Entrevista a Federico Velázquez de Castro González, presidente de la Asociación Española de Educación Ambiental (AEEA)
La debilidad y pasividad de la sociedad civil en la que vivimos son algunos de los motivos por los que no existe una verdadera cultura ambiental en España, según apunta Federico Velázquez de Castro González, presidente de la Asociación Española de Educación Ambiental (AEEA), en esta entrevista. El presidente de la entidad encargada de que la educación sobre el medio ambiente llegue a toda la población, aborda además las principales problemáticas del país en materia de reciclaje y gestión de residuos, tratamiento del agua, cambio climático y energías renovables.
Se van a cumplir 22 años de la fundación de la Asociación Española de Educación Ambiental. ¿Cuál fue el propósito de su implantación?
Llenar el vacío que existía entonces en España en educación ambiental. Un grupo de profesores y otros profesionales que trabajaban es este área comprendieron la necesidad de estar unidos, de profundizar sobre lo que la educación ambiental demandaba y de extenderla en todos los ámbitos y regiones.
Federico Velázquez de Castro González, presidente de AEEA.
¿Cuáles son los principales objetivos de la Asociación?
Que la educación ambiental llegue a toda la población, tanto niños como adultos, empleando en cada caso la metodología adecuada. La educación ambiental no es el único instrumento de cambio, pero sin ella los acuerdos políticos o los instrumentos legislativos no tendrán suficiente alcance.
¿Con cuántos miembros cuenta la AEEA en la actualidad? ¿Cómo se estructura la organización de la entidad?
No es fácil responder, porque algunos de nuestros socios son empresas o colegios profesionales, y si contamos a todos sus miembros como socios (de hecho todos comparten las mismas ventajas), la cifra sería elevada. Pero en cuanto a socios individuales somos una organización pequeña, aunque la única que está presente en todo el territorio del Estado. Funcionamos descentralizadamente, de manera que cada delegación en las comunidades autónomas marca sus propias líneas de trabajo. Común para todos son las publicaciones y los congresos internacionales que periódicamente convocamos.
El cambio climático es uno de los grandes retos a los tendremos que hacer frente en los próximos años para poder dirigirnos a un entorno que sustituya las emisiones de carbono por energías renovables respetuosas con el medio ambiente. Para ello, se requiere un compromiso fehaciente por parte de los países. En este sentido, ¿en qué punto cree que se encuentra España respecto a otros países de nuestro entorno?
No es de los mejores ejemplos, ya que las emisiones de CO2 en el último año han superado a las de 2015, aun teniendo en cuenta las correcciones por la crisis. Se debe avanzar en la descarbonización de la economía y en la movilidad sostenible.
A día de hoy, son bastantes los sectores que reivindican acabar con la falsa creencia de que las energías renovables no son competitivas. ¿Considera que la sociedad está correctamente informada sobre las grandes ventajas tanto económicas como sociales y medioambientales del uso de las energías renovables?
Desgraciadamente, la sociedad es pasiva, no quiere renunciar a la comodidad y mientras que se mantenga, no le importa mucho la fuente de la que proceda. En este sentido, la educación es muy importante, pues abre horizontes y fomenta valores que facilitarán la adquisición de opciones más sostenibles.
De hecho, existen casos sobre experiencias reales que demuestran que un futuro renovable es posible. En concreto, España cuenta con unas ventajas climatológicas muy favorables para el uso de este tipo de energía. Entonces, ¿por qué considera que nuestro país no ha hecho una firme apuesta por el uso de las energías renovables?
España tiene un notable retraso democrático y cultural a causa de los periodos oscuros de nuestra historia, lo que se traduce en la existencia de una sociedad civil débil. Al capitalismo, por otra parte, tampoco le interesa una ciudadanía crítica e informada. Añádanse las presiones del lobby eléctrico y petrolero y la ruinosa situación del carbón nacional, que se mantiene artificialmente. No existe visión de futuro en los gobiernos, que se pliegan a la dependencia de los combustibles fósiles.
Otro concepto que ha cobrado una vital importancia en los últimos años es el de economía circular. ¿Cree que nuestro país aborda de manera eficiente la gestión de los residuos o todavía queda mucho por hacer?
Parece que la intención está puesta en el camino adecuado, pero aún estamos lejos de un aprovechamiento integral de los residuos. La población debe disminuir sus niveles de consumo y hacerlo más responsable (en relación a los envases, por ejemplo), y debe aprender también a reutilizar y reparar. Y la Administración debe garantizar una correcta recogida y separación. Pero la clave estará en disponer de una fracción orgánica más limpia, que facilitara un correcto compostaje.
¿Considera que uno de los principales problemas en materia de reciclaje y gestión de residuos en España es también la falta de concienciación social?
