La AIE sugiere que la energía solar podría ser la mayor fuente de energía eléctrica en 2050
La energía solar podría ser la mayor fuente de electricidad en el mundo en 2050, por delante de combustibles fósiles, eólica, hidroeléctrica y nuclear, de acuerdo con dos informes publicados por la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Las dos hojas de ruta publicadas por la AIE muestran cómo los sistemas de energía solar fotovoltaica podrían generar hasta el 16% de la electricidad para 2050, mientras que la termosolar de las plantas CSP podría aportar un 11% adicional. La combinación de ambas podría prevenir la emisión de más de 6.000 millones de toneladas de dióxido de carbono anuales – lo cual es más que las actuales emisiones relacionadas con la generación de electricidad en los EE.UU. o prácticamente la totalidad de las emisiones del sector de transporte a nivel mundial.
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“La rápida reducción de costes de los módulos y sistemas fotovoltaicos en los últimos años ha abierto nuevas perspectivas de uso de energía solar como fuente principal de generación eléctrica en los años venideros,” dijo la Directora Ejecutiva de la AIE, Maria van der Hoeven. “De todos modos, ambas tecnologías son intensivas en capital: la mayoría de los gastos se realizan por adelantado. Reducir el coste de capital es por tanto de gran importancia para conseguir la ‘visión’ de estas hojas de ruta.”
La Directora Ejecutiva también destacó que ambos informes no representan una predicción. Al igual que otras hojas de ruta de AIE, detallan los objetivos de mejora tecnológica esperados y las actuaciones políticas necesarias para alcanzar este objetivo en el año 2050, remarcando las acciones prioritarias e hitos para los gobiernos, investigadores e inversores industriales.
Un mensaje central de ambas publicaciones trata sobre la necesidad de señales claras, creíbles y consistentes de los legisladores, que pueden reducir los riesgos delos inversores e inspirar confianza. “En contraste con esto”, dijo la sra. Van der Hoeven, “donde hay incoherencia legislativa, señales confusas o vaivenes en las políticas, los inversores terminan pagando más por sus inversiones, los consumidores pagan más por la energía y algunos proyectos necesarios no salen adelante.”
Ambos documentos subrayan el rol complementario de las dos tecnologías. Con 137 GW de capacidad instalada a nivel global a final de 2013 y creciendo en 100 MW cada día, la expansión de la fotovoltaica hasta ahora ha sido mucho más rápida que la termosolar, principalmente gracias a la gran reducción en los costes. Bajo el escenario descrito, la mayor parte del crecimiento de la electricidad solar proviene de la fotovoltaica hasta 2030. A partir de entonces, el cuadro cambia. Al alcanzar cuotas entre el 5% y el 15 % de la generación eléctrica anual, la fotovoltaica comienza a perder valor en los mercados mayoristas. La termosolar a gran escala despega en este punto gracias a las plantas CSP con almacenamiento térmico incorporado, que permite la generación de electricidad durante los picos de demanda de la tarde y noche, complementando así a la generación fotovoltaica.
La fotovoltaica se expande globalmente, siendo China el país que lidera este crecimiento, seguido por EEUU. Más de la mitad de la capacidad total se sitúa en el lugar del consumidor final, sean hogares, centros comerciales o industrias. La termosolar se expande en zonas muy soleadas con cielos claros, representando una clara oportunidad para África, India, Oriente Medio y los Estados Unidos.
Ambas hojas de ruta permiten una visión para la implementación basada en resultados de modelos actualizados, de acuerdo con las Perspectivas de Tecnología Energética 2014 de la AIE y su escenario renovable respetuoso con el clima. Cada publicación ofrece a su vez un conjunto de acciones clave para los legisladores para los próximos 5 años. Para ambas, fotovoltaica y termosolar, estas acciones incluyen: la adopción o actualización de objetivos a largo plazo para la implementación; el desarrollo de procedimientos para proveer licencias y conexión; la implementación de esquemas de remuneración que reflejen el verdadero valor de los sistemas eléctricos.