Termina un año de parálisis fotovoltaica
13 de octubre de 2009
En 2008 España subió al primer puesto del podio fotovoltaico mundial, encabezándolo en potencia instalada, en potencia por habitante y en cobertura de la demanda eléctrica, cubriendo alrededor del 1% de las necesidades del país. Pero si en 2008 se instalaron más de 2.600 MW solares en España, este 2009 difícilmente se instalarán más de 150 MW; de hecho, durante el primer semestre del año, apenas se habrán instalado 10 ó 12 MW; la parálisis, pues, ha sido prácticamente total.
Hay varias razones que explican este brutal descenso del volumen de mercado (se instalará alrededor del 5% de lo que se instaló el año pasado), pero sin duda, la primera de todas es la propia regulación, que ha creado un sistema de cupos que constriñe al mercado y que pretende impulsar una reconversión del sector hacia la edificación en vez del suelo, pero que no ha adecuado los procedimientos administrativos para ello.
Efectivamente, la tramitación de una pequeña instalación de 5 kW en un tejado es idéntica a la de una gran planta de 10 MW en suelo, cuando se trata de ámbitos claramente distintos y con problemáticas claramente diferentes. Las trabas burocráticas son la principal razón de que no haya despegado el mercado solar en la edificación, al que le corresponden dos tercios del cupo de mercado de 500 MW anuales asignado por el Gobierno.
Puesto que el cupo para la edificación no se ha llenado en ninguna de las convocatorias del año, la potencia sobrante se ha ido traspasando al segmento del mercado del suelo. Ahora bien, aquí tampoco ha habido actividad, pero por otra razón: la deflación del precio de los módulos. Desde el verano pasado, por bajadas de costes tecnológicos y por la caída brutal de la demanda, el precio de los paneles solares ha descendido progresivamente: en estos momentos, un panel cuesta entre un 30% y un 50% más barato según el tipo de tecnología.
Viendo este progresivo abaratamiento coyuntural, los adjudicatarios de las licencias de los proyectos han optado por esperar para conseguir mejores precios –se piensa que pueden seguir bajando– y mejorar su rentabilidad. No obstante, tampoco podemos olvidar la crisis crediticia: hay casos en los que no se ha ejecutado el proyecto porque no se ha conseguido financiación. Ambos fenómenos, deflación y crisis –aunque ésta tiene mucha menos incidencia–, han prolongado la parálisis del mercado y la situación de inanición de numerosas empresas.
Ahora bien, esta lamentable situación tiene una fecha tope. Desde el momento en que se adjudican las licencias, los adjudicatarios tienen un año de plazo para ejecutar sus proyectos, más una potestativa prórroga de cuatro meses. Como las primeras licencias –correspondientes a casi 90 MW– se adjudicaron a finales de febrero, estos proyectos deben estar terminados, si no consiguen la citada prórroga, antes de febrero de 2010, so pena de perder los avales de 500 euros por kW instalado que establece la regulación. Y como las licencias se adjudican trimestralmente –la segunda adjudicación fue en abril, la tercera en julio, la cuarta será este octubre–, la rueda de la actividad ha comenzado a girar para toda la cadena de valor de la tecnología. En Asif calculamos que ya hay más de 30 MW fotovoltaicos en construcción y que este volumen crecerá progresivamente, por lo que prevemos la contratación de unas 10.000 personas durante los próximos meses.
El sector fotovoltaico aún tardará varios años en recuperar los 40.000 puestos de trabajo directos que tenía durante el año 2008, pero se mantendrá estabilizado en unos 25.000 empleos hasta 2011, de acuerdo con el volumen de mercado que le fija la regulación.
En cualquier caso, desde Asif ya estamos trabajando para proponer un cambio regulatorio que, sin mayor carga económica para el sistema eléctrico, suponga un incremento significativo del volumen del mercado solar y, por consiguiente, un incremento del empleo generado por el sector. La energía fotovoltaica es una fuente de empleo estable y de calidad que apenas ha dado sus primeros pasos.