Repsol e Iberia realizan el primer vuelo con biocombustible producido en España con residuos
Repsol e Iberia han completado la ruta Madrid − Bilbao con combustible sostenible producido a partir de residuos en la refinería de Petronor. El vuelo ha sido operado con el Airbus A320neo, uno de los aviones más eficientes de la aerolínea. Este vuelo con baja huella de carbono es un paso más hacia la descarbonización del sector de la aviación gracias al uso de biocombustibles y la mejora en la eficiencia energética, y ha supuesto una reducción de emisiones de 1,4 toneladas de CO2 a la atmósfera. Se trata de la primera iniciativa surgida del convenio de colaboración hacia una movilidad más sostenible firmado por Repsol e Iberia el pasado mes de julio, que contempla en su programa el desarrollo de combustibles para aviación de bajas emisiones de carbono.
Repsol e Iberia han realizado el primer vuelo con biocombustible producido en España a partir de residuos. En concreto, el biojet utilizado pertenece al lote producido el pasado agosto en la refinería de Petronor, que se ubica cerca de Bilbao y pertenece al Grupo Repsol. El vuelo regular IB 426 ha sido operado con un avión Airbus A320neo de la aerolínea española, con capacidad para 180 pasajeros y actualmente uno de los aviones más eficientes del mundo. Equipados con motores CFM de tipo Leap-1ª, los A320neo de Iberia son un 50% más silenciosos y más respetuosos con el medio ambiente, pues emiten 5.000 toneladas menos de CO2 al año y un 50% menos de NOx. El vuelo ha realizado también una aproximación ‘verde’, una operación del vuelo que mejora la eficiencia en el consumo alcanzando el nivel óptimo de altura en las fases de ascenso y descenso.
En esta operación, Iberia y Repsol han contado con la colaboración de Aena, quien trabaja de forma colaborativa con los distintos agentes para promover la descarbonización global del sector y apoya esta iniciativa trabajando asimismo en proyectos de colaboración para promover la producción de combustible sostenible, con el objetivo fomentar su uso por parte de las aerolíneas.
Este vuelo ha logrado reducir la emisión de 1,4 toneladas de CO2 a la atmósfera, gracias a la mejora de la eficiencia en el consumo que aporta el avión, unida al uso del biocombustible sostenible. Además, para el repostaje se ha utilizado un vehículo de suministro de combustible de aviación de propulsión eléctrica con cero emisiones, y en todas las operaciones en tierra (carga y descarga de equipajes, asistencia al avión y remolcado hasta la pista de despegue) se ha recurrido a los vehículos más eficientes que Iberia
Airport Services ha desplegado en toda su red de aeropuertos en España, como el mototok, un avanzado vehículo eléctrico dirigido por control remoto para realizar la maniobra de push back al avión. A bordo, Iberia también está probando con diferentes envases que le permitan sustituir los plásticos de un solo uso.
El lote de biocombustible para aviones utilizado es el tercero fabricado por Repsol y el primero del mercado español producido a partir de residuos como materia prima. La compañía energética integra así herramientas de economía circular en el proceso, transformando los residuos en productos de alto valor añadido como son los combustibles de baja huella de carbono. Este lote se suma a otros dos anteriores producidos a partir de biomasa en las refinerías de Repsol en Puertollano y Tarragona.
Esta iniciativa forma parte del convenio de colaboración hacia una movilidad más sostenible firmado por ambas compañías el pasado mes de julio y está en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que promueve Naciones Unidas a través de la Agenda 2030. El acuerdo se traduce en el desarrollo de ambiciosos programas y actividades conjuntas en tres ámbitos: el desarrollo de combustibles para aviación de bajas emisiones de carbono, la producción de electricidad e hidrógeno renovable
para descarbonizar la flota de vehículos de Iberia y la transición ecológica hacia instalaciones más sostenibles a través de nuevas tecnologías basadas en inteligencia artificial, entre otras.
Supone un primer hito en la hoja de ruta del convenio, que contempla próximos vuelos con biocombustibles con baja huella de carbono con el objetivo de lograr una movilidad más sostenible y eficiente en el sector de la aviación, donde la electrificación no es viable por el momento, el hidrógeno renovable requiere un avance tecnológico en los aviones, y los biocombustibles serán durante los próximos años la opción más rápida y eficiente para reducir las emisiones en el transporte