El uso de biometano en vehículos de GNC y GNL reducirá 15 millones de toneladas de emisiones de CO2 en 2030
El uso de biometano como combustible en vehículos ya es una realidad en muchos países europeos. De las 4.120 estaciones de servicio de GNC y GNL operativas en la actualidad en Europa, más del 25% suministran este combustible. Esto equivale a un promedio del 17% de todo el gas utilizado como combustible en el transporte. Este dato difiere según el país, por ejemplo, en Suecia el 94% del gas utilizado en movilidad ya es de origen renovable.
Según las estimaciones de la Asociación Europea de Biogás (EBA) y NGVA Europe, en 2030 el 40% del consumo total de gas natural como combustible será biometano, y alimentará a una flota estimada de más de 13 millones de vehículos. El resultado representará una reducción de las emisiones de GEI asociadas a la movilidad del 55%, lo equivalente a evitar 15 millones de toneladas de emisiones de CO2.
La producción local de combustibles limpios como el biometano fomenta la creación de empleo local y ayuda a las ciudades a reducir significativamente las emisiones de CO2 y la contaminación del aire.
Por ejemplo, una ciudad como Bruselas, con 1,2 millones de habitantes, produce alrededor de 210 kt de residuos biológicos al año que se pueden utilizar para producir 14 kt de gas renovable. Con esta cantidad se podría alimentar a una flota de 75.000 vehículos propulsados a GNC y GNL con una mezcla del 40% de biometano, evitando la emisión de 85 kt de CO2 a la atmósfera.
La UE se ha fijado el objetivo de reducir las emisiones del transporte en un 60% en 2050 en comparación con los niveles de 1990. Todas las tecnologías deberán desempeñar un papel en la transición a la neutralidad de carbono, especialmente en el sector del transporte. La promoción de vehículos eléctricos y la infraestructura relacionada es crucial, pero ya sabemos que esto no será suficiente para alcanzar ese objetivo de una manera rápida y rentable.
Además de los niveles significativos de reducción de CO2, iguales y en ocasiones superiores a los proporcionados por la movilidad eléctrica, el biometano ofrece oportunidades de despliegue inmediato, fabricación de motores y automóviles en la UE y un impacto positivo directo en la descarbonización de todos los segmentos de transporte, desde los vehículos ligeros, el transporte pesado por carretera, el ferroviario y el marítimo, estos últimos de difícil electrificación.