El número de vehículos a gas natural en las carreteras españolas se ha duplicado en cinco años
Con motivo de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, el gas natural para transporte terrestre se posiciona como alternativa viable al transporte tradicional, con el fin de mejorar la calidad del aire de las ciudades y la salud de las personas.
El número de vehículos a gas natural en las carreteras españolas tiene un recorrido ascendente. En España circulan actualmente 4.590 vehículos alimentados con gas natural comprimido (GNC) o gas natural licuado (GNL), cuando en 2008 el número total de vehículos que utilizaban el gas como combustible no llegaba a los 2.000.
Una tendencia que confirma un informe elaborado por Deloitte para la Asociación Española del Gas Natural para la Movilidad (GASNAM), según el cual para el año 2045 el número de vehículos alimentados por gas natural podría superar las 800.000 unidades en nuestro país. Para ese año, el 79% de los vehículos pesados urbanos y el 45% de los interurbanos utilizarían gas como combustible, lo que sitúa al gas natural vehicular (GNV) como la alternativa real al diésel en transporte profesional.
Ventajas económicas y medioambientales
Las ventajas del uso de gas natural para el trasporte por carretera son tanto económicas como medioambientales. “El coste por kilómetro de un vehículo a gas es del orden de un 30% menor que el coste de un kilómetro recorrido con diésel” señala Manuel Lage, secretario general de GASNAM, a la revista Gas Actual. En el caso de la gasolina, recorrer un kilómetro con un vehículo a gas natural puede llegar a ser casi un 50% más barato, según el estudio “Desarrollo del gas natural vehicular en España” realizado por Deloitte en octubre de 2014.
Por otro lado, el gas natural como combustible para el transporte contribuye a mejorar la calidad del aire de los núcleos urbanos. En este sentido, el gas natural reduce en más de un 80% las emisiones de óxidos de nitrógeno, en más de un 95% las partículas en suspensión, en un 25% las emisiones de CO2, cerca de un 100% de las emisiones de óxidos de azufre (SO2), en un 25% las emisiones de monóxido de carbono (CO) y también reduce considerablemente el ruido ambiental.
De hecho, grandes ciudades como Madrid y Barcelona, que registran un elevado índice de vehículos, están adoptando medidas para reducir los altos niveles de contaminación que padecen y han apostado por flotas de transporte a gas natural, ya sea para transporte de viajeros o para la recogida de residuos urbanos
A escala global, el número de vehículos que hacen uso del gas natural como combustible se ha multiplicado por 12 desde el año 2000 y actualmente supera los 20 millones en todo el mundo.