La conciencia social va implícita en todo. Para elevarla se necesita educación e información, dos términos que no son similares. En cuanto al segundo, la Administración debe informar con claridad qué se hace con los residuos recogidos, las tasas de reciclaje, recorrido del material recuperado, etc. Esto animaría a la población a perseverar en las buenas prácticas ambientales. Y en cuanto a la educación, debe impartirse en colegios y otros centros formativos para entender por qué debe realizarse, y la función del reciclaje en un modelo de vida más sostenible.
Otro de los aspectos que atañe al medio ambiente es el del tratamiento del agua. ¿Cree que la sociedad española ha tomado conciencia en este ámbito?
Aquí creo que también se ha avanzado. Se han realizado campañas sensibilizadoras y experiencias piloto, como en Zaragoza, con resultados muy alentadores. Creo que el ahorro de agua ha calado entre la población, aunque no olvidemos que somos el tercer país de Europa en consumo de agua, que el 80% lo hace la agricultura (en donde se deberían revisar malas prácticas y regadíos ineficientes) y que entre el 40-50% de los municipios pequeños no depura aún sus aguas residuales en España.
¿Considera que los poderes públicos e instituciones son conscientes de la importancia de dirigirnos hacia un entorno sostenible o todavía queda un largo camino por recorrer?
Los poderes públicos están al servicio de los económicos y actúan, en buena medida, según sus intereses. Afortunadamente, los temas ambientales no se han elegido por capricho, sino por necesidad, y la realidad será la que se encargue, una vez tras otra, de señalar por dónde deben ir las medidas. No obstante, si las personas que integran los órganos de gobierno están sensibilizadas, adelantaremos camino, de ahí la importancia de la formación de los cargos públicos y de elegir con nuestro voto a quien mejor defienda los intereses ambientales.
Bajo su punto de vista, ¿la consecución de los objetivos marcados por la COP 21 para 2020 ha influido en dicha toma de conciencia? ¿Cree que se conseguirán los objetivos antes de la fecha establecida?
En el ámbito del cambio climático, cada vez hay más sensibilización. Y lo prueba el número de representantes gubernamentales y jefes de Estado que asisten a las Cumbres. Pero la influencia de los grupos de presión y la mejorable colaboración ciudadana pueden poner en peligro los acuerdos. La educación ambiental debe jugar un importante papel en áreas como el ahorro y la eficiencia, la movilidad, la dieta, el reciclaje o el consumo.
Ustedes también realizan cursos, jornadas y actividades con la finalidad de promover, difundir e intercambiar experiencias que contribuyan a los fines de la educación ambiental. ¿Se trata de cursos enfocados al ámbito colegial o son actividades dirigidas tanto a jóvenes estudiantes como a empresas e instituciones?
Nuestro curso principal se dirige a la Formación de Educadores Ambientales en dos niveles, uno básico y otro avanzado. Estos cursos se convocan presencialmente y online en cualquier punto del Estado. Pero también atendemos las demandas que nos hacen los centros docentes o las organizaciones sociales en relación a conferencias o cursos de otra naturaleza, que elaboramos a medida.
¿Han notado un aumento del interés en este tipo de actividades desde que las llevan a cabo hasta la actualidad? ¿Tienen ya previsto algún curso o actividad de cara al 2017?
Sí, demanda siempre hay, aunque el interés era mayor en la década pasada. Quizás porque había muchas expectativas laborales que no llegaron a satisfacerse. Pero en este sector, como en otros, es importante insistir y perseverar. Y sí, para el 2017 ya tenemos las convocatorias abiertas.
A aquellas personas que cumplan ciertos requisitos, la AEEA les acredita con un Diploma de Educación Ambiental. ¿Ha aumentado el número de títulos que han concedido con respecto al pasado año?
Los diplomas que otorga nuestra Asociación pretenden ayudar a los profesionales a tener mayor reconocimiento en un sector tan poco regulado. La demanda se mantiene estable entre unos años y otros.
¿En qué puntos cree que habría que hacer un mayor hincapié de cara al futuro en materia de educación ambiental?
Hay dos puntos importantes: primero, que las personas lleven un estilo de vida sostenible, lo que pasa por modificar su comportamiento en el hogar, el transporte, la dieta y el ocio. Y, segundo, que nos organicemos, que nos integremos en asociaciones que cuiden del medio ambiente y fomenten la educación ambiental.
Ya para finalizar, ¿qué le diría a aquellas personas o entidades reticentes a tomar un cambio de rumbo hacia una sociedad sostenible?
La mejor manera de actuar de forma consecuente debería surgir por motivos éticos y convicciones profundas. Pero si éstas no se encuentran todavía maduras, que la persona piense en su salud y en la de los que le rodean, que piense que todo cambio de conducta ambiental favorecerá su economía y la del país, que una sociedad sostenible es también una sociedad justa, pacífica y armoniosa, y a este ideal nadie debería renunciar. Para los jóvenes debería constituir también una de sus principales banderas.