovables: solar térmica y fotovoltaica, eólica, biomasa y geotermia.
La gestión energéticamente eficiente de los edificios y la optimización en el control de las instalaciones permiten satisfacer la demanda energética con el menor consumo energético, ya que engloban toda la gestión de los recursos y suministros de energía que hay en el mismo, con el fin de reducir consumos innecesarios y llegar a una mayor sostenibilidad. Para ello, se debe tomar la decisión de llevar a cabo una cierta monitorización y seguimiento de la energía consumida, gestionando así los suministros de la mejor manera posible. Para alcanzar este fin es necesario:
- Conocer la demanda energética del edificio, las instalaciones disponibles y el horario de uso previsto.
- Disponer de la información de la situación instantáneamente, con sistemas que muestren los datos a los gestores energéticos y equipos que actúen sobre las instalaciones energéticas.
- Generar estrategias o protocolos de uso de las instalaciones, históricos de consumo y seguimiento de los ahorros generados.
Tecnología
Para hacer un mejor uso de la energía, es necesario integrar esta amplia gama de puntos de control de consumos energéticos en un sistema que no sólo recopile información sobre el uso de la energía, sino que también ofrezca al gestor del edificio la posibilidad de controlarlos. Los sistemas de gestión energética de edificios, también conocidos como BEMS, son la herramienta idónea para este cometido.
Algunas de las aplicaciones más comunes que se integran en los BEMS para su optimización energética son los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC), la iluminación y otros sistemas de energía. Suelen ser los principales aspectos de un edificio cuyo consumo energético hay que gestionar.
Estos sistemas permiten mejorar la eficiencia energética y reducir consumos, costes y emisiones asociadas, sin perder o incluso mejorando el confort de las instalaciones. Según el alcance de los datos suministrados, se categorizan en los siguientes términos:
- SCADA (Supervisory Control and Data Acquisition).
- BEMS (Building Energy Management System).
- SGEN (Sistema de Gestión Energética – Energy Management System).
Asimismo, las tecnologías inteligentes como el Internet de las Cosas (IoT) y los Sistemas de Automatización de Edificios (BAS) se han convertido en herramientas esenciales para los gestores de instalaciones y edificios, ya que permiten realizar operaciones más eficientes, reduciendo costes y ayudando a alcanzar los objetivos medioambientales.
Retos y oportunidades
Los retos se pueden resumir en estos puntos:
- Estimular la demanda en la rehabilitación energética de los edificios.
- Llevar a la práctica el concepto de Edificio de Consumo Casi Nulo (ECCN).
- Normativa en constante actualización, a nivel europeo y nacional.
- Superar el factor económico, principal motivo de decisión de los ciudadanos, a través de mecanismos de ayuda, simplificando los procedimientos administrativos.
- Mayor divulgación social de la importancia de la eficiencia energética.
Las oportunidades se pueden resumir en los siguientes apartados:
- Tratar los edificios como un Hub energético.
- Apostar por la digitalización y la monitorización para la mejora de la eficiencia energética.
- Monetizar las inversiones mediante el Sistema CAE.
Finalmente, podemos establecer las siguientes estrategias que nos permitan avanzar en una óptima gestión energética de los edificios.
- Asesoramiento Técnico: contar con el apoyo de expertos en eficiencia energética puede ser crucial para garantizar el cumplimiento normativo y optimizar las inversiones en eficiencia energética.
- Planificación y Priorización: es fundamental desarrollar un plan detallado que priorice las Medidas de Ahorro Energético (MAE), mediante la realización de una auditoría energética, que determine el orden y prioridad de las medidas, según su impacto energético y coste económico. Esto puede incluir desde la actualización de equipos hasta la implementación de sistemas de gestión energética.
- Formación y Concienciación: la información al usuario, así como la sensibilización sobre la importancia de la eficiencia energética, pueden facilitar la adopción de nuevas prácticas y asegurar el compromiso conjunto de alcance de objetivos.