Tendencias energéticas para 2023
Raúl Escamilla, Energy Channel Manager en Schneider Electric
30/01/2023La instalación de energías renovables sigue en ascenso
Según Bloomberg, España se encuentra actualmente entre los primeros puestos europeos en utilización de las energías renovables y en el cuarto puesto mundial en inversión de renovables. Gracias a este avance, el país se acerca progresivamente al 50% de generación eléctrica, según el Informe de situación de la economía española de 2022.
Todo ello gracias, por supuesto a su exposición solar, pero también a la apuesta por parte de las AAPP y a planes como NextGenerationEU o REPowerEU, que priorizan claramente la transición ecológica y la digitalización y trazan el camino correcto para reducir drásticamente la dependencia de los combustibles fósiles con el fin último de reducir las emisiones de CO2.
Sin embargo, también existen una serie de problemáticas como son la falta de agilidad administrativa a la hora de gestionar las ayudas y ciertos procedimientos para los proyectos de energías renovables. Esto podría provocar que muchos proyectos de parques eólicos y fotovoltaicos no avancen, perdiendo en el camino mucha capacidad de generación renovable. Esto es algo que no nos podemos permitir en esta carrera contra el cambio climático y en favor del ahorro y de la independencia energética.
Mayor inversión en digitalización y flexibilidad de las redes de distribución
Para poder lograr los objetivos de transición energética fijados por la Unión Europea, se prevén grandes inversiones en energías renovables por un lado y en modernización y digitalización de las redes eléctricas, por el otro. Según un informe de Eurelectric y Monitor Deloitte, entre 2020-2030 se espera una inversión total de 22,5 mil millones de euros en redes de distribución de la energía.
Las redes eléctricas del futuro serán más descentralizadas, con más recursos energéticos distribuidos de generación renovable, pero también con más infraestructura para dar acceso a nuevos actores de red como el vehículo eléctrico o los prosumidores. Esta complejidad va a ser mucho más difícil de gestionar, y para ello tendremos que dotar a la red de más digitalización, más inteligencia y más flexibilidad, en coordinación con todos los agentes implicados y creando mecanismos que impliquen a la demanda. Los consumidores activos jugarán un nuevo papel, podrán participar en todos los mercados ofreciendo sus servicios a la red y participar mediante la gestión de sus recursos.
Cultura del dato e IA en las redes de transporte.
En este contexto de descentralización de los recursos energéticos y de la integración de la renovables, la red va a tener que adquirir más inteligencia para ser capaz de tomar decisiones en tiempo real. Y deberán ser los sistemas quienes tomen esas decisiones con agilidad.
Las tecnologías digitales de medición y de monitorización nos ayudan a darnos cuenta de cómo y dónde usamos o desperdiciamos la energía. Si a eso le añadimos equipos inteligentes, aplicaciones, análisis, servicios y software, podremos realizar una distribución de la energía de una manera más eficiente y también conocer y aumentar la resiliencia de nuestra infraestructura. Una gestión digital proactiva de la energía puede prolongar la vida útil de los activos y ayudar a identificar los problemas de forma preventiva.
Por ejemplo, la tecnología de los gemelos digitales está demostrando su gran aplicabilidad en el sector eléctrico, concretamente para predecir posibles situaciones adversas además de convertirse en una herramienta perfecta para la maximización de las inversiones en red en base a distintos criterios que somos capaces de simular.
En definitiva, el software será el gran protagonista, junto a la tecnología de la IA o el gemelo digital que nos permitirán incrementar la visibilidad de la red de distribución y, así, conocer cuáles son sus necesidades, optimizar inversiones y crear servicios de flexibilidad.
Crece la apuesta por las microgrids en el sector comercial e industrial
Cada vez son más las compañías que refuerzan sus compromisos de sostenibilidad para alcanzar los objetivos de descarbonización establecidos por el Acuerdo de París. Para ello, la mayoría implementa estrategias para reducir las emisiones de sus operaciones y de sus cadenas de suministro. Sin embargo, está creciendo el interés por combinar la generación de energía renovable onsite con el almacenamiento.
Así, gracias a la digitalización y a tecnologías como las microgrids, las compañías se están convirtiendo en prosumidores capaces de generar y almacenar energía e, incluso, verterla a la red y comercializar con ella. La energía se convierte cada vez más en un activo.